El cardenal Rouco destaca que “la JMJ es la ocasión más radical en el testimonio de evangelización de nuestros jóvenes y nuestra ciudad”

El arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, presidió ayer, festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, una Eucaristía en la que se presentaron las líneas pastorales de este nuevo curso que comienza, con especial atención a la preparación y celebración de la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011, que se celebrará la tercera semana de agosto en la capital española.

La ceremonia, presidida por el cardenal, fue concelebrada por un obispo de rito grecolatino, responsable de la comunidad ucraniana que viene a la JMJ, y por los tres obispos auxiliares de Madrid, monseñor Fidel Herráez, monseñor César Franco y monseñor Juan Antonio Martínez Camino, además de ciento sesenta y seis sacerdotes, vicarios, el Deán de la Catedral, Antonio Astillero, y el cabildo catedral.

En su homilía, el cardenal se centró en la preparación de la JMJ, donde “Madrid se convertirá en la capital excepcional de la historia de la gracia para la Iglesia en el mundo”. “Un acontecimiento –prosiguió- que no estará limitado a las fronteras de una Iglesia sino que la Iglesia universal estará visiblemente representada por quien la preside, el Papa, por las Conferencias Episcopales y por los jóvenes”.

Ante más de dos mil personas, destacó que será, además, “un acontecimiento en el que la Iglesia muestra a Cristo: arraigados y firmes en la fe”. Y, más concretamente, “un vivo acontecimiento de gracia para la Iglesia particular en Madrid”.“

La ocasión –prosiguió- más radical en el testimonio de evangelización de nuestros jóvenes y nuestra ciudad”. Así, subrayó la importancia de la preparación de la JMJ y señaló que empieza el curso “tratando de conocer más al Señor, su verdad, y haciéndolo presente en nuestra vida para que los fieles la conozcan, la vivan y la disfruten”.

Finalmente, afirmó que “nos confiamos a la Virgen con todo el corazón”.

Entre las líneas pastorales del curso destacan crecer en el conocimiento de Jesucristo, fomentar la oración y la participación en los sacramentos y testimoniar nuestra fe por la palabra y la acción.

Fuente: análisis digital