«La Iglesia ofrece una concepción de la familia, que es la del Libro del Génesis, de la unidad en la diferencia entre hombre y mujer, y de su fecundidad. En esta realidad, reconocemos un bien para todos, la primera sociedad natural», ha escrito el Papa Francisco, en su Mensaje a la 47 Semana Social Italiana, que se celebra del 12 al 15 de septiembre en Turín, dedicada al tema La familia, esperanza y futuro para la sociedad italiana
alfayomega.es
La Iglesia defiende una determinada concepción de la familia -subraya el Papa-, como unión de un hombre y una mujer, y la propone a toda la sociedad, ya que, en esa concepción bíblica, reconoce «un bien para todos». La institución familiar está «en la base de nuestra civilización», y de la concepción cultural y antropológica que se tenga de la familia se derivan consecuencias «en diversos ámbitos de la vida de una sociedad y de un país: en el problema demográfico (que es grave para todo el continente europeo, y de modo particular para Italia) y de otras consecuencias relativas al trabajo y a la economía e general., al crecimiento de los hijos...»
El Papa resalta también el papel de la familia como transmisora de la fe y escuela de «valores morales fundamentales», como «la solidaridad práctica, el trabajo duro, la paciencia, y también un proyecto, esperanza, futuro».
Esa esperanza en el futuro «presupone la memoria», escribe el Papa. «La memoria de nuestros mayores es el apoyo para seguir adelante en el camino», añade, con palabras que recuerda a las que dijo durante la JMJ de Río de Janeiro. «El futuro de la sociedad, y en concreto de la sociedad italiana, radica en los ancianos y en los jóvenes: estos últimos, porque tienen la fuerza y la edad para llevar la historia adelante, y aquellos, porque son la memoria viva. Un pueblo que no cuida de sus ancianos y de sus niños y jóvenes no tiene futuro, porque maltrata la memoria y la promesa».
Por último, el Papa hace referencia al «sufrimiento de muchas familias debido a la falta de trabajo, el problema de la vivienda, la imposibilidad práctica d aplicar libremente sus propias decisiones educativas», o por los conflictos internos de estas familias», tales como las rupturas matrimoniales la violencia doméstica.
Y en medio de todas estas dificultades y retos culturales y antropológicos, el Papa apela al «testimonio simple, pero hermoso y valiente, de muchas familias, que viven la experiencia del matrimonio y la paternidad con alegría, iluminado y sostenido por la gracia del señor, sin temor a enfrenarse a los momentos de cruz, vivida en unión con el Señor, que no impedirá el camino del amor, sino que puede hacerlo más fuerte y completo».
En la conferencia inaugural de la Semana Social, el arzobispo de Génova y Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el cardenal Angelo Bagnasco, pidió al conjunto de la sociedad italiano una mirada sobre la familia «sin prejuicios o filtros ideológicos». En referencia a asuntos como el debate sobre la equiparación del matrimonio uniones homosexuales o al divorcio exprés, dejó claro que la Iglesia no pretenden «defender una posición» ideológica, «sino aportar a creyentes y no creyentes la contribución de la humanización que la luz de la fe suscita en el ámbito de la familia». El cardenal Bagnasco se refirió también a la familia como «el antídoto frente a la crisis».
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