El Papa Benedicto XVI se desplazó ayer al centro de Italia, que hace tres semanas fue sacudido por un terremoto, que causó casi 300 muertos, más de mil heridos y cerca de 65.000 damnificados. Desde allí, ha pedido “un serio examen de conciencia” y la restitución de “casas sólidas” para los millares de familias que se han quedado sin hogar.El Santo Padre visitó algunos de los lugares más representativos de la tragedia, tales como la pequeña localidad de Onna, donde murieron 40 de sus 250 habitantes, y la Casa del Estudiante, donde perdieron la vida numerosos jóvenes universitarios.
Benedicto XVI también visitó la basílica de Santa Maria di Collemaggio, donde se encuentra enterrado el Papa Celestino V y sobre cuya tumba depositó el palio de su pontificado. Esta importante iglesia resultó seriamente dañada, al igual que otros muchos edificios artísticos de la zona. Cuando la vio, el Pontífice alemán aseguró que su estado está “peor de lo que había imaginado”.
En Onna, el Papa rezó por los difuntos de la tragedia e hizo suyos los deseos y esperanzas de los miles de personas que se han quedado sin hogar. “He venido personalmente a vuestra tierra espléndida y herida” para “expresaros del modo más directo posible mi cordial cercanía”. “Querría abrazaros con afecto a cada uno”, aseguró.
Uno de los momentos más emotivos de la visita tuvo lugar delante de la Casa del Estudiante. Bajo los escombros de este edificio fallecieron ocho jóvenes y los trabajos de rescate fueron especialmente delicados. Antes de regresar al Vaticano, Benedicto XVI rezó y depositó una rosa de oro a los pies de la Virgen de Roio, una de las imágenes más veneradas de la zona.
Fuente: Alba
Benedicto XVI también visitó la basílica de Santa Maria di Collemaggio, donde se encuentra enterrado el Papa Celestino V y sobre cuya tumba depositó el palio de su pontificado. Esta importante iglesia resultó seriamente dañada, al igual que otros muchos edificios artísticos de la zona. Cuando la vio, el Pontífice alemán aseguró que su estado está “peor de lo que había imaginado”.
En Onna, el Papa rezó por los difuntos de la tragedia e hizo suyos los deseos y esperanzas de los miles de personas que se han quedado sin hogar. “He venido personalmente a vuestra tierra espléndida y herida” para “expresaros del modo más directo posible mi cordial cercanía”. “Querría abrazaros con afecto a cada uno”, aseguró.
Uno de los momentos más emotivos de la visita tuvo lugar delante de la Casa del Estudiante. Bajo los escombros de este edificio fallecieron ocho jóvenes y los trabajos de rescate fueron especialmente delicados. Antes de regresar al Vaticano, Benedicto XVI rezó y depositó una rosa de oro a los pies de la Virgen de Roio, una de las imágenes más veneradas de la zona.
Fuente: Alba
No hay comentarios:
Publicar un comentario