lunes, 30 de septiembre de 2013

Juan Pablo II y Juan XXIII serán canonizados el 27 de abril de 2014

Después de escuchar la opinión de los cardenales, el Papa Franciscoha fijado la ceremonia de canonización conjunta de Juan Pablo II y de Juan XXIII el próximo 27 de abril de 2014 en la plaza de San Pedro. Juan Pablo «el Grande» y Juan XXIII, el Papa «Bueno» son dos figuras excepcionales en la historia, y la fiesta se va a celebrar no sólo en Roma sino en todos los rincones del planeta.
La devoción a la Divina Misericordia fue promovida por santa Faustina Kowalska, mientras que la fiesta, el domingo siguiente al de la Pascua, fue instituida por Juan Pablo II, quien elevo a religiosa polaca a los altares.
El joven Karol Wojtyla descubrió esa devoción visitando la tumba de Faustina Kowalska en el convento cercano a la cantera de Solvay donde trabajaba durante la ocupación alemana. Al lado del convento se alza ahora el moderno santuario de la Divina Misericordia, inaugurado también por Juan Pablo II.
Karol Wojtyla (1920-2005) será santo a los nueve años de su fallecimiento -lo cual es un verdadero record- gracias a la dispensa del plazo de cinco años de espera antes de iniciar el proceso. A las pocas semanas de ser elegido como sucesor, Benedicto XVI decidió otorgar la dispensa de esa espera, pero no del proceso, ya que serviría precisamente para documentar muy bien toda la vida y la espiritualidad y de un santo fuera de los común. Los milagros llegaron enseguida.
La aportación más original del Papa Francisco, a la vista de la evidente santidad del beato Juan XXIII (1881-1963), ha sido dispensar del trámite del segundo milagro y unir su ceremonia de canonización a la de uno de sus sucesores. El Papa «Bueno» y el papa «Grande» –que lleva el nombre de Juan XXIII junto con el de Pablo VI- serán santos el mismo día.

Una herramienta para fortalecer la fe de los jóvenes



En el contexto de la JMJ de Madrid 2011, Benedicto XVI quiso entregar a los jóvenes peregrinos un ejemplar del Youcat, una suerte de Catecismo para jóvenes, que había editado la Conferencia Episcopal Austríaca, bajo la guía del cardenal Schönborn, con los aspectos esenciales de la fe católica y una presentación muy atractiva. En el prólogo, el hoy Papa emérito pedía a los jóvenes: «¡Estudiad el Catecismo con pasión y constancia! (...) Sí, tenéis que estar más profundamente enraizados en la fe que la generación de vuestros padres». La iniciativa fue un éxito y, en España, fue editado por la UCAM y Ediciones Encuentro. Ahora, Ediciones Encuentro publica la traducción del Youcat confirmación, una versión más breve (poco más de 100 páginas) que busca ser «un programa de entrenamiento, con muchos consejos para una vida emocionante con Dios», para fortalecer la fe de los jóvenes que van a recibir ese sacramento.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Benedicto XVI dialoga con un intelectual italiano ateo


«Querido Odifreddi, le cuento quién era Jesús»
Avventato - que se puede traducir por imprudente- es el suave calificativo que el Papa emérito, Joseph Ratzinger, ha dedicado al matemático e intelectual laicista Piergiorgio Odifreddi, Presidente de la Unión de Ateos y Agnósticos racionalistas, en una carta de once folios, fechada el 30 de agosto pasado, y en la que responde al libro Caro Papa, ti scrivoLa Repubblica reprodujo la carta el martes. En el diario aparece también un comentario de Odifreddi titulado El cartero del Papa llama dos veces, en el que habla de la sorpresa y emoción que sintió el pasado 3 de septiembre al recibir la carta de Benedicto XVI. He aquí lo esencial de este diálogo a distancia sobre fe, ciencia, y mal, que mantiene Benedicto XVI con el matemático ateo:

Benedicto XVI, en su mesa de trabajo
Ilustrísimo señor profesor:
Quisiera agradecerle que haya querido confrontarse minuciosamente con mi libro [Jesús de Nazaret] y con mi fe y por la lealtad con que ha tratado mi texto; pero mi juicio sobre el libro suyo es bastante contrastante. He leído algunas de sus páginas con gusto y provecho; en cambio, otras me han maravillado por una cierta agresividad e imprudencia de su argumentación. Una y otra vez, usted me hace notar que la teología sería fantaciencia (ciencia ficción); en tal sentido me maravilla que usted, sin embargo, considere mi libro digno de una discusión tan detallada. Permítame cuatro cuestiones:
* Es correcto afirmar que ciencia en el más estricto de la palabra lo es sólo la matemática, mientras que he aprendido de usted que incluso en ella habría que distinguir entre la aritmética y la geometría.
* Debería reconocer usted, al menos, que en el ámbito histórico y en el del pensamiento filosófico, la teología ha producido resultados duraderos.
* Una función importante de la teología es la de mantener la religión ligada a la razón y la razón a la religión. Ambas funciones son de esencial importancia para la Humanidad. En mi diálogo con Habermas, he demostrado que existen patologías de la religión y -no menos peligrosas- patologías de la razón. Ambas se necesitan, y mantenerlas conectadas continuamente es una importante tarea de la teología.
* La ciencia ficción existe, por otra parte, en el ámbito de muchas ciencias..., incluso en gran manera dentro de la teoría de la evolución. El gen egoísta de Richard Dawkins es un ejemplo clásico de ciencia ficción.
En todos los temas discutidos hasta ahora se trata de un diálogo serio que le agradezco. Las cosas son de otra manera en el capítulo de su libro sobre el sacerdote y sobre la moral católica, y todavía más diversas en el capítulo sobre Jesús. Sobre lo que dice del abuso moral de menores por parte de sacerdotes, como usted sabe, no puedo menos de expresar mi profunda consternación. Jamás he tratado de enmascarar esas cosas. Que el poder del mal penetre hasta tal punto en el mundo interior de la fe es para nosotros un sufrimiento que, por una parte, debemos soportar, mientras, por otra, debemos tratar de hacer todo lo posible para que no se repita. Ni siquiera nos consuela saber que, según las investigaciones sociológicas, el porcentaje de sacerdotes reos de estos crímenes no es más alto que el de otras categorías profesionales asimilables. En todo caso, no se debería presentar ostentosamente esta desviación como si se tratase de una basura propia del catolicismo.
Una historicidad verdadera
Si no es lícito callar sobre el mal en la Iglesia, tampoco se debe silenciar la gran estela luminosa de bondad y de pureza que la fe cristiana ha trazado a lo largo de los siglos. Lo que usted dice sobre la figura de Jesús no es digno de su rango científico. Si usted plantea la cuestión como si de Jesús, en el fondo, nada se supiera y de Él, como figura histórica, nada fuese comprobable, entonces sólo puedo invitarle, de manera decidida, a hacerse un poco más competente desde un punto de vista histórico. Lo que usted dice sobre Jesús es un hablar imprudentemente que no debería repetir. Que en la exégesis se hayan escrito también muchas cosas de escasa seriedad es, por desgracia, un hecho incontestable, pero eso no compromete de hecho la importancia de la investigación histórica seria. Debo rechazar con fuerza su afirmación según la cual yo habría presentado la exégesis histórico-crítica como un instrumento del anti Cristo...; he dejado claro de modo evidente que es necesaria para una fe que no propone mitos con imágenes históricas, sino que reclama una historicidad verdadera.
Si usted quiere sustituir a Dios por la Naturaleza, persiste la pregunta sobre quién o qué es esa naturaleza. En ningún sitio la define usted y, por tanto, aparece como una divinidad irracional que nada explica; pero quisiera sobre todo hacerle notar que en su religión de la matemática tres temas fundamentales de la existencia humana se quedan sin abordar: la libertad, el amor y el mal. Me maravilla que usted liquide la libertad de un plumazo, que sin embargo ha sido y es el valor básico de la época moderna. El amor no aparece en su libro, ni el mal, sobre el que no hay información alguna. Una religión que margine estas preguntas fundamentales se queda vacía. Puede, querido profesor, que mi crítica a su libro sea, en parte, dura, pero la franqueza forma parte del diálogo y sólo así puede crecer el conocimiento.
Benedicto XVI

sábado, 28 de septiembre de 2013

El Vaticano lanza una aplicación sobre la catequesis



En el Vaticano están empeñados en buscar nuevas formas de evangelizar. Ahora han lanzado una nueva aplicación para teléfonos que sirve de apoyo para las clases de catequesis, justo en vísperas de la Jornada de los Catequistas organizada por el Año de la Fe.

PIDE A LA OMS QUE RETIRE LA GUÍA 'ESTÁNDARES DE EDUCACIÓN SEXUAL EN EUROPA

Se llama Estándares de Educación Sexual en Europa y es una guía para Gobiernos, elaborada por la oficina europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), conjuntamente con la agencia del Gobierno alemán para la Educación de la Salud.
El documento ha empezado a llegar a los Ministerios de Educación y de Sanidad de toda Europa y resulta indistinguible de un compendio sobre la corrupción de menores, inspirado, eso sí, por los dogmas de la ideología de género.
Entre los conocimientos concretos que la guía recomienda transmitir a niños de 0 a 16 años, estos son algunos ejemplos, textualmente citados del documento:
  • De 0 a 4 años, la OMS prescribe el aprendizaje del "goce y el placer cuando tocamos nuestro propio cuerpo: la masturbación de la primera infancia".
  • De 0 a 4 años, es la edad idónea para "el descubrimiento del propio cuerpo y de los genitales".
  • A los 4 años, la OMS sostiene que nuestros hijos son aptos para "expresar necesidades, deseos y límites, por ejemplo en el contexto de jugando a los médicos".
  • De 4 a 6 años, nuestros hijos tienen que saber que la historia de la cigüeña como ave nodriza es un mito.
  • De 4 a 6 años, es una edad estupenda, según la Organización Mundial de la Salud, para "hablar de asuntos sexuales", explorar "relaciones del mismo sexo" y "consolidar la identidad de género".
  • De 6 a 9 años, los expertos de la OMS dicen que nuestros hijos están preparados para conocer y defender los "derechos sexuales de los niños y niñas".
  • De 9 a 12, y hasta los 15, deben conocer el fastidio de la maternidad imprevista. Lo dicen con esta perífrasis: "el impacto de la maternidad y la maternidad en adolescentes (es decir, de crianza de los hijos, la planificación familiar, proyecto de vida/estudios, la anticoncepción, al toma de decisiones y el cuidado en el caso de embarazos no deseados". Repárese en el rodeo que da la OMS para decir que antes de los 15, nuestros hijos ya están preparados para ser clientes de la industria del aborto.
  • De 9 a 15, es bueno que reciban información de dónde encontrar anticonceptivos y dónde practicarse un aborto.
  • De 9 a 15, es una edad clave, además, según la OMS, para enseñarles que la religión cristiana es un obstáculo para el placer y el goce de sus propios cuerpos: "Influencia de la edad, el género, la religión y la cultura" en la educación afectivo-sexual.
  • Los 15 años es el momento de "abrirse a los otros (admitir la homosexualidad, la bisexualidad y otras opciones)".
  • Los 15 es también la edad de conocer, además, "las relaciones sexuales comerciales (prostitución, pero también sexo a cambio de pequeños regalos, comidas/salidas nocturnas o pequeñas cantidades de dinero), la pornografía, la adicción al sexo".
Tan elocuentes como los contenidos concretos de la guía Estándares de Educación Sexual en Europa, elaborada por la OMS, son sus principios:
  • El principio de que los padres son una "fuente informal" de la educación, frente al Estado como "fuente formal", "científica" y fetén.
  • El principio de que la educación afectivo-sexual de los niños y niñas europeos debe planificarse con "una sensibilidad de género". Es decir, la naturaleza, los hechos, los datos, la responsabilidad de los padres... todo debe someterse a los dogmas de la "sensibilidad de género".
  • El principio de que la educación afectivo-sexual "empieza desde el nacimiento".
  • El principio de que la educación afectivo-sexual "debe tener un enfoque holístico". Todo es sexo, para la OMS.
  • El principio de que la educación afectivo-sexual sirve para el "empoderamiento individual y comunitario". Todo es política, para la OMS.
  • El principio de que lo que enseña la OMS es "científico" y "neutral" y lo que enseñan los padres hay que cogerlo con pinzas.
 
La guía tiene 83 páginas y las palabras "amor" y "responsabilidad"no aparecen o, si lo hacen, su peso y sentido es completamente irrelevante. No hablan nunca de esas cosas.
En cambio, la guía habla constantemente de "placer""bienestar personal" e "instintos".
La Organización Mundial de la Salud es una agencia de Naciones Unidas.
Con la guía Estándares de Educación Sexual en Europa, este organismo pretende definir los principios y los contenidos básicos que los Estados deben desarrollar para educar sobre el afecto y el sexo a los niños y niñas europeos, según los prejuicios y los preceptos de la ideología de género.
Es un documento de una enorme influencia, al ir dirigido a los ministros de Sanidad y de Educación de Europa; un documento que ignora a los padres como responsables de la educación de nuestros hijos.

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jueves, 26 de septiembre de 2013

La Archidiócesis estrena expediente matrimonial


Al matrimonio, de modo más consciente
La archidiócesis de Madrid ha elaborado un nuevo expediente matrimonial, tras constatar la necesidad de ayudar a los novios que han decidido casarse por la Iglesia a que lo hagan de un modo más consciente. El nuevo expediente matrimonial, centrado en el diálogo con los contrayentes, busca ser más pastoral que administrativo. Se aplicará desde el próximo mes de octubre
alfayomega.es

Que la persona se ponga seriamente ante la verdad sobre
sí misma y sobre su propia vocación al matrimonio
La preparación al matrimonio tiene varias etapas, según explicaba Juan Pablo II en la Exhortación apostólicaFamiliaris consortio. Desde pequeños, debemos ser introducidos en el misterio del amor conyugal, con unapreparación remota. Con el paso a la edad adulta, los jóvenes son ayudados con una preparación próxima, en la que profundizan en el sentido del matrimonio y de la relación entre el hombre y la mujer. Por último, en los meses cercanos a la boda, tiene lugar la preparación inmediata, en la que destacan los cursillos de novios y el expediente matrimonial, que es un procedimiento que realiza el párroco de los contrayentes para que conste que nada se opone a la celebración válida del matrimonio. Muchas veces, el expediente ha sido mal entendido como un papeleo, en el que los novios aportan los documentos de su nacimiento y Bautismo, y muestran que son capaces para contraer matrimonio.
Sin embargo, se trata de mucho más que de un simple acto burocrático y administrativo. «El expediente matrimonial -dijo Benedicto XVI ante los miembros del Tribunal de la Rota romana, en 2011- es una ocasión pastoral única, que debe valorarse con toda la seriedad y la atención que requiere, en la que, a través de un diálogo lleno de respeto y de cordialidad, el pastor intenta ayudar a la persona a ponerse seriamente ante la verdad sobre sí misma y sobre su propia vocación humana y cristiana al matrimonio». La Iglesia en Madrid ha tomado la iniciativa, y presentará, en las Vicarías y en la Universidad San Dámaso, el nuevo expediente, que se empezará a aplicar en las parroquias en octubre.
El cambio principal de este nuevo expediente es la introducción de un diálogo más profundo del párroco con los contrayentes, a través de un completo formulario, que asegure que el proyecto de los novios es verdaderamente matrimonial. «El cambio es para ayudar a los que se casan a prepararse mejor -explica don Roberto Serres, Vicerrector de la Universidad San Dámaso, y Decano de la Facultad de Derecho Canónico-. La concepción secularizada de la familia exige a la Iglesia un esfuerzo para ayudar a los contrayentes a tomar conciencia más clara de lo que van a hacer».
Tres bloques de preguntas
Hasta ahora, el expediente sólo contaba con dos preguntas. Ahora la entrevista con los novios será más amplia, articulando las preguntas en tres grandes grupos. Por un lado, se intenta asegurar el estado libre de los novios, es decir, que no están casados ya. Por otro lado, se abordará el tema del consentimiento, esencial para el matrimonio: se busca constatar que los novios son capaces de casarse, y entienden el matrimonio tal como lo hace la Iglesia (indisoluble, fiel, y abierto a la transmisión de la vida). En tercer lugar, se preguntará acerca de los impedimentos que podrían llegar a hacer nulo un matrimonio.
Desde la archidiócesis de Madrid, se subraya la importancia de este momento de la preparación al matrimonio, y se invita a los párrocos a acoger bien a los novios y a los testigos, dedicándoles el tiempo necesario para el diálogo. «El expediente matrimonial tiene una finalidad pastoral, no es un acto burocrático de recogida de documentos», afirma el profesor Serres, quien reitera que el nuevo formulario es una oportunidad única de ayudar a los novios a prepararse mejor.
Paula Rivas

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Entrevista al Papa Francisco

Por su indudable interés y actualidad, adjuntamos enlace al texto completo de la entrevista al Papa Francisco publicada en revista italiana, gestionada por los Jesuítas, "Civiltà Cattolica"

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martes, 24 de septiembre de 2013

Cursillo para la Formación de Evangelizadores



Cursillo para la Formación de Evangelizadores 

Fechas: del 4 al 7 de noviembre, 2013.
Horario: de 19’00h. a 21’00h.
Lugar: Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús. López de Hoyos, 73 (Madrid).

lunes, 23 de septiembre de 2013

¿Por qué hacer un buen noviazgo?



Que un matrimonio sea feliz o no lo sea condiciona para siempre la vida, al menos, de dos personas, y de más si hay hijos. Las reflexiones de diversos expertos en este vídeo coproducido por Goya y Casals ayudan a discernir los puntos a tener en cuenta para no fracasar cuando ya es tarde. Siempre en la idea de que el amor, más que un sentimiento, es una decisión, un acto de voluntad en el compromiso de amar. 

domingo, 22 de septiembre de 2013

La Iglesia no se derrumba hoy por la santidad de muchas personas


El Papa Francisco se reunió este lunes, en la Basílica de San Juan de Letrán -su catedral-, con el clero de la diócesis de Roma, de la que es obispo. Antes de responder a las preguntas de los sacerdotes, el Santo Padre profundizó en la fatiga del sacerdote y afirmó que a él, cuando la ha experimentado, le ha sostenido la mirada misericordiosa de Jesús. Durante el turno de preguntas, no eludió las cuestiones espinosas sobre la situación de la Iglesia, pero subrayó que hoy, como siempre, la Iglesia no se cae gracias a la santidad cotidiana de muchos hombres y mujeres. Así cuenta el diario L’Osservatore Romano el encuentro:
alfayomega.es

La mirada misericordiosa de Jesús sostiene al sacerdote en la fatiga cotidiana de su misión. Así es, desde hace sesenta años, para Jorge Mario Bergoglio. Obispo de Roma desde hace seis meses, en la mañana de este 16 de septiembre dio un paso decisivo para entrar en el corazón de su diócesis. En la basílica de San Juan de Letrán, catedral de Roma, el Papa Francisco dialogó largamente con su clero.
«Me siento sacerdote, eh», confió. Y recorriendo también sus experiencias personales en Buenos Aires, reveló que jamás había tenido la tentación de sentirse más importante desde que es Papa. Al clero romano le pidió en particular que rezara por él. Sobre todo el 21 de septiembre, fiesta de san Mateo. Porque justamente ese día, hace sesenta años, descubrió la vocación al sacerdocio.
En la primera parte del encuentro -introducido por el Veni creator Spiritus y por un pasaje del Evangelio de Juan-, el Papa habló sobre todo de la buena fatiga del sacerdote por la misión en medio del pueblo. Ser sacerdote, aseguró, significa trabajar mucho, porque la gente tiene hoy más que nunca muchas exigencias. Y la sensación de la fatiga, añadió, comprende para el sacerdote también preguntas fuertes sobre sí mismo, sobre la bondad de la propia vocación y sobre las renuncias que ella comporta, la primera de todas la paternidad biológica. Pero es una fatiga que el sacerdote vive y supera con todo su ser. Entre los diversos ejemplos bíblicos a los que se refirió, el obispo de Roma indicó sobre todo a María, quien, como decía Juan Pablo II, tenía una peculiar fatiga en el corazón. Por lo demás, la oración y la cercanía a los demás, empezando por el propio obispo, son para el sacerdote un antídoto eficaz en los momentos de mayor fatiga.
Valentía para la conversión pastoral
El Papa Francisco respondió después a las preguntas de cinco representantes del clero romano, afrontando junto a ellos algunas cuestiones centrales en la vida de la Iglesia. Inmediatamente invitó a los sacerdotes a ser valientes, a tener una creatividad justa, que no significa hacer algo nuevo a la fuerza, para llegar a la necesaria conversión pastoral. Las parroquias, recomendó, deben ser siempre abiertas y acogedoras, con el confesor a disposición. También los laicos que se ocupan de la administración deben mostrar a la gente el rostro acogedor de la Iglesia. Se trata, en sustancia, de hallar siempre nuevos caminos para que el Evangelio sea anunciado y testimoniado en las realidades de la vida cotidiana. Así, es importante buscar nuevos caminos, adecuados a las personas a las que se dirige: facilitando, por ejemplo, la participación en los cursos pre-bautismales e involucrando a los laicos en misiones de barrio. En una gran ciudad como Roma, reconoció el Pontífice, la acogida cordial no es siempre fácil de organizar. Pero las personas, recalcó con fuerza, no deben tener jamás la impresión de hallarse frente a funcionarios con intereses económicos y no espirituales.
El obispo de Roma sugirió además tener viva la memoria del nacimiento de la propia vocación, del primer amor a Jesús: es el sentimiento propio de un enamorado, y el sacerdote debe estarlo siempre. Una Iglesia sin memoria, por lo demás, no tiene vida. Precisamente este estilo de memoria contribuye también a no caer en el riesgo de la mundanidad espiritual.
Decir la verdad y acompañar
Otro aspecto decisivo es saber decir la verdad sin dejar nunca solas a las personas en dificultad. En efecto, la verdad de Dios va siempre al ritmo del acompañamiento personal. No se trata de ser de manga ancha o rígidos: ni una ni otra son actitudes misericordiosas. En cambio hay que acoger al otro, acompañarle, precisamente como Jesús con los dos discípulos de Emaús.
El Papa Francisco no ocultó ciertamente los problemas y los escándalos, incluso gravísimos, como la pedofilia, que afectan a la Iglesia. Pero la Iglesia no se cae, aseguró, respondiendo a un sacerdote que en su intervención se había referido al sueño de Inocencio III que vio a Francisco de Asís sostener el edificio vacilante de la Iglesia. Y no se cae porque hoy, como siempre, hay mucha santidad cotidiana: hay muchas mujeres y muchos hombres que viven la fe en la vida de cada día. Y la santidad es más fuerte que los escándalos. Al respecto, el Papa relató el diálogo telefónico, mantenido ayer domingo, con una mujer de Buenos Aires que le había escrito una carta en una servilleta de papel. Se la entregó el viernes el director de la televisión católica de la archidiócesis de Buenos Aires. La mujer, que hace la limpieza en el aeropuerto de la capital argentina, tiene un hijo toxicómano y desempleado. Y trabaja para él, esperando en el futuro del joven. Esta es la santidad, comentó el Papa.
La ruptura matrimonial, una periferia existencial
El encuentro concluyó con tres preguntas sobre las periferias existenciales. Ante todo el Papa repitió las palabras pronunciadas en el centro Astalli, elogiando la generosidad de Roma, pero alentando a hacer todavía más. Y a las congregaciones religiosas que tienen pocas vocaciones volvió a recomendar que no caigan en la tentación de aferrarse al dinero, sino que tengan el valor de abrir las puertas a los necesitados.
Además para el Pontífice la realidad se entiende mejor desde la periferia, y no desde el centro, que en cambio hace correr el riesgo de atrofiarse. Y las periferias no son sólo las geográficas.
El obispo de Roma concluyó el encuentro afrontando las cuestiones relativas a la nulidad del matrimonio, un tema que importa a Benedicto XVI. E hizo saber que hay propuestas, estudios y profundizaciones en curso. De ello hablarán en octubre el grupo de los ocho cardenales y el próximo sínodo de los Obispos. Estas situaciones, añadió, son una auténtica periferia existencial, que exige valentía pastoral, siempre en la verdad y en la justicia.
Acogió al Papa a su llegada, veinte minutos antes de lo previsto, el cardenal vicario Agostino Vallini, quien en su saludo relató cómo este encuentro lo había programado el nuevo obispo de Roma recién elegido. La diócesis obsequió a su obispo con una imagen de san Francisco que sostiene a la Iglesia, obra del párroco don Massimo Tellan. Al término, antes de regresar al Vaticano, después de más de dos horas y diez minutos, el Pontífice encontró a los frailes menores que desempeñan el ministerio de penitenciarios en la basílica catedral de Roma. Y les invitó a ser misericordiosos.
L’Osservatore Romano

sábado, 21 de septiembre de 2013

Miniconciertos de Órgano. Meditaciones musicales con motivo del Año de la fe

Los domingos, desde el 22 de septiembre hasta el 24 de noviembre, a las 17,30 h., la catedral de la Almudena acoge el ciclo de Miniconciertos de Órgano, en el Año de la fe. Se trata de meditaciones musicales de unos 20 minutos, que buscan llevar a Dios a través del arte.

Miniconciertos de Órgano. Meditaciones musicales con motivo del Año de la fe. Catedral de Santa María la Real de la Almudena de Madrid
    Calendario de organistas

    Domingo 22 de septiembre - ROBERTO FRESCO
    Domingo 29 de septiembre - FELIPE LÓPEZ
    Domingo 6 de octubre - DANIEL OYARZÁBAL
    Domingo 13 de octubre - RIYEHEE HONG
    Domingo 20 de octubre - JESÚS RUIZ
    Domingo 27 de octubre - PEDRO ALBERTO SÁNCHEZ
    Domingo 3 de noviembre - FRANCISCO JAVIER LÓPEZ
    Domingo 10 de noviembre - ÁNGEL MONTERO
    Domingo 17 de noviembre - MARTA MISZTAL
    Domingo 24 de noviembre - ROBERTO FRESCO


    Organiza : Cabildo Catedral de Madrid

    viernes, 20 de septiembre de 2013

    Carta del Papa Francisco a un no creyente: el valor de la propia conciencia

    Responde a las dudas del fundador del diario italiano "La Repubblica" sobre la verdad y la fe


    "Con fraternal cercanía. Francisco": así de sencillamente firmó el Papa Francisco una carta enviada al fundador del diario italiano "La Repubblica", Eugenio Scalfari, que había solicitado una respuesta a dudas sobre la fe y la laicidad planteadas como una persona que es “no creyente y no busca a Dios", aunque “estoy desde hace muchos años interesado y fascinado por la predicación de Jesús de Nazaret, hijo de María y José, hebreo de la estirpe de David" (La Repubblica, 7 de julio y 7 de agosto). Y el propio Scalfari recuerda, desde las columnas de su periódico, los términos de las preguntas planteadas al pontífice porque esto hace aún “más escandalosamente fascinante" la carta del Papa Francisco, de quien no esperaba que respondiera "tan extensamente y con espíritu tan afectuosamente fraterno". Quizás porque, subraya el periodista, "¿la oveja perdida merece mayor atención y cuidado?" (La Repubblica, 11 septiembre).

    "Ha llegado el tiempo, y el Vaticano ha inaugurado una nueva etapa, de un diálogo abierto y sin preconceptos que vuelva a abrir un serio y fecundo encuentro". Es el espíritu con el que el Papa Francisco ha respondido al no creyente Scalfari, subrayando dos circunstancias que hacen hoy más necesario que nunca este dialogo: la paradoja por la que, durante los siglos de la modernidad, "la fe cristiana, cuya novedad e incidencia sobre la vida del hombre, desde el principio fueron expresadas a través del símbolo de la luz" ha llegado a ser marcada a menudo como “la oscuridad de la superstición que se opone a la luz de la razón" llegando a la incomunicabilidad entre la Iglesia y la cultura de inspiración cristiana por una parte, y la cultura moderna de impronta ilustrada por otra. La segunda circunstancia, para el Papa, deriva del hecho de que para quien cree en Jesús “este dialogo no es un accesorio secundario de la existencia del creyente; es en cambio su expresión íntima e indispensable".

    Sigue con las respuestas que, en espera de los primeros comentarios más articulados, han recibido gran atención de los medios de comunicación. Me pregunta si el Dios de los cristianos perdona a quien no cree y no busca la fe";la cuestión para quien no cree en Dios está en obedecer a la propia conciencia. El pecado, también para quien no tiene fe, se da cuando se va contra la propia conciencia”. Añade: "Escuchar y obedecer” a la conciencia significa "decidirse frente a lo que viene percibido como bien o como mal. y sobre esta decisión se juega la bondad o la maldad de nuestra actuación”.

    Otro tema clave propuesto por Scalfari era el de si es pecado creer que no exista algún absoluto, y por tanto tampoco una verdad absoluta, sino solo una serie de verdades relativas y subjetivas, pregunta a la que Francisco responde: "Para empezar, yo no hablaría, ni siquiera para quien cree, de verdad 'absoluta', en el sentido de que absoluto es lo que está desligado, lo que está privado de toda relación. Entonces, la verdad, según la fe cristiana, es el amor de Dios por nosotros en Jesucristo. Por tanto, la verdad es una relación, Tanto es verdad que también cada uno de nosotros la capta, la verdad, y la expresa a partir de sí mismo: por su historia y cultura, por la situación en que vive, etc. Esto no significa que la verdad sea variable y subjetiva, al contrario. Significa que ésta se nos da siempre y sólo como un camino y una vida”.

    ¿Acaso no ha dicho Jesús mismo – añade el Papa Francisco – “yo soy el camino, la verdad y la vida”? En otras palabras, explica el pontífice, “la verdad siendo en definitiva una sola cosa con el amor, requiere humildad y apertura para ser buscada, acogida y expresada. Por tanto, es necesario entenderse bien sobre los términos y, quizás, para salir de las estrecheces de una contraposición… absoluta, volver a plantear en profundidad la cuestión. Creo que esto es hoy absolutamente necesario para poner sobre la mesa ese dialogo sereno y constructivo que auguraba al inicio de esta explicación”.

    A la última pregunta, si con la desaparición del hombre en la tierra desaparecerá también “el pensamiento capaz de pensar a Dios", Francisco responde que Dios “no es una idea, aunque sea altísima, fruto del pensamiento del hombre". "Dios no depende por tanto de nuestro pensamiento. Por lo demás, incluso cuando acabara la vida del hombre en la tierra", "el hombre no terminará de existir y, en un modo que no sabemos, tampoco el universo creado por él”.

    El Papa reafirma la importancia de la historicidad de los evangelios y de la divinidad de Jesús que se manifiesta paradójicamente en el Calvario, donde Jesús manifiesta que “Dios es amor y quiere, con todo su ser, que el hombre se descubra y viva como hijo amadísimo. Así, la Resurrección no es "triunfo sobre el que le ha rechazado" sino la confirmación de que “el amor de Dios es más fuerte que la muerte, el perdón de Dios más fuerte que todo pecado".

    El eje de la fe cristiana, explica el Papa Francisco, es la encarnación del Hijo de Dios y la fe nace del encuentro personal con Cristo. Al mismo tiempo, Papa Francisco explica a Scalfari que "sin la Iglesia, créame, nunca podría encontrar a Jesús, aún con la conciencia de que ese inmenso don que es la fe está guardado en los frágiles vasos de arcilla de nuestra humanidad". Y es precisamente a partir de "esta personal experiencia de fe vivida en la Iglesia, por la que me encuentro a gusto escuchando sus preguntas y buscando, junto a usted, las vías por las que podemos, quizás, empezar a hacer un trecho de camino juntos”.

    Y, a juzgar por los numerosísimos comentarios y tuits que circulan en la red en estas horas, son muchos, laicos e incluso ateos, los que han apreciado la disponibilidad del Papa Francisco al dialogo y a querer hacer un trecho del camino con él.
    aleteia.org
     or su gran interés, ofrecemos a continuación, previa autorización, la versión española publicada en la página de La Repubblica, de la Carta que el Papa Francisco envió a su fundador, el periodista no creyente  Eugenio Scalfari.


    Estimado Dr. Scalfari,

    es con gran cordialidad que, si bien sólo a grandes lineas, quisiera intentar con esta mía responder a la carta que, desde las páginas de "la Repubblica", ha querido dirigirme el 7 de julio con una serie di reflexiones personales suyas, que luego ha enriquecido sobre las páginas del mismo periódico el 7 de agosto.

    Le agradezco, ante todo, por la atención con la que ha sabido leer la Encíclica "Lumen fidei". La misma, de hecho, por voluntad de mi amado Predecesor, Benedicto XVI, que la ha concebido y en gran medida redactado, y de quien, con gratitud, la he heredado, está dirigida no sólo a confirmar en la fe de Jesucristo a aquellos que ya se reconocen en ella, sino también a abrir un diálogo sincero y riguroso con quien, como Usted, se define "un no creyente desde hace años interesado y fascinado por la enseñanza de Jesús de Nazaret".

    Creo que es sin duda positivo, no solo para cada uno de nosotros como individuos sino también para toda la sociendad en la que vivimos, que nos detengamos a dialogar sobre una realidad tan superior cual es la fe, que evoca la enseñanza y la figura de Jesús. 

    Pienso que existen, en particular, dos circunstancias que hoy día hacen necesario y precioso este diálogo, el cual constituye además, como es sabido, uno de los objetivos principales del Concilio Vaticano II, convocado por Juan XXIII, y por el ministerio de los Papas quienes, cada uno con su sensibilidad y su aporte, han seguido desde entonces el camino trazado por el Concilio.

    La primera circunstancia  -  como se desprende de las páginas iniciales de la Encíclica  -  deriva del hecho que, a lo largo de los siglos de la modernidad, se ha asistido a una paradoja: la fe cristiana, cuya novedad e incidencia en la vida del hombre desde los orígenes se han expresado justamente a travez del símbolo de la luz, a menudo ha sido etiquetada como la oscuridad de la superstición que se opone a la luz de la razón. De este modo entre la Iglesia y la cultura de inspiración cristiana, por una parte, y la cultura moderna de matriz iluminista, por la otra, se ha dado la incomunicabilidad. Ahora es tiempo, y precisamente el Vaticano II ha inaugurado este ciclo, de iniciar un diálogo abierto y sin preconceptos que reabra las puertas para un serio y fecundo encuentro. 

    La segunda circunstancia, para quien busca ser fiel al don de seguir a Jesús en la luz de la fe, deriva del hecho que este diálogo no es un accesorio secundario de la existencia del creyente: sino que es una expresión íntima e indispensable. Permítame que le cite a este respecto una afirmación de la Encíclica que considero muy importante: puesto que la verdad que la fe atestigua es la verdad del amor  -  en ella se lee  -  "Se ve claro así que la fe no es intransigente, sino que crece en la convivencia que respeta al otro. El creyente no es arrogante; al contrario, la verdad le hace humilde, sabiendo que, más que poseerla él, es ella la que le abraza y le posee. En lugar de hacernos intolerantes, la seguridad de la fe nos pone en camino y hace posible el testimonio y el diálogo con todos." (n. 34). Es éste el espíritu que anima las palabras que hoy le escribo.

    La fe, para mí, nace del encuentro con Jesús. Un encuentro personal, que ha tocado mi corazón y ha dado un nuevo rumbo y sentido a mi existencia. Y así mismo un encuentro que ha sido posible gracias a la comunidad de fe en la que he vivido y que a su vez me ha permitido acceder a la inteligencia de la Sacra Escritura, a la vida nueva que como agua fluyente brota de Jesús a travez de los Sacramentos, a la fraternidad con todos y al servicio de los pobres, verdadera imagen del Señor. Sin la Iglesia  -  créame  -  no habría podido encontrar a Jesús,  bien sabiendo que ese inmenso don de la fe reposa en la frágil vasija de arcilla de nuestra humanidad. 

    Pues, es precisamente a partir de aquí, de esta experiencia de fe personal vivida en la Iglesia, que me encuentro a gusto escuchando sus preguntas y buscando, junto con Usted, las sendas que nos permitan, quizás, comenzar a andar un trecho del camino juntos. 

    Me disculpo por no seguir punto por punto los razonamientos que Usted me porpone en su editorial del 7 de julio. Me parece más fructífero  -  o digamos que me es más natural  -  tocar directamente la esencia de sus consideraciones. No repropongo tampoco la modalidad expositiva de la Encíclica, en la cual Usted señala la falta de una sección dedicada expresamente a la experiencia histórica de Jesús de Nazaret. 

    Observo solamente, para comenzar, que un análisis de este tipo no es secundario. Se trata en efecto, siguiendo por lo demás la lógica que guía el articularse de la Ecíclica, de focalizar la atención sobre el significado de lo que Jesús ha dicho y ha hecho y de esta manera, en definitiva, sobre lo que Jesús ha sido y es para nosotros. Los Escritos de san Pablo y el Evangelio de san Juan, a los cuales se hace particular referencia en la Encíclica, se basan en el sólido fundamento del ministerio mesiánico de Jesús de Nazaret que alcanza su culminación resolutiva en la pascua de muerte y resurrección.  

    Por lo tanto, es necesario enfrentarse con Jesús, diría, en la concresión y aspereza de sus vicisitudes, tal como nos las narra sobretodo el más antiguo de los Evangelios, el de san Marco. Se constata aquí que el "escándalo" que la palabra y los actos de Jesús provocan a su alrededor derivan de su extraordinaria "autoridad": una palabra, ésta, registrada ya en el Evangelio de san Marco, pero de difícil traducción. La palabra griega es "exousia", que literalmente hace referencia a quello que "proviene del ser", que se es. No se trata de algo exterior o de algo forzado, sino de algo que surge de dentro y que se impone por sí mismo. De hecho Jesús conmueve, desplaza, innova a partir  -  él mismo lo dice  -  de su relación con Dios, llamado familiarmente Abba, quien le confiere esta "autoridad" para que él la emplee en favor de los hombres. 

    Así Jesús predica "como uno que tiene autoridad", cura, llama a sus discípulos a que lo sigan, persona... todas cosas que, en el Antiguo Testamento, son de Dios y sólo de Dios. La pregunta que recurre en el Evangelio de san Marco: "Quién es éste que...?", y que se refiere a la identidad de Jesús, nace de la constatación de una autoridad diferente de la del mundo, una autoridad que no tiene como fin ejercitar un poder sobre los otros, sino servirlos, darles libertad y plenitud de vida. Llegando al punto de poner en juego la propia vida, al punto de experimentar la incomprensión, la traición, el rechazo, al punto de ser condenado a muerte, de caer en el estado de abandono en la cruz. Pero Jesús permanece fiel a Dios, hasta la muerte. 

    Y es precisamente en ese momento  -  como exclama el centurión romano al pié de la cruz, en el Evangelio de san Marco  -  en el que ¡Jesús se muestra, paradójicamente como el Hijo de Dios! Hijo de un dios que es amor y que quiere, con todo su ser, que el hombre, que cada hombre, se descubra y viva él también como su verdadero hijo.Esto, para la fe cristiana, es la confirmación del hecho de que Jesús ha resurgido: no para triunfar sobre quien lo había rechazado, sino para probar que el amor de Dios es más fuerte que la muerte, el perdón de Dios es más fuerte que cualquier pecado, y que vale la pena emplear la propia vida, hasta lo último, para testimoniar este inmenso don. 

    La fe cristiana cree esto: que Jesús es el Hijo de Dios que vino a dar su vida para abrirnos a todos el camino del amor. Por lo tanto tiene Usted razón, ilustre Dr. Scalfari, cuando ve en la encarnación del Hijo de Dios el quicio de la fe cristiana. Ya Tertuliano escribía "caro cardo salutis", la carne (de Cristo) es el quicio de la salvación.  Por que la encarnación, es decir el hecho de que el Hijo de Dios haya venido en nuestra carne y haya compartido alegrías y dolores, victorias y derrotas de nuestra existencia, hasta el grito en la cruz, viviendo cada momento en el amor y en la fidelidad a Abbà, es testimonio del increible amor que Dios nutre por cada hombre, del valor inestimable que les reconoce. Por ello, cada uno de nosotros está llamado a hacer suya la mirada y la elección de amor de Jesús, a entrar en su modo de ser, de pensar, de actuar. Esta es la fe, con todas sus expresiones, puntualmente descriptas en la Encíclica. 

    * * * 

    Siempre en el editorial del 7 de julio, Usted me pregunta además cómo entender la originalidad de la fe cristiana puesto que ésta se basa precisamente en la encarnación del Hijo de Dios, respecto a otros credos que en cambio se fundan en la trascendencia absoluta de Dios.

    La originalidad, en mi opinión, radica precisamente en el hecho de que la fe nos hace participar, en Jesús, en la relación que Él tiene con Dios que es Abba y, bajo esta luz, la relación que Él tiene con todos los demás hombres, incluso con los enemigos, bajo el signo del amor. En otros términos, el vínculo de Jesús, como nos lo presenta la fe cristiana, no nos ha sido revelado para marcar una separación insuperable entre Jesús y los demás: sino para decirnos que, en Él, todos hemos sido llamados a ser hijos del único Padre y hermanos entre nosotros. La singularidad de Jesús está dada por la comunicación, no por la exclusión. 

    Sin duda, de ello también se desprende  -  y no es una nimiedad  -  la distinción entre la esfera religiosa y la esfera política, sancionada con aquella "Dad a Dios lo que es de Dios y a Cesar lo que es de Cesar", afirmación íntegra de Jesús y sobre la cual, arduamente, se ha construido la historia de Occidente. La Iglesia, en efecto, esta llamada a sembrar el fermento y la sal del Evangelio, es decir el amor y la misericordia de Dios que alcanzan a todos los hombres, señalando la meta ultraterrena y definitiva de nuestro destino, mientras que a la sociedad civil y política le compete la dura tarea de articular y encarnar en la justicia y en la solidariedad, en el derecho y en la paz, una vida cada vez más humana. Para el que vive la fe cristiana, esto no significa fuga del mundo ni búsqueda de hegemonía alguna, sino sevicio al hombre, al hombre todo y a todos los hombres, a partir de la perifería de la historia manteniendo siempre vivo el sentido de la esperanza que incita a obrar el bien no obstante todo y mirando siempre más allá.  

    Usted me pregunta también, como conclusión de su primer artículo, qué decir a los hermanos hebreos a cerca de la promesa que Dios les ha hecho: se ha malogrado del todo? Este es  -  en verdad  -  un interrogante que nos concierne radicalmente, como cristianos, por que, con la ayuda de Dios, sobre todo a partir del Concilio Vaticano II, hemos redescubierto que el pueblo hebreo sigue siendo, para nosotros, la raíz santa de la cual Jesús ha brotado. También yo, en la amistad que he cultivado durante todos estos años con los hermanos hebreos, en Argentina, muchas veces en la oración he interrogado a Dios, especialmente cuando la mente traía el recuerdo de la terrible experiencia de la Shoah. Lo que puedo decirle, con el apostol Pablo, es que jamás se ha quebrantado la fidelidad de Dios a la alianza estrecha con Israel y que, a travez de las terribles pruebas de estos siglos, los hebreos han coservado su fe en Dios. Y por esta razón, jamás les estaremos suficentemente agradecidos, como Iglesia, pero también como humanidad. El pueblo hebreo además, con su perseverancia en la fe en el Dios de la alianza, nos recuerda a todos, incluso a nosotros los cristianos, que estamos siempre a la espera, como peregrinos, del retorno del Señor y que por lo tanto debemos permanecer siempre abiertos a Él sin jamás atrincherarnos en lo que ya hemos alcanzado. 

    Paso ahora a las tres preguntas que me hace en el artículo del 7 de agosto. 

    Tengo la impresión de que, en las primeras dos, lo que le interesa es entender la actitud de la Iglesia hacia quien no comparte la fe en Jesús. En primer lugar, me pregunta si el Dios de los cristianos perdona a quien no cree o no busca la fe. Considerando que  -  y es la cuestión fundamental  -  la misericordia de Dios no tiene límites si nos dirigimos a Él con corazón sincero y contrito, la cuestión para quien no cree en Dios radica en obedecer a la propia conciencia. Escucharla y obedecerla significa tomar una decisión frente a aquello que se percibe como bien o como mal. Y en esta decisión se juega la bondad o la maldad de nuestro actuar. 

    En segundo lugar, me pregunta si el pensamiento según el cual no existe absoluto alguno y por ende tampoco una verdad absoluta, sino solo una serie de verdades relativas y subjetivas, es un error o un pecado. Para comenzar, yo no hablaría, ni siquiera por lo que respecta a un creyente, de verdad "absoluta", en el sentido que absoluto es aquello que es inconexo, aquello que carece de toda relación. Ahora bien, la verdad, según la fe cristiana, es el amor de Dios hacia nosotros en Jesucristo. Por lo tanto, ¡la verdad es una relación! Tanto es así que incluso cada uno de nosotros la percibe, la verdad, y la expresa a partir de sí mismo: de su historia y cultura, de la situación en la que vive, etc. Esto no significa que la verdad sea variable y subjetiva, todo lo contrario. Significa que la verdad se nos revela siempre y sólo como un camino y una vida. ¿No ha sido acaso el mismo Jesús quien ha dicho: "Yo soy el camino, la verdad, la vida" ? En otras palabras, siendo en definitiva la verdad toda una con el amor, exige humildad y apertura para ser buscada, escuchada y expresada. A este punto, es necesario aclarar bien los términos y, tal vez, para salir de los encajonamientos de una contraposición... absoluta, replantear a fondo la cuestión. Pienso que esta es hoy una necesidad imperiosa para entablar ese diálogo sereno y constructivo que tanto deseo y del cual hablaba en mis primeras lineas. 

    Como último punto me pregunta si, con la desaparición del hombre sobre la tierra, desaparecerá también el pensamiento capaz de pensar Dios. Sin duda, la grandeza del hombre radica en su capacidad de pensar Dios. Es decir en su capacidad de vivir una relación consciente y responsable con Él. Pero la relación se da entre dos realidades. Dios  -  este es mi pensamiento y esta es mi experiencia, ¡pero cuántos, ayer y hoy, los comparten!  -  no es una idea, si bien altísima, fruto del pensamiento del hombre. Dios es realidad con "R" mayúscula. Jesús nos lo revela  -  y vive la relación con Él  -  como un Padre de bondad y misericordia infinita. Dios no depende, por lo tanto, de nuestro pensamiento. Además, aún si acabara la vida del hombre sobre la tierra  -  y para la fe cristiana, en todo caso, este mundo, así como lo conocemos está destinado a acabarse  - , el hombre no acabará de existir y, de un modo que no nos es dado saber, tampoco el universo creado con él.

    La Escritura habla de "cielos nuevos y tierra nueva" y afirma que, al final, en el donde y en el cuando que se encuentra más allá de nosotros, pero verdadero y hacia el cual, en la fe, nos encaminamos con ansia y espera, Dios será "todo en todos". Ilustre Dr. Scalfari, concluyo de esta forma mis reflexiones, generadas por aquello que ha querido comunicarme y preguntarme. Las reciba como una respuesta provisional, pero sincera y optimista, a esa invitación que me ha parecido vislumbrar de andar un trecho de camino juntos.  La Iglesia, créame, no obstante su lentitud, sus infidelidades, sus errores y los pecados que pudo haber cometido y puede aún cometer en aquellos que la componen, no tiene otro sentido ni fin sino el de vivir y testimoniar a Jesús: Él que ha sido enviado por Abba "a traer a los pobres la alegre noticia, a proclamar a los prisioneros la liberación y a los ciegos la vista, a poner en libertad a los oprimidos, a proclamar el año de gracia del Señor" (Lc 4, 18-19).

        Con fraterna afinidad
        Francisco

    jueves, 19 de septiembre de 2013

    Esperanza y escepticismo entre las entidades provida, ante la reforma de la ley del aborto


    Bienvenidos los avances... pero «no nos conformamos»
    La próxima reforma de la ley del aborto tendrá algún cambio positivo, y otras muchas limitaciones. ¿Cómo reaccionar? La plataforma Derecho a vivir ya ha convocado una manifestación para el 20 de octubre. ¿Se debe hacer hincapié en exigir, o en centrarse más bien en los pasos hacia adelante? Entre las entidades provida de España, hay diversidad de opiniones. Pero todas comparten lo fundamental: seguirán luchando para alcanzar su meta: una ley que defienda siempre al no nacido, y que ayude a su madre
    alfayomega.es

    Es bueno el avance a favor de la vida, pero
    no podemos quedarnos cruzados de brazos
    A la quinta va la vencida. Han pasado casi dos años desde que el PP ganó las elecciones, y el Gobierno ha incumplido, cuatro veces, los plazos anunciados por el ministro de Justicia, don Alberto Ruiz Gallardón. Pero, por fin, se ha anunciado que el anteproyecto de la reforma de la ley del aborto será presentado en octubre.
    «Bienvenido sea que haya una fecha ya -celebró el Secretario General de la Conferencia Episcopal en la cadena COPE-. No es difícil mejorar lo que hay, porque estamos en una situación de gravísima injusticia», como el hecho de que acabar con la vida de un ser humano «sea un derecho. Eso ya han anunciado que va a revertir, pero habrá que ver más cosas».
    El 20 de octubre, manifestación
    Las entidades provida son conscientes de que la ley no cumplirá todas sus expectativas. De entrada, la plataforma Derecho a Vivir ha convocado una manifestación para el domingo 20 de octubre. Con ella, quieren presionar al Gobierno para que ponga el anteproyecto sobre la mesa. También «le pedimos al Gobierno -subrayan desde DaV- que, ahora que tienen la oportunidad de hacer una reforma profunda, no se quede en la superficie. Vamos a presionar por todos los medios. Le pondremos contra las cuerdas para que la reforma sea lo más valiente posible». A la vista de los datos que se han ido anunciando, pedirán, entre otras cosas, que «el supuesto eugenésico sea eliminado en su totalidad», y que, por tanto, no se permita abortar a los niños con malformaciones incompatibles con la vida. «No quisiéramos que se distinguiera entre enfermos de primera y de segunda», apuntan. También rechazan que se hable de conflicto de intereses entre el niño y la madre, pues el derecho a la vida del primero no es equiparable al bienestar de la madre. «Nuestra labor es concienciar de que es bueno acoger la reforma con satisfacción», reconociendo sus avances; «pero no podemos quedarnos cruzados de brazos. Hemos de apoyar al Gobierno, pero también exigirle. Si nos quedamos felicitándonos, vendrán otros que cambiarán la ley, y volverá el coladero».
    Otras entidades, en cambio, prefieren subrayar lo positivo. «Siempre nos vamos a alegrar de cualquier paso que nos acerque a que se defienda siempre y sin excepción la vida del no nacido y se ayude a la madre -explica doña Alicia Latorre, Presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida-. Pero alegrarnos de un paso adelante no significa que hayamos pactado con el mal, ni que nos conformemos». La Fundación Red Madre comparte esta actitud, por «pequeño o tímido que sea ese paso. A la vez, nunca me daré por satisfecho, y seguiré animando a dar el siguiente paso, y el siguiente», afirma su Presidente, don Antonio Torres. A quienes puedan ver en esto una actitud demasiado complaciente con el PP, les aclara que «jamás he dicho que el PP sea un partido provida, ni he animado a votarle ni a no votarle». Es consciente de que «no todos los que amamos» y defendemos «la vida tenemos por qué ver las cosas del mismo modo» ni usar las mismas estrategias, y por eso -añade- es necesario el respeto.
    ¿Apoyo a una ley menos mala?
    Ya en 1974, la Congregación para la Doctrina de la Fe subrayó que no es lícito apoyar una ley favorable al aborto. Con todo, en 1995, cuando estas leyes ya estaban extendidas, Juan Pablo II planteó, en la encíclica Evangelium vitae, la situación de los parlamentarios cuyo voto «resultase determinante para favorecer una ley más restrictiva». Su valoración puede aplicarse también a los ciudadanos, y a las entidades de la sociedad civil: «Cuando no sea posible evitar o abrogar completamente una ley abortista, un parlamentario, cuya absoluta oposición personal al aborto sea clara y notoria a todos, puede lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de esa ley». Sería, de hecho, «un intento legítimo y obligado».
    Es decir, es legítimo apoyar una ley imperfecta, pero más restrictiva, siempre que se deje claro que ésa no es la meta final. Es el caso de las entidades provida de España. «Nuestro objetivo -subraya don Benigno Blanco, Presidente del Foro Español de la Familia- es irrenunciable: ni un aborto, y una ley que proteja la vida y la maternidad. En la medida que la nueva ley avance de verdad» hacia esta meta, «merecerá nuestro aplauso», pequeño o grande. Y añade: «No se puede descalificar un paso en la buena dirección porque no sea el que nos gustaría». El señor Blanco aclara los requisitos mínimos para que la nueva ley suponga un cambio real: es esencial que se derogue y sustituya la ley de 2010, que recoge el aborto como un derecho y está impregnada de ideología de género; y que, si mantiene el supuesto del grave riesgo para la salud de la madre, la ley recoja -sin dejarlo pendiente de regulación posterior- un mecanismo «serio, profesional e independiente» para verificarlo. Otros requisitos importantes son que se reconozca la objeción de conciencia y que las menores no puedan abortar sin consentimiento paterno. También pide una ley de apoyo a la maternidad, que «sería preferible que estuviera incluida en esta ley, como garantía de que sale todo, y a la vez».
    Seguiremos trabajando
    Un obstáculo al que deberán enfrentarse estas entidades será la idea de que una ley como la que se va a presentar, limitada y muy mejorable, es lo máximo a lo que pueden aspirar, pues el PP no está dispuesto a ir más allá, y retirarle el voto es hacer posible que vuelva al poder un partido o coalición más abortista. «Si dejamos que después de la aprobación de esta ley se produzca un vacío en el debate público» sobre el aborto, de forma que parezcasuficiente, «sería culpa nuestra». No están dispuestos a ello: «Al día siguiente» de su aprobación -promete don Benigno-, «seguiremos intentando crear en la sociedad el clima» que, con el tiempo, «permita otra reforma» que acerque más -u, ojalá, llegue a alcanzar- el fin del aborto. La Presidenta de Provida va más allá: seguirán trabajando «incluso si la ley fuera perfecta. Nuestra labor no es sólo denunciar el mal, sino construir el bien. Es muy importante crear un clima social a favor de la vida», y para ello también hace falta curar todas las heridas causadas por 28 años de aborto.
    La cultura de la muerte -recuerda don Antonio Torres- «crece también en el día a día de las personas que nos rodean», y por eso hace falta que haya «un compromiso personal activo con la vida. No agotamos nuestro ámbito de responsabilidad con la crítica, sino que debemos -¡todos!- dar el paso de hacer cosas en positivo». No se refiere sólo a la labor asistencial que su fundación realiza. «Más importante que pertenecer, por ejemplo, a Red Madre, es crear cada uno una mentalidad redmadre en su ambiente».
    María Martínez López