miércoles, 31 de julio de 2013

Video con los mejores momentos del papa Francisco en la JMJ de Río


Insólito: un Papa entrevistado en televisión; Francisco no esconde los males en la Iglesia

El papa Francisco afirmó que "hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece", en respuesta a los escándalos por los que pasa el Vaticano, según una entrevista con el pontífice emitida el domingo 28 de julio por el canal brasileño de televisión Globo.

"Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece y ahora tenemos el ruido de los escándalos de una transferencia de millones de dólares de un monseñor", declaró el Papa, entrevistado durante su visita a Río de Janeiro para la JMJ 2013. 

El Pontífice se refería con sencillez al oficial italiano de la Curia, Nunzio Scarano, acusado de fraude y corrupción en el marco de una investigación sobre supuestas irregularidades financieras en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), que fue arrestado a finales de mayo.

"Bonito favor le hace a la iglesia este señor. Pero hay que reconocerlo, este señor obró mal y la Iglesia tiene que darle la sanción que merece", indicó el pontífice en la entrevista realizada el jueves en la residencia del Arzobispado de Río de Janeiro, en Sumaré, en las afueras de la ciudad y donde Francisco se hospedaba durante la JMJ.

"En la Curia hay muchos santos"
Según el papa, "a la curia humana siempre se le criticó, pero en la curia romana hay muchos santos: cardenales santos, obispos santos; sacerdotes, religiosas y laicos santos, gente de Dios que ama la Iglesia pero eso no se ve mucho".

Francisco creó el 13 de abril un grupo de ocho cardenales para que le aconsejen en el gobierno de la Iglesia y estudien un proyecto de reforma, y ese fue otro tema que comentó.

"Ya tenemos muchos documentos y el 1, 2 y 3 de octubre tendremos la primera reunión oficial", en la que de acuerdo con el papa "se darán algunas pautas", pero según él "no saldrá una reforma definitiva".

 

"La Iglesia siempre se tiene que reformar"

"La iglesia siempre se tiene que reformar; si no, se queda atrás. Hay cosas que servían para el siglo pasado u otras épocas y ahora no sirven más, entonces hay que reformarlas", apuntó.

En la entrevista, Francisco recordó las palabras que le dijo el arzobispo de Sao Paulo, el cardenal brasileño Claudio Hummes, cuando el argentino fue escogido como papa: "él me dijo ´no te olvides de los pobres´ y esa fue una frase que me hizo tanto bien".

A pesar de desconocer el fondo de la ola de protestas en Brasil, que se intensificaron en junio por diferentes reivindicaciones sociales y en varias ciudades del país, Francisco opinó: "un joven que no proteste no me gusta, el joven tiene la ilusión de la utopía y la utopía no siempre es mala".

Escuchar a los jóvenes, no manipularlos
"El joven tiene más frescura para decir sus cosas, un joven esencialmente es disconforme y eso es muy lindo y hay que escuchar a los jóvenes y cuidarlos para que no sean manipulados, pues hay gente que busca explotar a estos jóvenes manipulándolos", expresó.

Criticó también la "feroz idolatría del dinero", fruto de "una política mundial muy impregnada del protagonismo del dinero. Quien manda ahora es el dinero", aseveró Francisco, quien puso como ejemplo de eso "el alto porcentaje de desocupación juvenil que hay en Europa. Es alarmante".

"Hay chicos que mueren de frío en el invierno y eso no es noticia, pero si bajan tres o cuatro puntos las bolsas de las grandes capitales eso si es noticia. No debemos caer en una globalización de la indiferencia", consideró.

Francisco abogó por "fomentar una cultura del encuentro en todo el mundo de todas las confesiones", como él llama el conjunto de religiones.

"Las diversas confesiones no pueden irse a dormir tranquilas mientras haya un chico con hambre", subrayó.

"El Papa es argentino, y Dios es brasileño"
Sobre su visita a Brasil y el hecho de ser de Argentina, país vecino y rival en muchos aspectos, Francisco destacó que fue recibido con calidez y "el pueblo brasileño tiene un gran corazón y la rivalidad está superada, porque hemos negociado bien: el papa es argentino y Dios es brasileño".

Justificó el ejemplo de "simplicidad y humildad" al escoger un coche modesto para desplazarse en Brasil, un "papamóvil" abierto y una residencia sin lujos durante su estancia en Río de Janeiro.

Comunicación sin vidrios
"No puedo vivir solo, encerrado, necesito contacto con la gente y me quedé en la residencia por razones psiquiátricas (risas) para no estar sufriendo esta soledad que no me hace bien", indicó el papa, quien admitió que fue "indisciplinado" por no atender siempre las recomendaciones de seguridad del Vaticano y de Brasil.

"Fui a ver el "papamovil" y estaba con vidrios. Nadie puede visitar a sus amigos en una caja de vidrio, no podría venir a visitar, a este pueblo que tiene un gran corazón, dentro de una caja de vidrio. O es todo o es nada, pues fue un viaje con comunicación humana, y la comunicación a medias no hace bien", concluyó.

Tres millones de personas en la misa de clausura de la JMJ en Copacabana

La misa de clausura de la JMJ en Brasil congregó a 3 millones de personas según las autoridades municipales de Río de Janeiro. 

Por comparación, la enorme misa de clausura de la JMJ Madrid 2011 consiguió reunir dos millones de personas, aunque la organización de la JMJ oficialmente no dio ninguna cifra, entre otras cosas porque aunque ellos también contaban 2 millones de asistentes, habría significado asumir públicamente que el recinto de Cuatro Vientos y sus aledaños habían superado los límites que por seguridad se habían establecido previamente. 

Para entender los 3 millones de Copacabana hay que ver las fotos aéreas verticales; las horizontales no captan tan bien lo que es esa multitud. 

Hay varias diferencias entre el acto masivo final de Río y el de Madrid: 

1- En Río el acto se iba a celebrar en Guaratiba, pero ese espacio habilitado quedó inundado por la lluvia, así que se desplazó a la playa de Copacabana... donde no había puestos de reparto de comida, la gente durmió en la playa que no había estado preparada para ello, escaseaban los lavabos (planeados para las concentraciones iniciales, de unos cientos de miles de personas), etc... En Madrid, en cambio, el acto masivo tuvo lugar donde se había planeado, en Cuatro Vientos (bajo estas líneas, las fotos muestran cómo se llenó el recinto madrileño). 

2- En Río, el "enemigo" fue la lluvia fina y constante, para la que los peregrinos iban mal preparados. Con todo, en la Misa final del domingo por fin salió el sol. En Madrid el enemigo era el calor asfixiante, la jornada más calurosa de todo el verano madrileño. Las chicas de Europa del Norte yacían con la piel de color rojo desmayadas alrededor de las tiendas de atención sanitaria. Cuando la noche de vigilia en Madrid cayó un aguacero con rayos y truenos, empapando a todos, fue casi un alivio y causa de regocijo. El problema es que colapsaron algunas estructuras que debieron desmantelarse. 

3- En Río, el mar ofrecía una alternativa a la mera espera, aunque los que estaban más alejados de la línea de mar, cuando se llenó Copacabana, no tenían tanta capacidad de llegar allí. En cualquier caso, puesto que el sol fue escaso, mojarse era más un ritual para presumir de vuelta a casa ("me bañé en Copacabana") que una necesidad. En Cuatro Vientos y su calor sofocante los peregrinos habrían dado lo que fuera por tener mar cerca.

Y se quedan cortos estos millones frente al récord absoluto de concentración humana en un solo espacio, que fue el final de la JMJ de Manila, donde 5 millones de personas (algunos lo suben hasta 7) desbordaron cualquier límite en 1995.

Así era la participación en la JMJ de Manila 1995: más de 5 millones de personas


lunes, 29 de julio de 2013

Papa Francisco a los voluntarios: vayan contracorriente, tengan el valor de asumir opciones definitivas

Afirmó que Dios llama a que cada uno a seguirlo a través de un camino que implica optar «para siempre» para ser felices frente a una cultura actual niega que la juventud sea capaz de asumir responsabilidades o de amar de forma autentica.
«Hay quien dice que el matrimonio esta ‘pasado de moda’, en la cultura lo provisional, de lo relativo, muchos predican que es importante ‘disfrutar’ el momento, que no vale la pena comprometerse toda la vida, hacer opciones definitivas, ‘para siempre’, porque no se sabe lo que pasará mañana», explicó.
«Yo en cambio les pido que sean revolucionarios, que vayan contracorriente; sí, en esto les pido que se rebelen… yo tengo confianza en ustedes, jóvenes, y rezo por ustedes. ¡Atrévanse a ir contracorriente!, ¡atrévanse a ser felices!», les animó con energía.
Y luego preguntó: «¿Tendrán el valor de hacerlo?… ¿De verdad?» Encontrando un rotundo «sí», como en la vigilia del sábado pasado, de sus oyentes.
En su penúltimo discurso, antes de partir de Brasil, el Obispo de Roma fue constantemente interrumpido con aplausos por miles de voluntarios presentes en un pequeño evento de despedida donde les comentó que su labor le recordaba la misión de San Juan Bautista: «preparó el camino para el encuentro con Cristo».
En su breve intervención el Papa invitó a valorar el matrimonio, la vida religiosa y el sacerdocio, y colocando un ejemplo de su propia vida los motivó a no tener miedo a decir «sí» a Dios para la vocación a que sean llamados:
«Nunca olvidaré aquel 21 de septiembre –tenía 17 años– cuando, después de haber entrado en la iglesia de San José de Flores para confesarme, sentí por primera vez que Dios me llamaba. ¡No tengan miedo a lo que dios pide! Vale la pena decir sí a Dios. ¡En Él está la alegría!»

La JMJ de Cracovia 2016 ya tiene web oficial y está en redes sociales


Ya se puede visitar la página web oficial de la próxima JMJ que tendrá lugar en Cracovia (Polonia) en el año 2016, como ha anunciado hoy el papa Francisco a la conclusión de la JMJ de Río de Janeiro.

El dominio es http://www.krakow2016.com/es/ y se puede seguir en Twitter en @Krakow2016

Es la JMJ con este servicio más rápido de la historia, muestra de que cada vez se comprende mejor dónde desarrollan los jóvenes buena parte de su tiempo. La de Madrid tardó más de año y medio y la de Río unos meses, por poner ejemplos de las dos últimas.

También está creada ya la página de Facebook, Google+, Ask, Timblr y canal de Youtube. 


Incluye además las primeras noticias con el anuncio de la JMJ, la historia de las JMJs, todo un especial sobre el beato Juan Pablo II, una guía sobre la ciudad, saludo de su arzobispo...

El Papa a los pastores: sabed perder el tiempo con los jóvenes



Francisco animó a los pastores a dedicar tiempo a los jóvenes, a escucharlos, a acompañarlos y a ayudarles a encontrarse con Jesús y también a salir a llevar a la calle la fe. Lo hizo en la misa celebrada la mañana del sábado 27 de julio en la catedral de Río de Janeiro con obispos, sacerdotes, seminaristas y personas consagradas.

A las nueve menos diez de la mañana (hora local), el Papa entró por una alfombra roja al original edificio de la catedral de San Sebastián de Río de Janeiro, llena de obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas de todo el mundo, que le recibieron con aplausos y el canto “Tu es Petrus”, el himno pontificio que se le canta al Papa cuando lo eligen.

A medida que Francisco avanzaba por la alfombra roja que llegaba hasta el presbiterio, se iba deteniendo a saludar a algunos de ellos, a bendecirlos, a darles la mano, a abrazarles, mientras cientos de dispositivos móviles le fotografiaban, muchos de ellos en manos de obispos revestidos para concelebrar, con su mitra sobre la cabeza.

Los que llenaban el templo eran algunos de los al menos 600 obispos, 8.000 sacerdotes, 9.000 religiosos y religiosas y 7.000 seminaristas que están participando en la JMJ de Río.

Y celebraban la misa de la mañana del sábado como discípulos dispuestos a “escuchar al sucesor de Pedro y, de él y con él, asumir con intensidad cada vez mayor la misión que nos fue confiada”, destacó en su saludo inicial el arzobispo de Río, monseñor Joao Orani Tempesta.

Como en casi todos los actos públicos en los que ha estado presente el Papa desde que llegó a Brasil el 22 de julio, una talla de la Virgen Aparecida estaba expuesta en un lugar visible, en este caso muy cerca del altar.

Tras una introducción que recordó el lema de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2013 –Id y haced discípulos a todos los pueblos- y una oración para que los pastores procuren ser para todos padres y amigos y estén abiertos al diálogo, entró la procesión mientras se cantaba la versión litúrgica del himno de esta JMJ de Río.

El arzobispo de Río manifestó a Francisco, en su saludo, el compromiso de buscar una acción pastoral enfocada en el encuentro de las personas que están en las periferias y le pidió que les confirmara en los propósitos de la consagración y bendijera su servicio. Tras ese saludo, el Papa regaló un cáliz al arzobispo en señal de afecto y unidad.

En la homilía, Francisco reflexionó sobre tres aspectos de la vocación de los consagrados: “llamados por Dios, llamados a anunciar el Evangelio, llamados a promover la cultura del encuentro”.

Recordar quién llamó

Respecto a la importancia de recordar que la llamada de los consagrados viene de Dios, el Papa señaló que “un obispo, un sacerdote, una consagrada, un seminarista, no puede ser un desmemoriado: pierde la referencia esencial al inicio de su camino” y animó a “pedir a la Virgen la gracia de ser memoriosos de esa primera llamada”.

También recordó que la llamada es “para permanecer con Jesús” unidos profundamente a Él y “esta «vida en Cristo» es precisamente lo que garantiza nuestra eficacia apostólica y la fecundidad de nuestro servicio”.

En este sentido, destacó que “no es la creatividad pastoral, no son los encuentros o las planificaciones lo que aseguran los frutos –si bien ayudan, y mucho- sino el ser fieles a Jesús”.

Para el Papa, permanecer en Jesús significa “contemplarlo, adorarlo y abrazarlo, especialmente a través de nuestra fidelidad a la vida de oración, en nuestro encuentro cotidiano con él en la Eucaristía, en nuestros momentos de adoración y también reconocerlo presente y abrazarlo en las personas más necesitadas”.

Tras citar a la beata Teresa de Calcuta cuando animaba a “estar muy orgullosos de nuestra vocación, que nos da la oportunidad de servir a Cristo en los pobres”, afirmó que Jesús “es nuestro verdadero tesoro”, y pidió: “Por favor: no lo borremos de nuestra vida; enraicemos cada vez más nuestro corazón en Él”.

Educar a la misión

Respecto a la segunda característica de la vocación de los consagrados, la llamada a anunciar el Evangelio, destacó que “Dios quiere que seamos misioneros donde estamos, donde Él nos ponga, en nuestra patria o donde Él nos ponga”.

Y pidió a los pastores a ayudar a los jóvenes a “darse cuenta de que ser discípulos misioneros es una consecuencia de ser bautizados, es parte esencial del ser cristiano, y que el primer lugar donde se ha de evangelizar es la propia casa, el ambiente de estudio o de trabajo, la familia y los amigos”.

Improvisando, el Papa lanzó a continuación una petición con especial énfasis: “Ayudemos a los jóvenes, pongámosle la oreja para escuchar sus ilusiones, necesitan sus ilusiones, necesitan ser escuchados, para escuchar sus logros, escuchar sus dificultades”.

Y se explicó inmediatamente en qué consiste “la paciencia de escuchar” a los jóvenes: “Es estar sentado escuchando quizás el mismo libreto pero con música diferente, con identidades diferentes".

“Eso se lo pido de todo corazón –continuó-. En el confesionario, en la dirección espiritual, en el acompañamiento: sepamos perder el tiempo con ellos".

Y añadió: “Sembrar cuesta y cansa, cansa muchísimo. Es mucho más gratificante gozar de la cosecha. ¡Qué digo! Todos gozamos más con la cosecha. Pero Jesús nos pide que sembremos en serio”.

Seguidamente, Francisco pidió no escatimar esfuerzos ni sacrificios en la formación de los jóvenes para ayudarles a “redescubrir el valor y la alegría de la fe, la alegría de ser amados personalmente por Dios, que es muy difícil pero cuando un joven lo entiende, lo siente, con la unción que le da el Espíritu Santo, que es amado por Dios especialmente, lo acompaña toda la vida.”

También destacó la importancia de educar a los jóvenes “a la misión, a salir, a ponerse en marcha, a ser callejeros de la fe”, igual que hizo Jesús con sus discípulos: “no los mantuvo pegados a él como una gallina con sus polluelos; los envió”.

En este sentido, advirtió que “no podemos quedarnos enclaustrados en la parroquia, en nuestra comunidad, en nuestra institución parroquial o diocesana cuando tantas personas están esperando el Evangelio”.

Y explicó que “salir enviados no es un simple abrir la puerta para acoger, sino salir por ella para buscar y encontrar”.
Finalmente, invitó a pensar “con decisión en la pastoral desde la periferia, comenzando por los que están más alejados, los que no suelen frecuentar la parroquia.

Promover la cultura del encuentro

Sobre el tercer aspecto de la vocación de los consagrados, la llamada a promover la cultura del encuentro, el Papa pidió el valor de ir contracorriente de la “cultura del descarte” impuesta “en muchos ambientes y en general en este humanismo economicista”, que no deja lugar al anciano ni al hijo no deseado ni al pobre.

“A veces parece que, para algunos, las relaciones humanas estén reguladas por dos «dogmas»: eficiencia y pragmatismo”, lamentó. Y pidió en cambio, “ser servidores de la comunión y de la cultura del encuentro”.

“El encuentro y la acogida de todos, la solidaridad –una palabra que la están escondiendo en esta cultura, casi una mala palabra- y fraternidad, elementos que hacen nuestra civilización verdaderamente humana”, dijo.

No nos echa: nos empuja a salir

Para finalizar su homilía, el Papa se refirió a la Virgen María como madre que anima “a todos los que colaboran en la misión apostólica de la Iglesia para engendrar a los hombres a una vida hueva”.

“Le pedimos que nos enseñe a encontrarnos cada día con Jesus –dijo-. Cuando nos hacemos los distraídos, que tenemos nuestras cosas, para ir al sagrario, que nos lleve de la mano, que nos empuje a salir al encuentro de tantos hermanos y hermanas que están en la periferia, que tienen sed de Dios y no hay quien se lo anuncie”. Y concluyó: “Que no nos eche de casa pero que nos empuje a salir de casa y así que seamos discípulos del Señor”.

En las oraciones de los fieles, se pidió, entre otras cosas, que los jóvenes puedan ser instrumentos de Dios para la renovación del mundo, y para que la JMJ sea una oportunidad para descubrir si Dios les llama al sacerdocio, a la vida consagrada o al matrimonio.

El canto “Pescador de hombres” acompañó a las ofrendas, entregadas por dos mujeres consagradas con las que el Papa se detuvo a hablar unos instantes antes de bendecirlas.

Tras la comunión y la bendición final, el Papa se acercó a la Virgen Aparecida, la tocó y se santiguó, antes de la procesión final, que volvió a interrumpirse continuamente con saludos, apretones de manos, bendiciones y besos a los que se iba encontrando.

domingo, 28 de julio de 2013

Los jóvenes de la JMJ y Santiago, unidos en el dolor

El Papa Francisco ha mostrado su cercanía con los familiares de los fallecidos en la tragedia ferroviaria en Santiago de Compostela y durante la celebración de la Eucaristía en la playa de Copacabana se pidió por las “79 víctimas y heridos de la tragedia de Santiago”.
 
Un momento emotivo en las preces, que se une a diversos gestos de cariño y acompañamiento, como el abrazo del Papa Francisco al arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela, gallego de nacimiento o el recuerdo en la celebración eucarística del Papa en privado que tuvo lugar el día después del accidente.
 
En Santiago, mil jóvenes han participado en la conexión con Río de Janeiro desde la ciudad Compostelana. Los jóvenes, que habían realizado su marcha a través de la Vía de la Plata desde Ourense fueron sorprendidos por el trágico acontecimiento y la organización decidió no suspender los actos sino convertirlos en actos de homenaje y petición por las víctimas y sus familiares.
 
Misa funeral
 
La Catedral de Santiago acogerá, mañana lunes 29 de julio, a las 19 horas el funeral por las 79 víctimas mortales del accidente. La ceremonia estará presidida por el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio y participarán, entre otros, el secretario general de la CEE, monseñor Juan Antonio Martínez Camino y los obispos de las diócesis gallegas que no viajaron a la JMJ de Río de Janeiro.
 
También acudirán el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, representantes de la Casa Real (aún por confirmar) y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Fuente: Aleteia.com

Homilía del Papa en la misa de la JMJ en Copacabana

Queridos hermanos y hermanas,
Queridos jóvenes
 
«Vayan y hagan discípulos entre todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás». Jesús te llama a ser un discípulo en misión. Hoy, a la luz de la palabra de Dios que acabamos de oir, ¿qué nos dice hoy el Señor? ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.
 
1. Vayan. En estos días aquí en Río, han podido experimentar la belleza de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, sintiendo la alegría de la fe. Pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos puedan conocer, amar y profesar a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9).
 
(en español)
Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo vayan, sino que dijo: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio, de la voluntad de de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no nos dio algo de sí, sino se nos dio todo él, ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a personas libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.

(en portugués
¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todas las personas. El evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todas las personass. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor.
 
En particular, querría que este mandato de Cristo: «Vayan», resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo. San Pablo exclama: «¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1 Co 9,16). Este continente ha recibido el anuncio del evangelio, que ha marcado su camino y ha dado mucho fruto. Ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza. Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, se marchó a misionar cuando tenía sólo diecinueve años. ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. Éste es el camino que vosotros tenéis que recorrer.
 
2. Sin miedo. Puede que alguno piense: «No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar el evangelio?». Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías (escuchamos en la lectura recién cuando fue llamado por Dios para ser profeta). «¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño». También Dios dice a ustedes lo que dijo a Jeremías: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (Jr 1,6.8). Él está con nosotros. 
 
«No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, nunca deja solo a nadie. Nos acompaña siempre.
 
Además Jesús no dijo: «Andá», sino «Vayan»: somos enviados juntos. Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos, en esta misión. Cuando juntos hacemos frente a los desafíos, entonces somos fuertes, descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos. Jesús no ha llamado a los apóstoles para que vivan aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad. Quisiera dirigirme también a ustedes, queridos sacerdotes que concelebran conmigo en esta eucaristía: han venido a acompañar a sus jóvenes, y es bonito compartir esta experiencia de fe. Seguro que los ha rejuvenecido a todos: el joven contagia juventud. Pero es sólo una etapa en el camino. Por favor, sigan acompañándolos con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos. Y aquí quiero agradecer de corazóna los grupos de pastoral juvenil, a los movimientos y nuevas comunidades que acompañan a los jóvenes en su experiencia de ser Iglesia, tan creativos y tan audaces. Sigan adelante y no tengan miedo. 
 
3. La última palabra: para servir. Al comienzo del salmo proclamado escuchamos estas palabras: «Canten al Señor un cántico nuevo» (95,1). ¿Cuál es este cántico nuevo? No son palabras, no es una melodía, sino que es el canto de nuestra vida, es dejar que nuestra vida se identifique con la de Jesús, es tener sus sentimientos, sus pensamientos, sus acciones. Y la vida de Jesús es una vida para los demás. Es una vida para los demás, es una vida de servicio.
 
San Pablo, en la lectura que hemos escuchado hace poco, decía: «Me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles» (1 Co 9,19). Para anunciar a Jesús, Pablo se ha hecho «esclavo de todos». Evangelizar es dar testimonio personalmente del amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, significa servir inclinándonos a lavar los pies de nuestros hermanos tal como hizo Jesús.
 
Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras -vayan, sin miedo, para servir- experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe más alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio. En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para «arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar» (Jr 1,10). También es así para ustedes. Llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo. Queridos jóvenes: Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes. Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, les acompañe siempre con su ternura: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Amén.

Próxima JMJ: Cracovia 2016

Cracovia 2016: el esperadísimo anuncio de la próxima Jornada Mundial de la Juventud lo hizo el Papa Francisco durante el rezo del Ángelus, nada más terminar la Misa de clausura en la playa de Copacabana. Una Jornada que, previsiblemente, se celebrará bajo el patrocinio del ya santo Juan Pablo II.
 
Será en el 25 aniversario de la que convocó el papa polaco muy cerquita, en el Santuario de la Virgen Negra de Czestochowa, en 1991, la JMJ en la que por primera vez se superó el millón de participantes (1,5 millones), y que supuso una eclosión de la Iglesia en los países del recientemente derrumbado Telón de Acero.
 
El Papa Francisco dio las gracias a los jóvenes por “todas las alegrías que me han dado en estos días. Llevo a cada uno de ustedes en mi corazón”. Quiso, antes de despedirse, proponer a la Virgen María como modelo de discípulo: “ella, aun sin comprender del todo el significado de aquella llamada, se fió de Dios”, pero también “no se quedó con aquel don; marchó, salió de su casa”, se “puso al servicio”.
 
“Pidamos a la Virgen que nos ayude también a nosotros a llevar la alegría de Cristo a nuestros familiares, compañeros, amigos, a todos. No tengan nunca miedo de ser generosos con Cristo. ¡Vale la pena! Salgan y vayan con valentía y generosidad, para que todos los hombres y mujeres encuentren al Señor”.

sábado, 27 de julio de 2013

«¿Quieres ser como Pilato, sin la valentía de ir contracorriente?»

Pasadas 24 horas después de predicar la "revolución de la fe" en la playa de Copacabana, el Papa Francisco volvió a reunirse allí con cientos de miles de jóvenes para pedirles ir "contracorriente".

Porque la alternativa, señaló, es la tibieza. De nuevo, fue cuando se pasó al español, cuando improvisó exhortaciones que ampliaban el texto oficial de su meditación del Via Crucis. Así, interpeló con pasión a los jóvenes con una frase que no salía en el discurso oficial: "¿Quieres ser como Pilato, la sin valentía de ir contracorriente? ¿Eres de los que se lavan las manos y miran a otro lado?"

Hacer visible lo que otros ocultan
Un leit-motiv del pontificado de Francisco y de este viaje a Brasil es hacer visible lo que el mundo tiende a ocultar. Por eso ha insistido, por ejemplo, en el tema del cuidado a los ancianos, cuyo maltrato -extendidísimo en España, más que el femenino- apenas aparece en el radar social. El Via Crucis del viernes por la noche en Copacabana buscaba dar esa visibilidad.

También buscaba "santificar" la playa de Copacabana, el lugar más corporal, hedonista, vanidoso de Río, que a su vez es la ciudad más descreída y arreligiosa de Brasil.

Huevos a Santa Clara: dejó de llover

Según Globonews TV, después de tres días de lluvia, el prefecto de la ciudad, Eduardo Paes, cumplió con una petición del Papa: envió una cesta de huevos a los pies de Santa Clara, costumbre que también existe en España para rogar buen tiempo en ocasiones importantes.

Y la santa cumplió: el viernes fue día sin lluvia, e incluso hubo sol en la playa, y muchos peregrinos y peregrinas, en biquini y bañador, se mojaron en las aguas del Atlántico. 
Pero la noche era ya más fresca, y el ánimo más espiritual. Los jóvenes cristianos convirtieron la frívola Copacabana en la mismísima Vida Dolorosa, y cada estación del Via Crucis representaba una etapa del Via Crucis que hoy recorren los peregrinos cuando van a Jerusalén.



Un via crucis especial
Los textos de las meditaciones estuvieron a cargo de los misioneros dehonianos P. Zezinho y P. Joaozinho, ligados a la Renovación Carismática, autores de canciones que utilizan los jóvenes en todo Brasil (hablábamos de ellos en este artículo de ReL sobre curas que venden miles de libros y discos). Entre las estaciones, sonaban temas de autores barrocos, pero con ritmos y arreglos modernos.

Cada estación contaba con una lectura bíblica recitada de memoria por un actor (a veces, profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías sufriente), y un testimonio muy breve a cargo de otra persona. La cruz avanzaba de estación en estación precedida por una nube de incensarios, y seguida de cien oficiales de marina y docenas de jóvenes arropados en las banderas de numerosos países.

1ª Estación: Jesús condenado a muerte - Testimonio de un misionero, sobre el morir a uno mismo.

2ª Estación: Jesús con la Cruz a cuestas - Personajes cargando sus pequeñas cruces; testimonio de un converso, llamado a tomar la cruz en la vida

3ª Estación: Jesús cae por primera vez - El pueblo brasileño le observa, con un estandarte de una Virgen rusa, de estilo odiguitria (que señala al Niño con la mano). El testimonio lo dio una voluntaria en un servicio de ayuda a toxicómanos.

4ª Estación: Jesús se encuentra con su Madre - Una embarazada pide defender la vida desde la concepción; "nosotras las mujeres tenemos esa vocación de defender la vida" y recuerda el Cántico de María, que dice que Dios "derroca a los poderosos".

5ª Estación: Simón de Cirene ayuda a llevar la Cruz... un seminarista expresa su deseo de ser también él cireneo y ver luz en la cruz.

6ª Estación: La Verónica enjuaga el rostro de Cristo. Sobre un candelabro hebraico, se despliega el rostro de Cristo según la Sindone de Turín. Una consagrada habla de su trabajo con prostitutas, enfermos, emigrantes... "Tu faz se queda en el paño de mi solidaridad", dice al Cristo.

7ª Estación: Jesús cae por segunda vez. Unos obreros de la construcción, primero muy atareados, dejan de trabajar. Una pareja de novios lo explican: su amor no puede construirse sobre pasiones pasajeras, sino sobre el amor real y comprometido. "Cada elección implica una renuncia", advierten, "y si caemos, Señor, haz que nos levantemos y no nos alejemos".

8ª Estación: Las hijas de Jerusalén lloran por Cristo. Una mujer ofrece una receta: en el dolor, mejor que hablar sobre Dios, es hablar con Dios...

9ª Estación: Tercera caída de Jesús. Motoristas con casco... y personas en sillas de ruedas. Pero el tema del testimonio son las distracciones y vanidades intelectuales que debilitan la fe. Como respuesta, un hecho: "el ansia de amor que tengo es tan grande, que nada en el mundo la puede llenar". Porque ese ansia responde a una realidad, pero no de este mundo, sino de la vida eterna.

10ª Estación: Jesús, despojado de sus vestiduras. Por primera vez en el Via Crucis, un actor escenifica a Cristo, un Cristo tambaleante y ensangrentado, en una subida agónica... Después de 9 estaciones, resulta emocionante y duro. El tema es algo desconcertante: la dependencia de las redes sociales, la adicción a la tecnología, a lo virtual, "una dispersión que roba identidad al joven".

11ª Estación: Jesús es clavado a la Cruz. Y lo escenifican hombres perfectamente trajeados ante un Muro de las Lamentaciones, sin clavos ni leños. Da testimonio un chico que ha vivido la cárcel pero dice que es peor la prisión invisible de no conocer a Dios (algo que también ha vivido). Dios, insiste, también ama al pecador.

12ª Estación: Jesús muere. Si Dios es tan frágil que puede morir... en un hospital, enfermos de blanco, y de fondo, el cielo, la eternidad. "En el Calvario de los enfermos terminales gustamos el sabor de la eternidad", explica el testimonio.

13ª Estación: El Descendimiento de la Cruz. Una Pietá de Miguel Ángel... y silencio. Hablan con gestos coreografiados un grupo de jóvenes sordos. Cuando el discurso es insuficiente y las palabras inútiles, la respuesta es la que da María: el silencio junto a Dios...

14ª Estación: Jesús es sepultado. La Cruz de los Jóvenes acaba su procesión ante el Papa. Una joven llama a anunciar lo sucedido con "una Nueva Evangelización".



Pero esa Cruz de los Jóvenes, que recorrió los países del antiguo Bloque del Este, que ha estado en países musulmanes, budistas, regímenes ateos... en los pueblos más pobres y los enclaves opulentos, ha recorrido también Brasil durante 2 años. "¿Qué habéis dejado en la cruz, y qué os ha dejado ella?", pregunta el Papa a los jóvenes brasileños.

El Papa insiste: "¡Jesús recorre nuestras calles y carga nuestros miedos!" Recuerda la muerte de más de 250 jóvenes en una fiesta en Brasil en enero, en la ciudad de Santa Marta. También eso lo lleva Cristo. "La Cruz nos deja la certeza del Amor de Dios", señala. Y repite dos veces las palabras con las que Juan Pablo II entregó la cruz a los jóvenes: "Anunciad que sólo en Cristo Muerto y Resucitado se encuentra la Salvación". 

Predicó mucho en español
Tres cuartos de la predicación la hizo el Papa en español, ganando mucho en viveza. Después de un Padrenuestro cantado en latín y de la bendición final, Francisco, que había venido en papamóvil besando niños, se retiró en un pequeño Fiat. Muchos jóvenes se quedaron unas horas para el concierto de distintos grupos. Pero no toda la noche.

Ni siquiera la noche del sábado podrán dormir en Copacabana, no es algo que estuviera previsto, ya que la noche al raso se había diseñado en otra localidad, inutilizada por las lluvias.

Discurso del Santo Padre durante el Vía Crucis
(versión oficial, sin sus improvisaciones) 

Queridísimos jóvenes

Hemos venido hoy aquí para acompañar a Jesús a lo largo de su camino de dolor y de amor, el camino de la Cruz, que es uno de los momentos fuertes de la Jornada Mundial de la Juventud. Al concluir el Año Santo de la Redención, el beato Juan Pablo II quiso confiarles a ustedes, jóvenes, la Cruz diciéndoles: “Llévenla por el mundo como signo del amor de Jesús a la humanidad, y anuncien a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención” (Palabras al entregar la cruz del Año Santo a los jóvenes, 22 de abril de 1984: Insegnamenti VII,1 (1984), 1105).

Desde entonces, la Cruz ha recorrido todos los continentes y ha atravesado los más variados mundos de la existencia humana, quedando como impregnada de las situaciones vitales de tantos jóvenes que la han visto y la han llevado. Nadie puede tocar la Cruz de Jesús sin dejar en ella algo de sí mismo y sin llevar consigo algo de la cruz de Jesús a la propia vida. Esta tarde, acompañando al Señor, me gustaría que resonasen en sus corazones tres preguntas: ¿Qué han dejado ustedes en la Cruz, queridos jóvenes de Brasil, en estos dos años en los que ha recorrido su inmenso país? Y ¿qué ha dejado la Cruz en cada uno de ustedes? Y, finalmente, ¿qué nos enseña para nuestra vida esta Cruz?

1. Una antigua tradición de la Iglesia de Roma cuenta que el apóstol Pedro, saliendo de la ciudad para huir de la persecución de Nerón, vio que Jesús caminaba en dirección contraria y enseguida le preguntó: “Señor, ¿adónde vas?”. La respuesta de Jesús fue: “Voy a Roma para ser crucificado de nuevo”. En aquel momento, Pedro comprendió que tenía que seguir al Señor con valentía, hasta el final, pero entendió sobre todo que nunca estaba solo en el camino; con él estaba siempre aquel Jesús que lo había amado hasta morir en la Cruz. Miren, Jesús con su Cruz recorre nuestras calles para cargar con nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros sufrimientos, también los más profundos.

Con la Cruz, Jesús se une al silencio de las víctimas de la violencia, que no pueden ya gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos; con ella, Jesús se une a las familias que se encuentran en dificultad, que lloran la pérdida de sus hijos, o que sufren al verlos víctimas de paraísos artificiales como la droga; con ella, Jesús se une a todas las personas que sufren hambre en un mundo que cada día tira toneladas de alimentos; con ella, Jesús se une a quien es perseguido por su religión, por sus ideas, o simplemente por el color de su piel; en ella, Jesús se une a tantos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio. En la Cruz de Cristo está el sufrimiento, el pecado del hombre, también el nuestro, y Él acoge todo con los brazos abiertos, carga sobre su espalda nuestras cruces y nos dice: ¡Ánimo! No la llevas tú solo. Yo la llevo contigo y yo he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida (cf. Jn 3,16).

2. Y así podemos responder a la segunda pregunta: ¿Qué ha dejado la Cruz en los que la han visto, en los que la han tocado? ¿Qué deja en cada uno de nosotros? Deja un bien que nadie más nos puede dar: la certeza del amor indefectible de Dios por nosotros. Un amor tan grande que entra en nuestro pecado y lo perdona, entra en nuestro sufrimiento y nos da fuerza para sobrellevarlo, entra también en la muerte para vencerla y salvarnos. En la Cruz de Cristo está todo el amor de Dios, su inmensa misericordia. Y es un amor del que podemos fiarnos, en el que podemos creer. Queridos jóvenes, fiémonos de Jesús, confiemos totalmente en Él (cf. Lumen fidei, 16). Sólo en Cristo muerto y resucitado encontramos salvación y redención. Con Él, el mal, el sufrimiento y la muerte no tienen la última palabra, porque Él nos da esperanza y vida: ha transformado la Cruz de instrumento de odio, de derrota, de muerte, en signo de amor, de victoria y de vida.



El primer nombre de Brasil fue precisamente “Terra de Santa Cruz”. La Cruz de Cristo fue plantada no sólo en la playa hace más de cinco siglos, sino también en la historia, en el corazón y en la vida del pueblo brasileño, y en muchos otros. A Cristo que sufre lo sentimos cercano, uno de nosotros que comparte nuestro camino hasta el final. No hay en nuestra vida cruz, pequeña o grande, que el Señor no comparta con nosotros.

3. Pero la Cruz nos invita también a dejarnos contagiar por este amor, nos enseña así a mirar siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien sufre, a quien tiene necesidad de ayuda, a quien espera una palabra, un gesto, y a salir de nosotros mismos para ir a su encuentro y tenderles la mano. Muchos rostros han acompañado a Jesús en su camino al Calvario: Pilato, el Cireneo, María, las mujeres… También nosotros podemos ser para los demás como Pilato, que no tiene la valentía de ir contracorriente para salvar la vida de Jesús y se lava las manos. Queridos amigos, la Cruz de Cristo nos enseña a ser como el Cireneo, que ayuda a Jesús a llevar aquel madero pesado, como María y las otras mujeres, que no tienen miedo de acompañar a Jesús hasta el final, con amor, con ternura. Y tú, ¿como quién eres? ¿Como Pilato, como el Cireneo, como María?

Queridos jóvenes, llevemos nuestras alegrías, nuestros sufrimientos, nuestros fracasos a la Cruz de Cristo; encontraremos un Corazón abierto que nos comprende, nos perdona, nos ama y nos pide llevar este mismo amor a nuestra vida, amar a cada hermano o hermana nuestra con ese mismo amor. Que así sea.

viernes, 26 de julio de 2013

«Quiero lío. En Río va a haber lío. Pero yo quiero lío en las diócesis, ¡que se salga afuera!»

En un clima de emoción y euforia, miles de argentinos se encontraron este jueves al mediodía con el papa Francisco en la Catedral Metropolitana de Rio de Janeiro, Brasil, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). 

En su discurso, el sumo pontífice le pidió a los jóvenes "que hagan lío", dijo que la Iglesia "tiene que salir a la calle" y que "no puede ser una ONG".

"¿Qué espero de la Jornada? Espero lío, que haya lío, que la Iglesia salga a las calles. Que nos defendamos de la comodidad, que nos defendamos del clericalismo", enfatizó Francisco.

Después de su paso por la favela Varginha, se dirigió a la Catedral Metropolitana, donde miles de jóvenes argentinos esperaban ansiosos su llegada. 

"No se dejen excluir y no excluyan a los ancianos. Cuiden los dos extremos de la vida, de la historia de los pueblos", apuntó Francisco.

En el final de su discurso, el Papa lamentó no poder "estar más cerca" de los participantes de la Jornada Mundial de la Juventud. "Por momentos me siento (enjaulado)... qué feo es estar enjaulado, me hubiera gustado estar más cerca de ustedes", afirmó.

 

Peregrinos, obispos y autoridades del gobierno argentino participaron del encuentro con el sumo pontífice.

En representación de la administración de Cristina Kirchner estuvieron presentes en el templo el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, y el director de Culto Católico de la Cancillería, Luis Saguier Fonrouge.

La seguridad dispuesta en el lugar no permitió a los fieles ingresar con banderas, mochilas ni fotos.

La llegada de Francisco hizo estallar en aplausos y cánticos a los cientos y cientos de jóvenes que viajaron especialmente miles de kilómetros para reencontrarse con quien fue durante años primado de la Iglesia de la Argentina.

 

Ante cada paso, los saludos y las muestras de cariño eran incesantes. Fueron devueltas con bendiciones, abrazos, besos y gestos de afecto a quienes estuvieron toda la noche esperándolo.

"Esta es la juventud del Papa", había dicho poco antes el titular del Episcopado, monseñor José María Arancedo, quien había destacado que muchos pasaron la noche en vela y bajo la lluvia para poder entrar a la Catedral de San Sebastián.


Texto íntegro (transcrito) del improvisado "Sermón del Lío"»Gracias, gracias, por estar hoy aquí, por haber venido. Gracias a los que están adentro y muchas gracias a los que están afuera, a los 30 mil me dicen que hay afuera. Desde acá los saludo, están bajo la lluvia.

»Gracias por el gesto de acercarse, gracias por haber venido a la Jornada de la Juventud, yo le sugerí al doctor Gasbarri que es el que maneja, que organiza el viaje, si hubiera un lugarcito para encontrarme con ustedes. Y en medio día tenía arreglado todo, así que también quiero agradecer públicamente también al doctor Gasbparri, esto que ha logrado hoy.

»Quisiera decir una cosa. ¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá dentro va a haber lío va a haber, que acá en Río va a haber lío va a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, sino salen se convierten en una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG!

»Que me perdonen los obispos y los curas, si alguno después le arma lío a ustedes, pero es el consejo. Gracias por lo que puedan hacer.

»Miren, yo pienso que en este momento esta civilización mundial se pasó de ‘rosca’, se pasó de ‘rosca’, porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los pueblos.

»Exclusión de los ancianos, por supuesto, porque uno podría pensar que podría haber una especie de eutanasia escondida es decir, no se cuida a los ancianos pero también está una eutanasia cultural. No se los deja hablar, no se los deja actuar. 

»Exclusión de los jóvenes, el porcentaje que hay de jóvenes sin trabajo y sin empleo es muy alto y es una generación que no tiene la experiencia de la dignidad ganada por el trabajo, o sea esta civilización nos ha llevado a excluir dos puntas que son el futuro nuestro.

»Entonces los jóvenes tiene que salir, tienen que hacerse valer, los jóvenes tienen que salir a luchar por los valores, a luchar por esos valores, y los viejos abran la boca, los ancianos abran la boca y enséñennos, transmítannos la sabiduría de los pueblos.

»En el pueblo argentino, yo se los pido de corazón a los ancianos, no claudiquen de ser la reserva cultural de nuestro pueblo que transmite la justicia, que transmite la historia, que trasmite los valores , que transmite la memoria de pueblo. Y ustedes, por favor, no se metan contra los viejos, déjenlos hablar, escúchenlos y lleven adelante. Pero sepan, sepan que en este momento ustedes los jóvenes y los ancianos están condenados al mismo destino: exclusión. No se dejen excluir, ¿está claro? Por eso creo que tienen que trabajar.

»Y la fe en Jesucristo no es broma, es algo muy serio. Es un escándalo que Dios haya venido a hacerse uno de nosotros, es un escándalo, y que haya muerto en la cruz, es un escándalo, el escándalo de la cruz. La cruz sigue siendo escándalo pero es el único camino seguro, el de la cruz, el de Jesús, la encarnación de Jesús.

»Por favor, ¡no licúen la fe en Jesucristo!, hay licuado de naranja, hay licuado de manzana, hay licuado de banana pero, por favor, ¡no tomen licuado de fe!

»¡La fe es entera, no se licúa, es la fe en Jesús!, es la fe en el hijo de Dios hecho hombre que me amó y murió por mí.

»Entonces hagan lío, cuiden los extremos del pueblo que son los ancianos y los jóvenes, no se dejen excluir y que no excluyan a los ancianos, segundo, y no licúen la fe en Jesucristo.

»Las bienaventuranzas. ¿Qué tenemos que hacer, padre? Mira, lee las bienaventuranzas que te van a venir bien y si querés saber qué cosa práctica tienes que hacer, lee Mateo 25 que es el protocolo con el cual nos van juzgar. Con esas dos cosas tienen el programa de acción: las bienaventuranzas y Mateo 25 no necesitan leer otra cosa, se los pido de corazón.

»Bueno, les agradezco ya esta cercanía. Me da pena que estén enjaulados. Pero les digo una cosa, yo por momentos siento qué feo que es estar enjaulado, se los confieso de corazón.

»Los comprendo y me hubiera gustado estar más cerca de ustedes pero comprendo que por razón de orden no se puede. Gracias por acercarse, gracias por rezar por mí. Se los pido de corazón, necesito, necesito de la oración de ustedes, necesito mucho. Gracias por eso.

»Les voy a dar la bendición y después vamos a bendecir la imagen de la Virgen que va a recorrer toda la república y la cruz de San Francisco que van a recorrer ‘misionaramente.

»Pero no se olviden: hagan lío, cuiden los dos extremos de la vida, los dos extremos de la historia de los pueblos que son los ancianos y los jóvenes, y no licúen la fe".