En medio de un contexto eclesial lanzado hacia la
nueva evangelización, se está celebrando, en Burgos, la 65 Semana
Española de Misionología, con el lema Ser misionero en la nueva evangelización. El objetivo: profundizar en el sentido y la finalidad de la nueva evangelización, y ahondar en su relación con la misión ad gentes
Desde 1947, misioneros y agentes de pastoral se reúnen en Burgos
para reflexionar acerca de la dimensión misionera de la Iglesia en
España, ofrecer una formación específicamente misionera a aquellos
agentes implicados en la misión ad gentes, y fomentar la
conciencia misionera entre todos los fieles. La edición de este año gira
en torno al nuevo desafío en el que el Papa ha embarcado a la Iglesia:
la nueva evangelización. Las ponencias han recorrido ámbitos diversos,
como el anuncio del Evangelio en el mundo árabe o en los medios de
comunicación, en los lugares donde viven los empobrecidos y en los
nuevos escenarios que plantean las grandes ciudades. En la Semana han
participado monseñor Octavio Ruiz Arenas, Secretario del Consejo
Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, monseñor Adolfo
González Montes, obispo de Almería, el profesor de la Universidad San Dámaso,
de Madrid, don Juan Carlos Carvajal, don Isidro Catela, Director de la
Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal Española, o el profesor
Francesc Torralba.
La clausura de la Semana corre a cargo del arzobispo de Toledo y Presidente de la Comisión episcopal de Misiones, monseñor Braulio Rodríguez Plaza, quien centrará sus palabras en la nueva evangelización. En declaraciones a Alfa y Omega, ha señalado que, «aunque el reto que tiene la Iglesia católica en la vieja Europa es muy serio, el asunto es fácil y sencillo: hay que presentar a los hombres y mujeres de nuestros días la necesidad que tienen de la fe en Jesucristo. Se puede decir que hay mercado en nuestra sociedad para este producto». Ante las dificultades que presenta un reto así en una sociedad marcada por una secularización creciente, el arzobispo de Toledo ha manifestado que, «si conocemos un poco la historia de la Iglesia, ésta no es la primera vez que tiene que afrontar momentos de crisis cultural y de cambios de época». Por este motivo, no es necesario «hacer grandes malabarismos, campañas llamativas y puestas en escena espectaculares», sino que «el contenido de la evangelización es el mismo siempre, aunque no se realice del mismo modo según las circunstancias»; la Iglesia no puede hacer otra cosa que «continuar con las tareas que le son propias, con confianza y paz. Es decir, lo que necesita la Iglesia y lo que necesita cada uno de sus miembros para evangelizar es una vuelta a la novedad de Cristo».
El Presidente de la Comisión episcopal de Misiones remarca cuál debe ser la principal estrategia de la nueva evangelización: «La Iglesia tiene que ser una vida de comunidad; en cierto sentido, una vida de familia. Sólo así recuperará densidad social». Al fin y al cabo, un católico «que viva bien la fe no podrá otra cosa que evangelizar, llevar el tesoro de su fe y compartirla con sus hermanos los hombres, que Dios quiere que conozcan la Verdad y vivan de ella».
La clausura de la Semana corre a cargo del arzobispo de Toledo y Presidente de la Comisión episcopal de Misiones, monseñor Braulio Rodríguez Plaza, quien centrará sus palabras en la nueva evangelización. En declaraciones a Alfa y Omega, ha señalado que, «aunque el reto que tiene la Iglesia católica en la vieja Europa es muy serio, el asunto es fácil y sencillo: hay que presentar a los hombres y mujeres de nuestros días la necesidad que tienen de la fe en Jesucristo. Se puede decir que hay mercado en nuestra sociedad para este producto». Ante las dificultades que presenta un reto así en una sociedad marcada por una secularización creciente, el arzobispo de Toledo ha manifestado que, «si conocemos un poco la historia de la Iglesia, ésta no es la primera vez que tiene que afrontar momentos de crisis cultural y de cambios de época». Por este motivo, no es necesario «hacer grandes malabarismos, campañas llamativas y puestas en escena espectaculares», sino que «el contenido de la evangelización es el mismo siempre, aunque no se realice del mismo modo según las circunstancias»; la Iglesia no puede hacer otra cosa que «continuar con las tareas que le son propias, con confianza y paz. Es decir, lo que necesita la Iglesia y lo que necesita cada uno de sus miembros para evangelizar es una vuelta a la novedad de Cristo».
El Presidente de la Comisión episcopal de Misiones remarca cuál debe ser la principal estrategia de la nueva evangelización: «La Iglesia tiene que ser una vida de comunidad; en cierto sentido, una vida de familia. Sólo así recuperará densidad social». Al fin y al cabo, un católico «que viva bien la fe no podrá otra cosa que evangelizar, llevar el tesoro de su fe y compartirla con sus hermanos los hombres, que Dios quiere que conozcan la Verdad y vivan de ella».
El 84%, alejado del Evangelio
Según datos que ha facilitado a Europa Press don
Anastasio Gil, director nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP) y
director del Secretariado de la Comisión episcopal de Misiones, el 84%
de la población mundial es el potencial destinatario de la misión, bien
porque no conoce el Evangelio (67%), o bien porque está bautizado pero
se ha apartado de la fe (17 %). También ha valorado la simpatía que
despiertan los misioneros en la sociedad, ya que «gastan su vida con los
más necesitados», pero ha subrayado que «no sólo ayudan a quienes lo
necesitan, sino que van a evangelizar».
Alfa y Omega
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