Puede sorprender a muchos la alta calificación que la mayor parte de la crítica ha dado a Star Trek (2009). Por el título, parece una nueva versión de la popular saga de ciencia ficción, hecha sólo para adeptos; y por el anuncio, parece una película de acción trepidante, y poco más. Pero la razón de que haya fascinado a tantos es porque es todo esto y, además, una propuesta en la que abundan los ingredientes del mejor cine.
Casi medio siglo después de la emisión del primer episodio de televisión, y después de diez películas y cinco series, la intención de esta nueva película es contar los orígenes de los tripulantes de la nave Entreprise. Los encargados de llevarla al cine han sido los guionistas y el director J.J. Abrams -creador de series como Alias, Perdidos, Felicity-, que ha trabajado un guión escrito por dos de sus grandes colaboradores, Roberto Orci y Alex Kurtzman.
La película comienza con una hermosa secuencia del nacimiento de un bebé en medio de una batalla en el espacio. Esos son los primeros instantes de la vida de James Tiberius Kirk. Su adolescencia está marcada por la ausencia de un padre, lo que le provocará una tremenda soledad y la necesidad de ponerse al límite en cada momento. Su vida puede cambiar cuando es retado a demostrar que puede ser algo más que un muchacho sin control. Así entra a formar parte de los reclutas del Entreprise, aunque desde muy pronto tiene ya el objetivo de convertirse en el capitán de la nave. Su gran rival es otro joven, Spock, medio humano, medio extraterrestre vulcaniano, que intenta afirmar su identidad humana. La gran amenaza a la que tienen que enfrentarse ambos es Nero, un extraterrestre romulano que amenaza la paz del universo.
En Star Trek (2009), J.J. Abrams logra el perfecto equilibrio entre efectos especiales, acción espacial, saltos temporales y una gran historia humana relatada con esperanza. El centro acaba siendo la relación necesaria entre dos personajes que son muy dispares: uno es muy instintivo y el otro muy racional, y que creen que, para llevar a cabo su destino, deben prescindir el uno del otro, pero descubrirán que su amistad es fundamental en el desarrollo de sus vidas.
Aparte de una escena corta e innecesaria de desnudo que carece de contenido sexual, la película es apta para jóvenes y adultos, que más allá de volverse fans de Star Trek, tienen la oportunidad de disfrutar de una propuesta entretenida, y con mucho contenido.
Casi medio siglo después de la emisión del primer episodio de televisión, y después de diez películas y cinco series, la intención de esta nueva película es contar los orígenes de los tripulantes de la nave Entreprise. Los encargados de llevarla al cine han sido los guionistas y el director J.J. Abrams -creador de series como Alias, Perdidos, Felicity-, que ha trabajado un guión escrito por dos de sus grandes colaboradores, Roberto Orci y Alex Kurtzman.
La película comienza con una hermosa secuencia del nacimiento de un bebé en medio de una batalla en el espacio. Esos son los primeros instantes de la vida de James Tiberius Kirk. Su adolescencia está marcada por la ausencia de un padre, lo que le provocará una tremenda soledad y la necesidad de ponerse al límite en cada momento. Su vida puede cambiar cuando es retado a demostrar que puede ser algo más que un muchacho sin control. Así entra a formar parte de los reclutas del Entreprise, aunque desde muy pronto tiene ya el objetivo de convertirse en el capitán de la nave. Su gran rival es otro joven, Spock, medio humano, medio extraterrestre vulcaniano, que intenta afirmar su identidad humana. La gran amenaza a la que tienen que enfrentarse ambos es Nero, un extraterrestre romulano que amenaza la paz del universo.
En Star Trek (2009), J.J. Abrams logra el perfecto equilibrio entre efectos especiales, acción espacial, saltos temporales y una gran historia humana relatada con esperanza. El centro acaba siendo la relación necesaria entre dos personajes que son muy dispares: uno es muy instintivo y el otro muy racional, y que creen que, para llevar a cabo su destino, deben prescindir el uno del otro, pero descubrirán que su amistad es fundamental en el desarrollo de sus vidas.
Aparte de una escena corta e innecesaria de desnudo que carece de contenido sexual, la película es apta para jóvenes y adultos, que más allá de volverse fans de Star Trek, tienen la oportunidad de disfrutar de una propuesta entretenida, y con mucho contenido.
1 comentario:
Querido Blogger,
Me encantó verla con vosotros.
Eso que decía Bart de que era puro San Agustín?
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