Acompañado por numerosos jóvenes y familias con sus hijos, el cardenal Arzobispo de Madrid, monseñor Antonio María Rouco Varela, presidió anoche una Vigilia de Oración con motivo de la festividad de la Almudena, patrona de Madrid. Durante la Eucaristía, que estuvo presidida por la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud, el cardenal recordó que «la Cruz es la que nos salva desde lo más hondo de nuestro ser» y que sin ella «los hombres no podrán ser felices».
En su homilía, el cardenal Rouco señaló que todos “deseamos una calidad de vida”, la cual no puede quedarse meramente en lo material, sino que debe llegar más allá, llegando “a la calidad del alma y del corazón”. Por ello, el cardenal se dirigió a los jóvenes, para recordarles que recordó que la cruz es el único camino para llegar a Dios, cuya presencia es fundamental en su vida. “La cruz es el signo vivo y viviente que nos muestra que Dios está entre nosotros”, subrayó el cardenal.
El cardenal reflexionó también sobre la situación que se vive actualmente en España con la Ley del Aborto, con la que algunos quieren que triunfe la cultura de la muerte. Por ello, recordó a todos los fieles reunidos en la catedral de la Almudena que no es posible permanecer impasibles ante esta cruel realidad. “La vida es para vivirla como una maravillosa aventura de amor verdadero, y no es otro que el amor que se vive y se recibe abrazando la Cruz”, afirmó el cardenal.
Testimonios
Durante la Vigilia se expresaron varios testimonios. Daniel, un misionero procedente de China, narró su visión de la Cruz, primer signo que aprendió dentro del lenguaje chino. Sabiendo el significado, y reflexionando sobre el, el misionero explicó que se dio cuenta que “la Cruz es lo que distingue y define a la Iglesia”.
Daniel contó que el pueblo de China ha llevado durante años la Cruz de la Iglesia, razón por la cual se merece una calificación de diez, tal y como simboliza el signo de la Cruz dentro del idioma chino. “La Iglesia en China es una Iglesia perseguida y controlada por el Gobierno, pero aun así es una Iglesia entusiasta, que no se arruga por las dificultades” destacó el misionero, que también afirmó que “los misioneros chinos fueron testigos de la fortaleza de los cristianos que todos los domingos acudían para rendir homenaje al Señor”.
Por su parte, una joven, Laura, ofreció su testimonio sobre el Encuentro de Jóvenes que en Semana Santa acudieron a Roma para recoger la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud. La chica señaló que aquel “fue un momento muy especial” para ella, ya que la peregrinación a la capital de Italia “le ayudó a recuperar el ánimo que había perdido meses atrás”. “La gente, y otras personas del resto del mundo, me hicieron a sentirme parte una gran familia”, destacó emocionada la chica, que también señaló que “la peregrinación le había ayudado a reforzar su fe” ya que “ese algo que estaba allí es lo que te hace completarte como persona”.
El cardenal reflexionó también sobre la situación que se vive actualmente en España con la Ley del Aborto, con la que algunos quieren que triunfe la cultura de la muerte. Por ello, recordó a todos los fieles reunidos en la catedral de la Almudena que no es posible permanecer impasibles ante esta cruel realidad. “La vida es para vivirla como una maravillosa aventura de amor verdadero, y no es otro que el amor que se vive y se recibe abrazando la Cruz”, afirmó el cardenal.
Testimonios
Durante la Vigilia se expresaron varios testimonios. Daniel, un misionero procedente de China, narró su visión de la Cruz, primer signo que aprendió dentro del lenguaje chino. Sabiendo el significado, y reflexionando sobre el, el misionero explicó que se dio cuenta que “la Cruz es lo que distingue y define a la Iglesia”.
Daniel contó que el pueblo de China ha llevado durante años la Cruz de la Iglesia, razón por la cual se merece una calificación de diez, tal y como simboliza el signo de la Cruz dentro del idioma chino. “La Iglesia en China es una Iglesia perseguida y controlada por el Gobierno, pero aun así es una Iglesia entusiasta, que no se arruga por las dificultades” destacó el misionero, que también afirmó que “los misioneros chinos fueron testigos de la fortaleza de los cristianos que todos los domingos acudían para rendir homenaje al Señor”.
Por su parte, una joven, Laura, ofreció su testimonio sobre el Encuentro de Jóvenes que en Semana Santa acudieron a Roma para recoger la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud. La chica señaló que aquel “fue un momento muy especial” para ella, ya que la peregrinación a la capital de Italia “le ayudó a recuperar el ánimo que había perdido meses atrás”. “La gente, y otras personas del resto del mundo, me hicieron a sentirme parte una gran familia”, destacó emocionada la chica, que también señaló que “la peregrinación le había ayudado a reforzar su fe” ya que “ese algo que estaba allí es lo que te hace completarte como persona”.
Agencias/InfoCatólica
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