jueves, 19 de septiembre de 2013

Esperanza y escepticismo entre las entidades provida, ante la reforma de la ley del aborto


Bienvenidos los avances... pero «no nos conformamos»
La próxima reforma de la ley del aborto tendrá algún cambio positivo, y otras muchas limitaciones. ¿Cómo reaccionar? La plataforma Derecho a vivir ya ha convocado una manifestación para el 20 de octubre. ¿Se debe hacer hincapié en exigir, o en centrarse más bien en los pasos hacia adelante? Entre las entidades provida de España, hay diversidad de opiniones. Pero todas comparten lo fundamental: seguirán luchando para alcanzar su meta: una ley que defienda siempre al no nacido, y que ayude a su madre
alfayomega.es

Es bueno el avance a favor de la vida, pero
no podemos quedarnos cruzados de brazos
A la quinta va la vencida. Han pasado casi dos años desde que el PP ganó las elecciones, y el Gobierno ha incumplido, cuatro veces, los plazos anunciados por el ministro de Justicia, don Alberto Ruiz Gallardón. Pero, por fin, se ha anunciado que el anteproyecto de la reforma de la ley del aborto será presentado en octubre.
«Bienvenido sea que haya una fecha ya -celebró el Secretario General de la Conferencia Episcopal en la cadena COPE-. No es difícil mejorar lo que hay, porque estamos en una situación de gravísima injusticia», como el hecho de que acabar con la vida de un ser humano «sea un derecho. Eso ya han anunciado que va a revertir, pero habrá que ver más cosas».
El 20 de octubre, manifestación
Las entidades provida son conscientes de que la ley no cumplirá todas sus expectativas. De entrada, la plataforma Derecho a Vivir ha convocado una manifestación para el domingo 20 de octubre. Con ella, quieren presionar al Gobierno para que ponga el anteproyecto sobre la mesa. También «le pedimos al Gobierno -subrayan desde DaV- que, ahora que tienen la oportunidad de hacer una reforma profunda, no se quede en la superficie. Vamos a presionar por todos los medios. Le pondremos contra las cuerdas para que la reforma sea lo más valiente posible». A la vista de los datos que se han ido anunciando, pedirán, entre otras cosas, que «el supuesto eugenésico sea eliminado en su totalidad», y que, por tanto, no se permita abortar a los niños con malformaciones incompatibles con la vida. «No quisiéramos que se distinguiera entre enfermos de primera y de segunda», apuntan. También rechazan que se hable de conflicto de intereses entre el niño y la madre, pues el derecho a la vida del primero no es equiparable al bienestar de la madre. «Nuestra labor es concienciar de que es bueno acoger la reforma con satisfacción», reconociendo sus avances; «pero no podemos quedarnos cruzados de brazos. Hemos de apoyar al Gobierno, pero también exigirle. Si nos quedamos felicitándonos, vendrán otros que cambiarán la ley, y volverá el coladero».
Otras entidades, en cambio, prefieren subrayar lo positivo. «Siempre nos vamos a alegrar de cualquier paso que nos acerque a que se defienda siempre y sin excepción la vida del no nacido y se ayude a la madre -explica doña Alicia Latorre, Presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida-. Pero alegrarnos de un paso adelante no significa que hayamos pactado con el mal, ni que nos conformemos». La Fundación Red Madre comparte esta actitud, por «pequeño o tímido que sea ese paso. A la vez, nunca me daré por satisfecho, y seguiré animando a dar el siguiente paso, y el siguiente», afirma su Presidente, don Antonio Torres. A quienes puedan ver en esto una actitud demasiado complaciente con el PP, les aclara que «jamás he dicho que el PP sea un partido provida, ni he animado a votarle ni a no votarle». Es consciente de que «no todos los que amamos» y defendemos «la vida tenemos por qué ver las cosas del mismo modo» ni usar las mismas estrategias, y por eso -añade- es necesario el respeto.
¿Apoyo a una ley menos mala?
Ya en 1974, la Congregación para la Doctrina de la Fe subrayó que no es lícito apoyar una ley favorable al aborto. Con todo, en 1995, cuando estas leyes ya estaban extendidas, Juan Pablo II planteó, en la encíclica Evangelium vitae, la situación de los parlamentarios cuyo voto «resultase determinante para favorecer una ley más restrictiva». Su valoración puede aplicarse también a los ciudadanos, y a las entidades de la sociedad civil: «Cuando no sea posible evitar o abrogar completamente una ley abortista, un parlamentario, cuya absoluta oposición personal al aborto sea clara y notoria a todos, puede lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de esa ley». Sería, de hecho, «un intento legítimo y obligado».
Es decir, es legítimo apoyar una ley imperfecta, pero más restrictiva, siempre que se deje claro que ésa no es la meta final. Es el caso de las entidades provida de España. «Nuestro objetivo -subraya don Benigno Blanco, Presidente del Foro Español de la Familia- es irrenunciable: ni un aborto, y una ley que proteja la vida y la maternidad. En la medida que la nueva ley avance de verdad» hacia esta meta, «merecerá nuestro aplauso», pequeño o grande. Y añade: «No se puede descalificar un paso en la buena dirección porque no sea el que nos gustaría». El señor Blanco aclara los requisitos mínimos para que la nueva ley suponga un cambio real: es esencial que se derogue y sustituya la ley de 2010, que recoge el aborto como un derecho y está impregnada de ideología de género; y que, si mantiene el supuesto del grave riesgo para la salud de la madre, la ley recoja -sin dejarlo pendiente de regulación posterior- un mecanismo «serio, profesional e independiente» para verificarlo. Otros requisitos importantes son que se reconozca la objeción de conciencia y que las menores no puedan abortar sin consentimiento paterno. También pide una ley de apoyo a la maternidad, que «sería preferible que estuviera incluida en esta ley, como garantía de que sale todo, y a la vez».
Seguiremos trabajando
Un obstáculo al que deberán enfrentarse estas entidades será la idea de que una ley como la que se va a presentar, limitada y muy mejorable, es lo máximo a lo que pueden aspirar, pues el PP no está dispuesto a ir más allá, y retirarle el voto es hacer posible que vuelva al poder un partido o coalición más abortista. «Si dejamos que después de la aprobación de esta ley se produzca un vacío en el debate público» sobre el aborto, de forma que parezcasuficiente, «sería culpa nuestra». No están dispuestos a ello: «Al día siguiente» de su aprobación -promete don Benigno-, «seguiremos intentando crear en la sociedad el clima» que, con el tiempo, «permita otra reforma» que acerque más -u, ojalá, llegue a alcanzar- el fin del aborto. La Presidenta de Provida va más allá: seguirán trabajando «incluso si la ley fuera perfecta. Nuestra labor no es sólo denunciar el mal, sino construir el bien. Es muy importante crear un clima social a favor de la vida», y para ello también hace falta curar todas las heridas causadas por 28 años de aborto.
La cultura de la muerte -recuerda don Antonio Torres- «crece también en el día a día de las personas que nos rodean», y por eso hace falta que haya «un compromiso personal activo con la vida. No agotamos nuestro ámbito de responsabilidad con la crítica, sino que debemos -¡todos!- dar el paso de hacer cosas en positivo». No se refiere sólo a la labor asistencial que su fundación realiza. «Más importante que pertenecer, por ejemplo, a Red Madre, es crear cada uno una mentalidad redmadre en su ambiente».
María Martínez López

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