martes, 16 de agosto de 2011

Hoy la bienvenida en Cibeles a las 20 h

450.000 jóvenes se han alojado entre ayer y hoy en cerca de 5.000 colegios, parroquias, polideportivos y viviendas de familias que voluntariamente se ofrecen a acoger a peregrinos. El Colegio de la Inmaculada de la localidad madrileña de Alcorcón recibe estos días a 700 indios que residen en 24 países. La gran mayoría pertenece al movimiento católico «Jesus Youth», uno de los más importantes en India, que cuenta con más de 100.000 seguidores en todo el mundo.
«Es una suerte estar aquí, porque después podré compartir la gracia recibida con la gente de mi país», explica Dony Peter, de 29 años, residente en Bangalore (sur de India) y ayudante del principal responsable del movimiento.

«Trabajé en Singapur y tenía una buena posición, pero un día decidí dejarlo todo por “Jesus Youth”. Mi familia y mis amigos se sorprendieron mucho. ¿Sabes lo que te espera en el futuro?, me dijeron. Realmente no sé lo que me espera, pero ahora sí sé quién sostiene mi futuro».

En el mismo colegio de la Inmaculada Joseph y Reena esperan la llegada de la familia que les va a acoger. Es una pareja de origen indio que reside en Manchester (Reino Unido) y que viaja con sus tres hijos: Jacob (siete años), Maria (seis) y Bridget (siete meses). Reena, aquejada de artrosis desde el nacimiento de su última hija, aguarda en una silla de ruedas. Tiene las piernas doloridas. El suyo es un peregrinaje sobre todo espiritual. Comenzaron hace algunos días en Gibraltar, donde «Jesus Youth» celebró un encuentro. Ahora están en Madrid, pero su itinerario proseguirá durante 21 días por otros lugares sagrados como Fátima, Lourdes y Roma.

«Queremos estar aquí para unirnos a la Iglesia con nuestra familia y, a pesar de que en algunos aspectos es duro, estamos muy contentos. Llevaremos nuestra experiencia a nuestro país y estamos seguros de que vamos a aprender mucho de los que vienen. Lo nuestro es un peregrinaje, no un tour», dicen.

Para muchos de estos peregrinos las adversidades con las que han contado en su vida han sido un revulsivo para fortalecer su fe. Es el caso de Teema Thomas, otra joven de origen indio de 25 años residente en New Jersey (EE UU) que después de sufrir un cáncer hoy vive con más hondura que nunca lo que significa ser cristiano. Dony Peter busca entre los recién llegados a otro joven indio. «Viene con nosotros otra persona que perdió a su mujer y a sus hijos en un accidente de tráfico. Está bien. Es de los que piensa que de la misma manera que Dios te da las cosas, te las puede quitar».

La «experiencia Magis» 

«¡Poneos a la sombra!»; «recordad que tenéis que llevar siempre la acreditación, salvo para dormir»; «el comedor abre sus puertas». El Colegio Nuestro Señora del Recuerdo era ayer un hervidero. Y no sólo por los 35 grados que pesaban como el plomo en Madrid. Hasta 50 autobuses con 3.000 peregrinos llegaron ayer al centro jesuíta. A las 14:30 horas, las colas en las que los voluntarios esperaban para recoger el «kit» del peregrino no menguaban. «¡Y ésto no es nada!», aseguraba ayer una voluntarias. Jóvenes de 18 a 30 años, y procedentes de prácticamente todos los rincones del mundo, se alojarán esta semana en las aulas del colegio.

Estos chicos no sólo tienen en común la perspectiva de una JMJ. Todos han vivido la «experiencia Magis»: una convivencia de espiritualidad ignaciana. Grupos de 25 personas han estado repartidos entre España, Portugal, sur de Francia y norte de África durante una semana. ¿Su objetivo? Una preparación previa a la cita a través de la reflexión y la vivencia personal.
Peregrinos de todo el mundo inundan ya Madrid de alegría para participar en la JMJ
Un ejemplo es el de Theddi, una joven de Tanzania que estuvo colaborando en la restauración de la Iglesia de Fuente del Maestre (Badajoz). O Diana y Nubia, dos cubanas de 22 y 24 años que recolectaron y limpiaron varias huertas en Valladolid. «En Cuba hay mucha juventud católica con deseos de revivir la fe en nuestro país», dicen. Mientras, Emanuel, rumano de 19 años, intercambió experiencias en Valencia con jóvenes musulmanes y de la India. «Espero hacer muchos amigos. Y reencontrarme a mí mismo a un nivel espiritual», confiesa.

José, un jienense de 18 años, estuvo en un centro de mayores de Valencia. «El programa se llamaba ‘‘Acompañar al frágil’’. Convivimos con los ancianos, les sacamos a pasear, les dimos de comer...», relata. Ahora, espera vivir «una fiesta sin incidentes para la fe y la religión». Porque cree que «puede haber alguna revueltilla», en referencia a las protestas laicas. Pero al final, augura, «ganará la religión».


Miles de jóvenes procedentes de todo el mundo llegan estos días a Madrid para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud. A primera vista parece que no tienen nada en común ya que provienen de distintos países y de diferentes culturas pero hay algo que va más allá de esas diferencias y les une sobre todo en estos días, la fe cristiana y el entusiasmo de celebrar esta semana como una de las más importantes de sus vida. Están contentos, ilusionados y se les nota.

Desde Italia, en barco y en autobús

El viaje empezó el sábado pasado cuando 150 jóvenes de las parroquias de Milán y Roma embarcaron en el puerto de Génova rumbo a Barcelona, donde un autobús les ha llevado hasta Madrid. Al mando de este pelotón de peregrinos están dos párrocos que se confunden entre los demás chavales. Padre Graziano tiene el pelo largo y padre Alessandro lleva guitarra. Los dos pertenecen a la comunidad deDon Luigi Orione, una red de parroquias volcadas en la solidaridad y la ayuda a los más desfavorecidos. A pesar del cansancio por el largo viaje, estos peregrinos italianos siguen teniendo ganas de divertirse. Una avanzadilla llegó hace unos días pero la mayoría han llegado el lunes a primera hora de la mañana al centro orionista de Pozuelo de Alarcón. Les encuentran dormidos en el salón de actos transformado en dormitorio. Eso sí, las chicas dormirán separadas de los chicos, en otra casa de la compañía. Ahora toca preparar los sacos de dormir, descansar un poco y luego meterse en el metro para descubrir Madrid y vivir la JMJ.

Un santuario de diversidad y amistad

A la Parroquia de Santa María La Blanca, en Montecarmelo, han llegado 200 jóvenes procedentes de Hong Kong, Filipinas, Argentina, Estados Unidos y Brasil. Se les diferencia por nacionalidades por el color de camiseta que llevan. Hay para todos los gustos. Esta es una de las parroquias más jóvenes que participa en la JMJ, ya que sólo tiene 5 años de vida. Lo que la diferencia de otras es que aquí la acogida se hace en familias, aproximadamente unas 60 familias voluntarias de la zona participan. Tanto los responsables de esta parroquia como los jóvenes llegados aquí consideran que el hecho de estar en familias es más positivo porque se crean muchos más lazos de unión.

En Barajas se duerme en instituto

Hay otras parroquias donde no se dispone de espacio suficiente para acoger peregrinos. Padre Tomás, de Iglesia del Padre Nuestro, en Barajas, lleva más de un año preparando esta "fiesta de la fe". Han preparado la acogida para unos 300 jóvenes italianos que se alojarán en un instituto de la zona. Son 15 los voluntarios que se han ofrecido en su parroquia. A estos se sumarán los voluntarios enviados por la organización de la JMJ. "Nos ocupamos de todo lo que es el alojamiento y las comidas", comenta Tomás, explicando que sus voluntarios han pasado estos últimos días montando duchas en el recinto de la escuela porqué las que tenía el instituto no eran suficientes. Padre Tomás, con sus 65 años dice que participará como podrá, aunque le gustaría poder hacer más. "Es una experiencia muy bonita, también por el prestigio del Papa, que es la persona más atractiva que hay" comenta el padre, que contribuirá en esta fiesta de la fe confesando a los peregrinos que se acerquen a los confesionarios del Retiro.
 
Tres horas de música y desfile de banderas, como en los Juegos Olímpicos. Y después, rezar, especialmente por aquellos en los que nadie piensa y de los que nadie se acuerda. El primer gran acto de la JMJ es la misa en la Plaza Cibeles de Madrid esta tarde a las ocho y marcará la tónica de lo que va a vivir la ciudad esta semana. Preside la celebración el anfitrión, el cardenal arzobispo Antonio María Rouco VarelaLe acompañarán en el altar los otros dos obispos de la región madrileña, Joaquín María López de Andúja, de Getafe, y Juan Antonio Reig Pla, de Alcalá. También estará a su lado el obispo auxiliar de Madrid, César Franco, responsable de organización de esta JMJ, junto con Josef Clemens, arzobispo secretario del Pontificio Consejo de Laicos, y su presidente, el cardenal polaco Stanislaw Rylko. El Pontificio Consejo de Laicos es el órgano vaticano que se ocupa de la JMJ a nivel internacional, así como es responsable también de los mil y uno movimientos de laicos que enriquecen la Iglesia con una gran variedad de estilos y carismas.

La misa inaugural va precedida por una serie de conciertos que animarán a los jóvenes peregrinos a medida que van llegando y poniendo a prueba su capacidad de resistencia bajo el sol de la tarde madrileña. En España es especialmente famoso el grupo Jaula de Grillos, autores del tema «Somos más». Son músicos católicos pero que hacen sonidos populares. Otros más veteranos de la música cristiana son Nico Montero y los malagueños Ixthys.  El grupo Priests Band, con curas de cinco países, es un éxito seguro ya probado en las dos últimas jornadas, en Colonia y Sídney. Se ensayará una y otra vez el himno de esta JMJ, que no es nada fácil de cantar y no vivirá más allá de estas jornadas. Actuará también Jaime Holguín, con sus canciones sobre parábolas. La familia Holguín, chilenos afincados en España, es famosa en círculos católicos con el nombre «Valiván», por sus espectáculos con marionetas y dibujos animados para niños. Además, el calentamiento previo a la misa incluye un desfile de banderas y el saludo informal a cada uno de los países, enfatizando la universalidad de la JMJ.

En la misa prevalecerá, con hegemonía total, el idioma español. Se leerá Isaías 52, 7-10, un texto alegre para recibir a los que Dios envía: «Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que trae la paz». El Salmo 96 es un clásico («Cantad al Señor un cántico nuevo») y el Evangelio de Juan 21 es adecuado por papista e interpelador, ya que recuerda la pregunta de Cristo a Pedro: «Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?» Eso dará pie a una homilía en la que Rouco animará a los jóvenes a amar a Cristo como Pedro y con Pedro, y en la que no dejará de presentar la figura de la Virgen María en su advocación de la Almudena, presente a gran tamaño en el altar.

El momento más internacional y denso en lo espiritual serán las peticiones. En francés se rezará por la Iglesia universal. En alemán, por los jóvenes del mundo. En árabe, por los jóvenes de Tierra Santa y también por todos los cristianos perseguidos en países donde son minoría. En hebreo se rezará por aquellos que buscan la belleza en la música y el arte, un tema muy presente en la predicación tanto del cardenal Rouco como en la de Benedicto XVI, un enamorado de la música. Por último, en japonés, la lengua de las víctimas de Hiroshima y Nagasaki (también la de un cruel imperialismo nacionalista en el siglo XX) se rezará por las víctimas de la violencia de guerra, los que han padecido abusos (expresión amplia, que incluye las víctimas de pederastia en entornos religiosos, pero no sólo eso), las mujeres presionadas para abortar y los niños no nacidos (que incluiría no sólo a las víctimas del aborto provocado, sino también a los niños perdidos en abortos naturales).

La música durante la eucaristía correrá a cargo de la orquesta y coro de la JMJ, compuesta por voluntarios para la ocasión, Borja Quintas dirigirá a los instrumentistas y Marina Makhmoutova a las voces. Durante la misa se tendrá un recuerdo especial para el Beato Juan Pablo II y se cantará un tema mariano en polaco antes de la bendición final. Y se espera, además, que Rouco reparta unos misteriosos regalos a los peregrinos.


Una misa con sabor madrileño
Para el cardenal Rouco, anfitrión de la Jornada Mundial de la Juventud en tanto que arzobispo de Madrid, la misa de hoy representa su oportunidad de saludar y acoger a los cientos de miles de peregrinos jóvenes y, sobre todo, a sus obispos y otros cardenales, ante los que desplegará la hospitalidad de la Iglesia madrileña y su devoción por la Virgen de la Almudena. Mañana no hay grandes actos centrales y el jueves ya llega el Papa, que será quien centrará todas las miradas. Por eso la Eucaristía de esta tarde marca la semana con un inicio de carácter más diocesano.

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