miércoles, 30 de septiembre de 2015

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Gracias a todos hemos llegado a las 100.000 visitas únicas y más de 180.000 páginas vistas. En menos de 7 años Movimadrid el blog del MFC de Madrid ha conseguido informar, entretener y anunciar a Cristo a los abuelos, familias, matrimonios, niños y jóvenes.
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martes, 29 de septiembre de 2015

Francisco en el avión: «¿El divorcio católico? Eso no existe. O no hubo matrimonio o es indisoluble»

En el vuelo de regreso a Roma (Italia), luego de su visita apostólica a Cuba y Estados Unidos, el Papa Francisco concedió una rueda de prensa a los periodistas que viajaron con él.
Aciprensa.
En la misma abordó diversos asuntos, entre ellos la visita a los dos países, los abusos sexuales por parte del clero, la crisis migratoria en Europa, el acuerdo de paz entre Colombia y las FARC, el Sínodo de Obispos sobre la Familia, el próximo Jubileo de la Misericordia, los recientes bombardeos del gobierno francés al Estado Islámico (ISIS) en Siria y la reforma en los procesos de nulidad matrimonial.

A continuación la transcripción de la rueda de prensa:

-Fue su primera visita a Estados Unidos, ¿qué le sorprendió y qué fue diferente respecto a lo que esperaba?-Sí, fue la primera visita, nunca estuve aquí. Me ha sorprendido el calor de la gente, tan amable, una cosa bella y también diferente. En Washington un recibimiento caluroso pero un poco más formal, en Nueva York un poco extralimitado, y en Filadelfia muy expresivo. Tres modalidades diversas, pero la misma acogida. Me ha impresionado mucho el recibimiento, las acogidas en las ceremonias religiosas y también por la piedad, la religiosidad. Se veía a la gente rezar y esto me impresionó mucho, mucho, fue bonito.

-¿Hubo algún desafío o provocación que no se esperaba de parte de los Estados Unidos?- No, gracias a Dios no. Todo fue bien, no hubo ninguna provocación, todos educados. Ningún insulto, no, ninguna cosa fea. No, no.

-¿Y sobre los desafíos? ¿Los obispos?
- Tenemos que continuar trabajando con este pueblo creyente como han trabajado hasta ahora, acompañando al pueblo en el crecimiento de sus cosas buenas y en sus dificultades, acompañándoles en la alegría, en los momentos malos, de dificultades, cuando no hay trabajo, en la enfermedad. El desafío de la Iglesia hoy, ahora comprendo bien, es el de ser como ha sido siempre, próxima a la gente, próxima al pueblo de los Estados Unidos, con proximidad. No una Iglesia separada del pueblo, sino próxima. Este es un desafío que la Iglesia de los Estados Unidos ha entendido bien, lo ha entendido y quiere hacerlo.

-En Filadelfia se vivió un tiempo difícil por los abusos sexuales y la herida está aún abierta. Conozco a muchas personas en Filadelfia que han quedado sorprendidas de que en sus palabras a los obispos en Washington ofreciera palabras de consuelo. Muchos en Filadelfia se preguntarán, ¿por qué tuvo la necesidad de ofrecer palabras de consuelo a los obispos?- En Washington hablé a todos los obispos de los Estados Unidos, estaban todos, de todas las ciudades. Sentí la necesidad de expresar la compasión porque pasó una cosa feísima. Y muchos de ellos sufrieron porque no sabían esto o cuando explotó el asunto sufrieron mucho. Hombres de Iglesia, de oración, verdaderos pastores, y yo dije que sabía que ellos -usé una palabra de la Biblia, del Apocalipsis- “ustedes son los que vienen de la gran tribulación” y eso es lo que sucedió, fue una gran tribulación, pero no solo el sufrimiento afectivo, es lo que he dicho hoy al grupo de personas abusadas, fue no digo una apostasía, pero casi un sacrilegio.

»Cuando los abusos, lo sabemos, están por todas partes, están en el entorno familiar, en el entorno vecinal, en las escuelas, en los gimnasios... pero cuando un sacerdote comete un abuso es gravísimo porque la vocación del sacerdote es hacer crecer a ese niño, esa niña, hacia el amor de Dios, hacia la madurez afectiva, hacia el bien. En vez de hacer eso, lo ha impulsado al mal y por esto es casi un sacrilegio. Y él ha traicionado la vocación, la llamada del Señor, por esto la Iglesia en este momento también sufre. No se debe encubrir.

»También son culpables aquellos que han tapado estas cosas, también hay algunos obispos que han tapado esto. Es una cosa feísima y las palabras de consuelo no son decir: “estate tranquilo, no es nada”. No, no, no. Ha sido así, pero ha sido tan feo. “Me imagino que habéis llorado mucho…” en ese sentido han sido esas palabras. Y hoy he hablado duro.

- Usted ha hablado mucho del perdón, que Dios nos perdona y los que a menudo estamos pidiendo perdón somos nosotros. Hay muchos sacerdotes que han cometido abusos sexuales a menores y no han pedido perdón a sus víctimas. ¿Usted los perdona? Y por otra parte, ¿usted entiende a las víctimas y a las familias que no logran perdonar o no quieren perdonar?- Si una persona ha hecho mal, es consciente de lo que ha hecho y no pide perdón, yo le pido a Dios que lo tenga en cuenta. Yo lo perdono, pero él no recibe el perdón. Está cerrado al perdón. Una cosa es dar el perdón. Todos estamos obligados a perdonar porque todos fuimos perdonados, pero otra cosa es recibir el perdón y si ese sacerdote está cerrado al perdón no lo recibe porque él cerró la puerta con la llave desde adentro y lo que queda es rezar para que el Señor le abra esa puerta. O sea, para dar el perdón hay que estar dispuesto, pero no todos lo pueden recibir, lo saben recibir o no están dispuestos a recibirlo. Es duro lo que estoy diciendo y así se explica que haya gente que termine su vida dura, mal, sin recibir la caricia de Dios. ¿La segunda pregunta cuál era?

-¿Usted entiende a las víctimas y sus familias que no han logrado perdonar o no quieren perdonar?-Sí, los comprendo, rezo por ellos y no los juzgo, rezo por ellos. Una vez en una de estas reuniones me encontré con varias personas y una mujer me dijo: “cuando mi madre se enteró de que me habían abusado blasfemó contra Dios, perdió la fe y murió atea”. Yo la comprendo a esa mujer. La comprendo. Y Dios, que es más bueno que yo, la comprende. Y estoy seguro de que a esa mujer Dios la ha recibido porque lo que fue manoseado, lo que fue destrozado era su propia carne, la carne de su hija. Yo la comprendo. No juzgo a alguien que no puede perdonar. Rezo y le pido a Dios, porque Dios es un campeón en buscar caminos de solución. Pido que lo arregle.

-Padre, sobre todo gracias por este momento. Todos lo hemos oído hablar mucho del proceso de paz en Colombia, entre las FARC y el gobierno. Ahora hay un acuerdo histórico. ¿Usted se siente un poco parte de este acuerdo? Usted había dicho que pensaba ir a Colombia cuando se firmase un acuerdo y ahora muchos colombianos lo están esperando. Y otra pequeñita, ¿qué piensa cuándo pasó este viaje tan largo y el avión se va?- La primera. Cuando tuve la noticia de que en marzo se va a firmar el acuerdo le dije al Señor: “Señor haz que lleguemos a marzo, que se llegue con esta bella intención porque faltan pequeñas cosas pero la voluntad existe de ambas partes, de ambas partes. Existe”. También del pequeño grupo, los tres están de acuerdo. Tenemos que llegar a marzo al acuerdo definitivo. Queda el punto de la justicia internacional. Yo me quedé contentísimo y me sentí parte en el sentido de que yo siempre quise esto. Hablé dos veces con el Presidente Santos sobre este problema, y la Santa Sede, no solo yo, está muy abierta a ayudar como pueda.

»Lo otro, esto es un poco personal pero debo ser sincero. Cuando el avión parte después de una visita me vienen las miradas de tanta gente, me vienen las ganas de rezar por ellos, decirle al Señor: “Yo vine aquí para hacer algo, para hacer el bien. Tal vez hice mal, perdóname pero custodia a toda esa gente que me ha visto, que ha pensado las cosas que yo he dicho, me ha escuchado, incluso los que me criticaron y por todos siento esto”. No sé, me viene. Me perdone, es un poco personal. Esto no se puede decir en los periódicos.

-Quería preguntarle sobre la crisis migratoria. Muchos países están construyendo nuevas barreras de alambre de espino. ¿Qué piensa sobre esto?- Usted ha usado una palabra: crisis. Se convierte en un estado de crisis después de un proceso largo. Esto es el resultado de un proceso de años, porque las guerras de las que aquella gente huye son guerras de años. El hambre es hambre de años. Cuando yo pienso en África, esto es un poco simple, eh, pero lo digo como ejemplo. Pienso en África, el continente explotado y ahora vienen las guerras rivales, pero tienen detrás intereses económicos. Y yo pienso que antes de explotar un continente, un país, una guerra, se podrían hacer inversiones para que aquella gente tenga trabajo y así evitar esta crisis. 

»Es verdad, es una crisis de refugiados, como he dicho en el Congreso, nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial. Y usted me pregunta sobre las barreras. Usted sabe cómo terminan los muros. Todos, todos los muros caen, hoy, mañana, o dentro de cien años, pero todos caen. No es una solución. El muro no es una solución. En este momento Europa está en dificultades es verdad. Debemos ser inteligentes porque viene toda aquella ola migratoria y no es fácil encontrar soluciones. Pero con el diálogo entre países deben encontrarlo. Los muros nunca son la solución. En cambio, los puentes sí. Siempre. Siempre. Eso es lo que pienso sobre los muros y las barreras. No son una solución. El problema permanece y permanece con más odio.

-Santo Padre, usted no puede obviamente anticipar el debate de los padres sinodales, lo sabemos perfectamente, pero queríamos saber si antes del Sínodo en su corazón de pastor quiere realmente una solución para los divorciados vueltos a casar. Queremos también saber si su Motu Proprio sobre la regulación de la nulidad, ha cerrado para Ud. este debate. Y para terminar, Qué responde a aquellos que temen que con esta reforma la creación de facto del llamado divorcio católico. Gracias-Empiezo por la última. En la reforma de los procesos, del modo, he cerrado la puerta a la vía administrativa, que era la vía por la cual podía entrar el divorcio. Y se puede decir que aquellos que piensan en el divorcio católico, se equivocan, porque este último documento ha cerrado la puerta al divorcio que podía entrar, y era más fácil, por la vía administrativa, siempre estará la vía judicial.

»Luego, continuando con la tercera, el documento: este ha estado pedido por la mayoría de los padres sinodales en el Sínodo del año pasado, acelerar los procesos, porque hay procesos que duraban diez, quince años, en una sentencia, y luego otra sentencia, y una apelación y otra apelación y no se terminaba nunca.

»La doble sentencia, cuando era válida y que no había apelo fue introducida por el Papa Lambertini, Benedicto XIV, porque en Centroeuropa, no digo el país, había algunos abusos, y para pararlos él introdujo esto (la doble sentencia), pero no es una cosa esencial al proceso. Los procesos cambian y la jurisprudencia cambia y se mejora siempre, en ese momento era urgente hacerlo. Luego Pío X ha querido acelerar y ha hecho alguna cosa pero no tuvo el tiempo o la posibilidad de hacerlo. Los padres sinodales han pedido esto en el aceleramiento del proceso de nulidad matrimonial y termino en eso, este documento, este Motu Proprio, facilita los procesos en el tiempo, pero no es un divorcio, porque el matrimonio es indisoluble cuando es sacramento, y esto la Iglesia no lo puede cambiar, es doctrina, es un sacramento indisoluble.

»El procedimiento legal es para probar que eso que parecía un sacramento no era sacramento por falta de libertad, por ejemplo, o por falta de madurez, o por enfermedad mental, pero tantos son los motivos que llevan luego de un estudio, una investigación a decir ´no, ahí no hubo un sacramento´, por ejemplo, porque esa persona no era libre. Un ejemplo que ahora no es común pero en algunos sectores en la sociedad es común, al menos en Buenos Aires era, el matrimonio cuando la novia estaba embarazada. Deben casarse... yo, en Buenos Aires. al sacerdote les aconsejaba con fuerza casi prohibía hacer el matrimonio en esta condición. Nosotros lo llamamos matrimonio en apuro, para cubrir todas las apariencias, y el niño nace, algunos van bien pero no hay la libertad y luego va mal se separan y si ´yo he estado forzado a hacer el matrimonio porque debía cubrir esta situación´, y esta es una causa de nulidad, tantas, la causa de nulidad, ustedes pueden buscarlo en el internet, están todas ahí, son tantas...  

»Luego el problema de los divorciados que están en una segunda unión, ustedes lean, lo tiene, el Istrumentum Laboris, aquello que se discute, a mí me parece un poco simple decir que el sínodo, la solución de estas personas es que puedan comulgar, esa no es la solución, la única. Aquello que el Instrumentum Laboris propone es tanto y también el problema de la nueva unión, de los divorciados, no es el único problema. En el Instrumentum Laboris hay tantos...

»Por ejemplo los jóvenes no se casan, no quieren casarse, es un problema pastoral para la Iglesia, otro problema la madurez afectiva para el matrimonio, otro problema la fe, “yo creo, que esto es por siempre , sí, sí, sí creo”, pero ¿creo?...

»La preparación para el matrimonio... Yo pienso tantas veces que para ser sacerdote hay una preparación de ocho años, y luego como no es definitivo la Iglesia puede quitarte el estado clerical. Para casarse para toda la vida se hacen cuatro cursos cuatro veces, hay algo que no va. El Sínodo debe pensar bien cómo hacer la preparación al matrimonio, es una de las cosas difíciles, pero todo está listado en el Instrumentis Laboris, pero me gusta que me haga esta pregunta sobre el divorcio católico, eso no existe, o no hubo matrimonio, esto es nulidad, no ha existido, y si ha existido es indisoluble, esto es claro.  

-Santo Padre, usted visito a las Hermanitas de los Pobres, y nos dijeron que usted quería mostrar su apoyo a ellas por su caso en la corte. Y, Santo Padre, usted también apoya a las personas, incluso funcionarios del gobierno, que por objeción de conciencia, de su conciencia, no llevarían adelante por ejemplo una legislación en favor del matrimonio homosexual, ¿Usted apoyaría también este tipo de reivindicaciones en el marco de la libertad religiosa?-No puedo conocer todos los casos que pueden existir de objeción de conciencia. Pero sí puedo decir que la objeción de conciencia es un derecho que entra en cada derecho humano. Es un derecho. Y si una persona no permite hacer objeción de conciencia, niega un derecho. En cada estructura judicial debe entrar objeción de conciencia porque es un derecho, un derecho humano. En caso contrario, terminamos en la selección de los derechos: este es un derecho de calidad, este es un derecho de no calidad, este... Es un derecho humano, eh. 

»A mí siempre, y esto va en mi contra, siempre me conmovió cuando de joven leí muchas veces “El Cantar de Roldán”, cuando estaban todos los mahometanos en fila y delante estaba la pila bautismal, o la espada. Y tenían que elegir. No le estaba permitido la objeción de conciencia. No, es un derecho y si tenemos que hacer paz, hay que respetar todos los derechos.

-Incluyendo también a funcionarios gubernamentales...
- ¡Es un derecho humano! Si el funcionario de gobierno es una persona humana, tiene ese derecho. Es un derecho humano.

-Usted en la ONU utilizó palabras muy fuertes para denunciar el silencio del mundo ante la persecución de los cristianos que son privados de sus casas, son privados de sus bienes, esclavizados y además brutalmente asesinados. Ahora el presidente Holanda anunció el inicio de bombardeos de parte de Francia contra las bases del ISIS, en Siria. ¿Qué piensa de esta acción militar? ¿Por otra parte, también una curiosidad, el alcalde de Roma, Ignazio Marino, el alcalde del Jubileo, declaró que vino a la misa del Encuentro Mundial de Familias porque usted lo invitó. ¿Cómo fueron las cosas?- Empiezo por la segunda: yo no invité al alcalde Marino ¿claro? No lo hice y ni le pregunté a mis colaboradores y ni siquiera ellos lo invitaron. Él ha venido, él se dice católico y vino espontáneamente. Es claro.

»La otra sobre el bombardeo. En verdad tuve noticia antes de ayer y no leí, la verdad es que no conozco bien la situación como irá. Escuché decir que Rusia tenía una posición, los Estados Unidos aún no estaba claro. La verdad, no sé que decirte, no entendí bien la cosa...

»Pero cuando escucho la palabra bombardeo, muerte, sangre, repito lo que dije en el Congreso y en las Naciones Unidas: hay que evitar estas cosas, pero no sé, la situación política no la juzgo porque no la conozco.

- Santo Padre me gustaría hacerle una pregunta sobre la relación de la Santa Sede y la China y la situación en este país que es ya muy difícil también para la Iglesia Católica. ¿Qué piensa de esto?-La China es una gran nación que aporta al mundo una gran cultura, tantas cosas buenas, yo dije una vez en el avión cuando estábamos regresando de Corea, me gustaría tanto ir a China, yo amo al pueblo chino, lo quiero tanto, ¡eh! Yo espero que se den las posibilidades de buenas relaciones, tenemos contactos, hablamos, andar adelante, para mí, tener un país amigo como la China que tiene tanta cultura y tanta posibilidad de hacer el bien, sería una alegría.

-Santo Padre, por primera vez ha visitado EE.UU. nunca había estado antes, ha hablado ante el Congreso, ha hablado ante Naciones Unidas, se ha llevado auténticos baños de multitudes. ¿Se siente más poderoso? Y quería preguntarle también, porque le hemos escuchado destacar el papel de las religiosas, de las mujeres en la Iglesia estadounidense, ¿veremos alguna vez mujeres sacerdotes en la Iglesia católica, como piden algunos grupos en EE.UU. y como tienen otras iglesias cristianas?- Las monjas en EE.UU. han hecho maravillas. En el campo de la educación, en el campo de la salud... El pueblo de EE.UU. ama a las monjas; no sé cuánto ama a los curas, pero a las monjas las ama, las ama mucho. Son buenas, son mujeres estupendas, estupendas. Cada una sigue a su congregación, sus reglas, hay diferencias... Pero son magníficas. Y por eso yo me he sentido en la obligación de agradecer todo lo que han hecho. 

»Una persona importante del gobierno de EE.UU. me ha dicho en estos días: “Yo, lo que tengo de cultura, se lo debo primariamente a las monjas”. Las monjas tienen escuelas en todos los barrios, ricos, pobres, trabajan con los pobres en los hospitales. Esta era la primera, de la tercera me acuerdo, ¿y la segunda cuál era?

-Si se siente poderoso después de haber estado en EEUU con esta agenda y de haber tenido tanto éxito-Yo no sé si he tenido éxito o no. Pero yo tengo miedo de mí mismo. Porque me siento siempre débil, no sé, en el sentido de no tener el poder, pero también el poder es una cosa pasajera, hoy está y mañana no está. Es importante si tú con el poder puedes hacer el bien. Y Jesús ha definido el poder: el verdadero poder es servir. Hacer los servicios más humildes. Y yo tengo todavía que avanzar en este camino del servicio, porque siento que no hago todo lo que debo hacer. Ese es el sentido que yo tengo del poder. 

»Y en tercer lugar, las mujeres sacerdotes. Eso no puedo hacerlo. El Papa San Juan Pablo II, después de largos tiempos de reflexión, lo ha dicho claramente. ¡No porque las mujeres no tengan la capacidad! Mira que en la Iglesia son más importantes las mujeres que los hombres. Porque la Iglesia es mujer. La Iglesia, no es el iglesia. La Iglesia es la esposa de Jesucristo. Y la Virgen es más importante que los papas y los obispos, y que los curas. Hay una cosa que debo reconocerte: nosotros estamos un poco con retraso en una elaboración de la teología de la mujer; debemos avanzar en esa teología. Eso sí es verdad. Gracias

-Santo Padre, en EE.UU. usted se ha convertido en una estrella. ¿Es bueno para la Iglesia que el Papa sea una estrella?-¿Tú sabes cuál era el título que usaban los papas y que se debe usar? Siervo de los siervos de Dios. Es un poco diferente de una estrella. Las estrellas son bonitas para verlas. A mí me gusta mirar cuando el cielo está sereno en verano... Pero el Papa debe ser, debe ser, el siervo de los siervos de Dios. Sí, en los medios se usa esto, pero hay otra verdad: cuántas estrellas hemos visto que después se apagan y caen, es una cosa pasajera. En cambio, ser el siervo de los siervos de Dios, esto es bello, no pasa. Así lo pienso.

lunes, 28 de septiembre de 2015

El Papa pide que se multipliquen en el hogar «esos pequeños gestos milagrosos» de amor y de ternura

La misa de clausura del Encuentro Mundial de las Familias se celebró en el Benjamin Franklin Parkway de Filadelfia ante cientos de miles de personas. El Papa rezó el canon en latín, el resto de las oraciones en inglés y las lecturas se hicieron en español y un idioma oriental.

Como ha sido habitual durante toda su visita apostólica a Estados Unidos, el Papa predicó en español. La homilía tuvo dos partes, una primera en la que Francisco, siguiendo las lecturas y el evangelio del día, instó a no estorbar la acción del Espíritu Santo, y una segunda en la que señaló los pequeños gestos de amor familiar como una presencia clara de dicho Espíritu.

"Escandalizados por la libertad de Dios"Los pasajes de la Sagrada Escritura leídos este domingo esconden una "sorpresa", afirmó el Santo Padre: "Moisés y Jesús reprenden a [sus] colaboradores por ser tan estrechos de mente" ante la acción del Espíritu Santo, cediendo a "la tentación de ser escandalizados por la libertad de Dios, que hace llover sobre justos e injustos, saltándose la burocracia, el oficialismo y los círculos íntimos", una tentación que "amenaza la autenticidad de la fe y por tanto tiene que ser vigorosamente rechazada".
"Para Jesús", continuó Francisco, "el escándalo intolerable es todo lo que destruye y corrompe nuestra confianza en este modo de actuar del Espíritu". Porque "nuestro Padre no se deja ganar en generosidad y siembra su presencia en nuestro mundo, ya que el amor no consiste en que nosotros hayamos amado primero a Dios, sino en que Él nos amó primero: amor que nos da la certeza honda de que somos buscados por Él, somos esperados por Él. Esa confianza es la que lleva al discipulo a estimular, a acompañar y a hacer crecer todas las buenas iniciativas que existen a su alrededor".

El Papa concluyó esta parte de su homilía insistiendo en que "poner en duda la obra del Espíritu, dar la impresión de que la misma no tiene nada que ver con aquellos que no son parte de nuestro grupo, que no son como nosotros, es una tentación peligrosa. No bloquea solamente la conversión a la fe, sino que constituye una perversión de la fe".
"Gestos de familia"El Papa engarzó esta reflexión con la siguiente: "La fe abre la ventana a la presencia actuante del Espíritu y nos muestra que la felicidad y la santidad están siempre ligadas a los pequeños gestos... gestos mínimos que uno aprende en el hogar, gestos de familia que se pierden en el anonimato de la cotidianidad, pero que hacen diferente cada jornada".
El Papa hablaba de esos "gestos de madre, de abuela, de padre, de abuelo, de hijo, de hermano: son gestos de ternura, de cariño, de compasión. Son los gestos del plato caliente de quien espera a cenar, del desayuno temprano de quien sabe acompañar a madrugar. Son gestos de hogar: es la bendición antes de dormir y el abrazo al regresar de una larga jornada de trabajo. El amor se manifiesta en pequeñas cosas, en la tensión cotidiana que hace que la vida siempre tenga sabor a hogar".

"La fe crece con la práctica", continuó Francisco, "y es plasmada por el amor. Por eso nuestras familias, nuestros hogares, son verdaderas iglesias domésticas, el lugar propio donde la fe se hace vida y la vida crece en la fe". 
"En mi casa ¿se grita?""Jesús nos invita a no impedir esos pequeños gestos milagrosos, por el contrario, quiere que los provoquemos, que los hagamos crecer: pequeños gestos de amor signos de Su presencia viva y actuante en nuestro mundo", insistió.
"Que nuestros hijos encuentren en nosotros referentes de comunión, no de división, que encuentren en nosotros hombres y mujeres capaces de unirse a los demás para hacer germinar todo lo bueno que el Padre sembró", dijo el Papa, quien añadió una reflexión: "Es verdad que en cuanto a bondad y pureza de corazón, nosotros, seres humanos, no tenemos mucho de que vanagloriarnos, pero Jesús sabe que en lo que se refiere a los niños somos capaces de una generosidad infinita".

Por eso consideró que la celebración de la fiesta de las familias "es ya en sí misma algo profético, una especie de milagro en un mundo de hoy que está cansado de inventar nuevas divisiones, nuevos quebrantos, nuevos desastres". Y a nivel particular deseó que cada uno de nosotros se abra "a los milagros del amor para el bien de su propia familia, y de esta manera poder superar el escándalo de un amor mezquino y desconfiado, encerrado en sí mismo e impaciente con los demás".
"Les dejo como pregunta para que cada uno responda, porque dije la palabra impacienteEn mi casa, ¿se grita? ¿O se habla con amor y ternura? Es una buena manera de medir nuestro amor. ¡Qué bonito sería si en todas partes, y también más allá de nuestras fronteras, pudiéramos alentar y valorar esta profecía y este milagro".
Destino DublínPor último, hizo un voto por que "renovemos nuestra fe en la Palabra del Señor, que invita a nuestras familias a esta apertura, que invita a todos a participar de la profecía de la alianza entre un hombre y una mujer que genera vida y revela a Dios, que nos ayude a participar de la profecía de la paz, de la ternura y del cariño familiar, que nos ayude a participar del gesto profético de cuidar con ternura, con paciencia y con amor a nuestros niños y a nuestros abuelos". Y rogó por último "la gracia de ser dignos de la pureza de corazón que no se escandaliza del Evangelio".
Antes de la conclusión de la misa, monseñor Vicenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, anunció que el Papa ha decidido que el próximo Encuentro Mundial de las Familias tenga lugar en Dublín (Irlanda) en 2018.
Texto íntegro de la homilía del Papa en la misa de clausura del Encuentro Mundial de las FamiliasHoy la Palabra de Dios nos sorprende con un lenguaje alegórico fuerte que nos hace pensar. Un lenguaje alegórico que nos desafía pero también estimula nuestro entusiasmo.
En la primera lectura, Josué dice a Moisés que dos miembros del pueblo están profetizando, proclamando la Palabra de Dios sin un mandato. En el Evangelio, Juan dice a Jesús que los discípulos le han impedido a un hombre sacar espíritus inmundos en su nombre. Y aquí viene la sorpresa: Moisés y Jesús reprenden a estos colaboradores por ser tan estrechos de mente. ¡Ojalá fueran todos profetas de la Palabra de Dios! ¡Ojalá que cada uno pudiera obrar milagros en el nombre del Señor!
Jesús encuentra, en cambio, hostilidad en la gente que no había aceptado cuanto dijo e hizo. Para ellos, la apertura de Jesús a la fe honesta y sincera de muchas personas que no formaban parte del pueblo elegido de Dios, les parecía intolerable. Los discípulos, por su parte, actuaron de buena fe, pero la tentación de ser escandalizados por la libertad de Dios que hace llover sobre «justos e injustos» (Mt 5,45), saltándose la burocracia, el oficialismo y los círculos íntimos, amenaza la autenticidad de la fe y, por tanto, tiene que ser vigorosamente rechazada.
Cuando nos damos cuenta de esto, podemos entender por qué las palabras de Jesús sobre el escándalo son tan duras. Para Jesús, el escándalo intolerable es todo lo que destruye y corrompe nuestra confianza en este modo de actuar del Espíritu.
Nuestro Padre no se deja ganar en generosidad y siembra. Siembra su presencia en nuestro mundo, ya que «el amor no consiste en que nosotros hayamos amado primero a Dios, sino en que Él nos amó primero» (1Jn 4,10). Amor que nos da la certeza honda: somos buscados por Él, somos esperados por Él. Esa confianza es la que lleva al discípulo a estimular, acompañar y hacer crecer todas las buenas iniciativas que existen a su alrededor. Dios quiere que todos sus hijos participen de la fiesta del Evangelio. No impidan todo lo bueno, dice Jesús, por el contrario, ayúdenlo a crecer. Poner en duda la obra del Espíritu, dar la impresión que la misma no tiene nada que ver con aquellos que «no son parte de nuestro grupo», que no son «como nosotros», es una tentación peligrosa. No bloquea solamente la conversión a la fe, sino que constituye una perversión de la fe.
La fe abre la «ventana» a la presencia actuante del Espíritu y nos muestra que, como la felicidad, la santidad está siempre ligada a los pequeños gestos. «El que les dé a beber un vaso de agua en mi nombre –dice Jesús– pequeño gesto, no se quedará sin recompensa» (Mc 9,41). Son gestos mínimos que uno aprende en el hogar; gestos de familia que se pierden en el anonimato de la cotidianidad pero que hacen diferente cada jornada. Son gestos de madre, de abuela, de padre, de abuelo, de hijo, de hermanos. Son gestos de ternura, de cariño, de compasión. Son gestos del plato caliente de quien espera a cenar, del desayuno temprano del que sabe acompañar a madrugar. Son gestos de hogar. Es la bendición antes de dormir y el abrazo al regresar de una larga jornada de trabajo. El amor se manifiesta en pequeñas cosas, en la atención mínima a lo cotidiano que hace que la vida siempre tenga sabor a hogar. La fe crece con la práctica y es plasmada por el amor. Por eso, nuestras familias, nuestros hogares, son verdaderas Iglesias domésticas. Es el lugar propio donde la fe se hace vida y la vida crece en la fe.
Jesús nos invita a no impedir esos pequeños gestos milagrosos, por el contrario, quiere que los provoquemos, que los hagamos crecer, que acompañemos la vida como se nos presenta, ayudando a despertar todos los pequeños gestos de amor, signos de su presencia viva y actuante en nuestro mundo.
Esta actitud a la que somos invitados nos lleva a preguntarnos hoy aquí en el final de esta fiesta: ¿Cómo estamos trabajando para vivir esta lógica en nuestros hogares, en nuestras sociedades? ¿Qué tipo de mundo queremos dejarle a nuestros hijos? (cf. Laudato si’, 160). Pregunta que no podemos responder sólo nosotros. Es el Espíritu el que nos invita y desafía a responderla con la gran familia humana. Nuestra casa común no tolera más divisiones estériles. El desafío urgente de proteger nuestra casa incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, porque sabemos que las cosas pueden cambiar (cf. ibid., 13). Que nuestros hijos encuentren en nosotros referentes de comunión, no de división. Que nuestros hijos encuentren en nosotros hombres y mujeres capaces de unirse a los demás para hacer germinar todo lo bueno que el Padre sembró.
De manera directa, pero con afecto, Jesús dice: «Si ustedes, pues, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?» (Lc 11,13) Cuánta sabiduría hay en estas palabras. Es verdad que en cuanto a bondad y pureza de corazón nosotros, seres humanos, no tenemos mucho de qué vanagloriarnos. Pero Jesús sabe que, en lo que se refiere a los niños, somos capaces de una generosidad infinita. Por eso nos alienta: si tenemos fe, el Padre nos dará su Espíritu.
Nosotros los cristianos, discípulos del Señor, pedimos a las familias del mundo que nos ayuden. Somos muchos los que participamos en esta celebración y esto es ya en sí mismo algo profético, una especie de milagro en el mundo de hoy. Que estás cansado de inventar nuevas divisiones, nuevos quebrantos, nuestros desastres. Ojalá todos fuéramos profetas. Ojalá cada uno de nosotros se abriera a los milagros del amor para el bien de su propia familia y de todas las familias del mundo, y estoy hablando de milagro de amor, y de esa manera poder así superar el escándalo de un amor mezquino y desconfiado, encerrado en sí mismo e impaciente con los demás. Les dejo como pregunta para que cada uno responda porque dije la palabra impaciente. En mi casa, ¿se grita o se habla con amor y ternura? Es una buena manera de medir nuestro amor.
Qué bonito sería si en todas partes, y también más allá de nuestras fronteras, pudiéramos alentar y valorar esta profecía y este milagro. Renovemos nuestra fe en la palabra del Señor que invita a nuestras familias a esa apertura; que invita a todos a participar de la profecía de la alianza entre un hombre y una mujer, que genera vida y revela a Dios. Que nos ayude a participar de la profecía de la paz de la ternura y del cariño familiar, que nos ayude a participar del gesto profético, con ternura, con paciencia y con amor a nuestros niños y a nuestros abuelos.
Todo el que quiera traer a este mundo una familia, que enseñe a los niños a alegrarse por cada acción que tenga como propósito vencer el mal –una familia que muestra que el Espíritu está vivo y actuante– encontrará gratitud y estima, no importando el pueblo o la región o la religión a la que pertenezca.
Que Dios nos conceda a todos, ser profetas del gozo del Evangelio, del Evangelio de la familia, del amor de la familia. Ser profetas como discípulos del Señor y nos conceda la gracia de ser dignos de esta pureza de corazón que no se escandaliza del Evangelio. Que así sea.

domingo, 27 de septiembre de 2015

El Papa en el festival de las familias en Filadelfia

En una noche llena de alegres cantos y conmovedores testimonios, el Papa Francisco presidió la Fiesta de las Familias y la vigilia de oración del Encuentro Mundial de las Familias 2015 en Filadelfia (Estados Unidos).

El Santo Padre llegó alrededor de las 7:30 p.m. (hora local) a las inmediaciones del escenario montado en el Benjamin Franklin Parkway, en la capital del estado de Pensilvania.

Tras recorrer hasta los sectores más alejados del estrado, el Santo Padre apareció frente a todos los asistentes mientras la orquesta sinfónica aún interpretaba su melodía. Cuando las familias asistentes quisieron aplaudirle, el Papa pidió que las ovaciones se dirijan al grupo musical.

Charles Chaput, arzobispo de Filadelfia y anfitrión del evento, agradeció la presencia del Papa e inició oficialmente la celebración.

Una de las primeras sorpresas de la Fiesta de la Familias fue Mark Wahlberg como presentador. El actor y productor estadounidense aseguró que atribuye su éxito en el cine a su “fe católica”: “Mi fe me ayuda a ser un buen padre, un buen esposo y un buen ser humano. La fe trae alegría a mi vida”.

 

A continuación varias familias compartieron su testimonio de vida sostenida en la fe, a pesar de las dificultades. 

Una pareja de novios australianos compartió con el Papa sus diversas preocupaciones en su camino al matrimonio, entre ellas la amenaza de una creciente presión “por cambiar la definición legal del matrimonio”. “Tememos lo que significará para nosotros, nuestros hijos y nuestra sociedad”, señalaron.

También tuvieron lugar diversos números musicales, como el de la leyenda de la música soul Aretha Franklin.

Otro conmovedor testimonio fue el de la madre ucraniana Lesya Borys y sus dos hijos Bohdan y Borys Vasyliv, quien tiene parálisis cerebral. A pesar de que “no tenemos mucho”, dijo, “somos verdaderamente bendecidos por la gracia de Dios y la protección de la Madre de Dios, la Virgen María”. La madre dijo que su hijo enfermo es “una bendición” que ayuda a otros a ver que “es feliz con los desafíos que enfrenta”. Bohdan, por su parte, quiere ser sacerdote.

 

Más adelante, Gianna Emanuela Molla, hija de Santa Gianna Beretta Molla (1922-1962), compartió con los asistentes un conmovedor fragmento de la carta que su madre le escribió a su esposo Pietro cuando aún eran novios, poco antes de casarse. “Quiero decirte todo lo que siento, todo lo que está en mi corazón, pero no puedo. Pero tú ya sabes cuáles son mis sentimientos, así que debes saber cómo entenderme”, le escribió la Santa a Pietro. 

 

Gianna Emanuela le regaló luego una reliquia de su madre al Santo Padre, quien la besó en cuanto le fue mostrada. La santa, enferma de cáncer, rechazó someterse al aborto que le aconsejaban para salvar la vida de su hija.

Tras escuchar atento los testimonios, el Santo Padre se dirigió a los asistentes en un discurso improvisado en español, dejando de lado el que tenía preparado.

 

Francisco destacó que Dios no mandó a su Hijo a un palacio, una ciudad o una empresa, sino que “mandó a su Hijo al mundo en una familia”. “Dios entró al mundo por una familia y pudo hacerlo porque esa familia era una familia que tenía el corazón abierto al amor, que tenía las puertas abiertas al amor”, explicó: "Una familia es verdaderamente familia cuando es capaz de abrir los brazos y recibir todo ese amor”. Francisco reiteró además que “tenemos que tener un especial cuidado” para con “los niños y los abuelos”: “Cuidemos la familia, defendemos la familia porque ahí se juega nuestro futuro”, finalizó.

Concluido su discurso, el Papa firmó en inglés (Francis) un mural realizado por el artista César Viveros, que celebra la familia. El Santo Padre también hizo el brochazo final que necesitaba la obra.

 

El tenor Andrea Bocelli entonó el Padre Nuestro en inglés y el Papa dio la bendición antes de retirarse.
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