300.000 jóvenes participantes en la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia tendrán la oportunidad de recorrer los campos de Auschwitz-Birkenau y visitar una exposición al aire libre, aunque no podrán entrar en los edificios. La Conferencia Episcopal ofrece plazas para los grupos españoles
El campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau, a solo una hora de Cracovia, es una de las principales atracciones para quienes visitan esta ciudad polaca. Para los católicos, además, el campo tiene un especial interés por ser el lugar donde murieron san Maximiliano Kolbe y santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein). El interés no puede ser menor, por tanto, entre los peregrinos que este verano participarán en la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra en Cracovia del 26 al 31 de julio.
Desgraciadamente, no todos podrán visitar el campo, y será de una forma diferente. «Nos preocupaban las cifras», reconoce Pawel Sawicki, portavoz de este memorial El millón y medio de peregrinos que se esperan –recuerda– es más que lo que el memorial recibe en un año.
«Queríamos que viniera la mayor parte posible de peregrinos» para ofrecerles la experiencia de visitar al campo, «y al mismo tiempo cuidar la seguridad del memorial. Para nosotros, la conservación es muy importante». No en vano, solo el año pasado la fundación Auschwitz-Birkenau invirtió ocho millones de euros en preservar la integridad de los edificios y objetos custodiados.
Exposición al aire libre
Al final, se ha optado por «una visita ligeramente diferente. Hemos diseñado un sendero que rodea los sitios más importantes» del campo, pero los peregrinos «no entrarán en los edificios», explica Swicki. Esto permitirá al campo acoger a un mayor número de gente: 300.000 personas, repartidas del 20 al 28 de julio y del 1 al 3 de agosto.
Durante estos días, el campo está reservado exclusivamente para los jóvenes. «Cada hora permitiremos entrar a un pequeño número de peregrinos, que se hayan inscrito previamente». El 29 de julio no se permitirá la entrada debido a la visita del Papa. Y los días 30 y 31, que coinciden con los actos finales de la JMJ, el campo abrirá para los turistas.
Para suplir el hecho de que no podrán visitar el interior de los edificios, se está preparando una exposición al aire. «Serán carteles grandes, en los que va a primar la imagen de lo que no pueden ver dentro sobre el texto. Poner un texto en muchos idiomas nos obligaría a reducir mucho la letra y no se vería bien».
Birkenau, 30 veces más grande
El recorrido didáctico recorrerá tanto el campo de Auschwitz como el vecino de Auschwitz II-Birkenau, «sin el cual no se puede entender lo que significó» el primero. Este campo, 30 veces más grande, se creó en julio de 1942 con el propósito principal de exterminar a los judíos en sus cuatro cámaras de gas. Auschwitz, que inicialmente fue un campo para retener a presos polacos, solo tenía una.
En los campos, además de fotos de lo que se conserva en el interior de los edificios, también podrán ver imágenes de historias que ocurrieron en el mismo punto donde estén en ese momento. Por ejemplo, la que muestra el instante en el que el médico del campo ordena a un anciano que siga la cola que –sin saberlo él– le llevará a la cámara de gas.
Los españoles ya tienen hora reservada
Swicki explica que casi todas las horas de los días de la JMJ están ya ocupadas, y solo quedan algunas franjas libres antes del día 26 de julio y los días 2 y 3 de agosto. Los grupos que quieran visitar al campo, pueden gestionarlo a través de la web de la JMJ. Sin embargo, para los grupos españoles, la Conferencia Episcopal Española ya ha reservado dos franjas horarias del día 26 de julio. Los grupos que quieran visitar el campo pueden solicitarlo a la CEE a través de sus diócesis.
La entrada es gratuita, y «los peregrinos recibirán material divulgativo y también podrán comprar libros en una librería al aire libre», añade Swicki. Los peregrinos podrán viajar hasta Auschwitz en sus propios autobuses o en tren a Oswieçim.
Cómo llegar
Los peregrinos podrán viajar hasta Auschwitz en sus propios autobuses o en tren (a Oswieçim, nombre polaco de la localidad). Además, los responsables del memorial ofrecerán lanzaderas para que los peregrinos puedan recorrer los dos kilómetros que separan este campo del de Birkenau. Desde el campo, además, quieren recordar a los peregrinos que vayan a visitarlo que no se permitirá la entrada en el campo a quienes lleven mochilas o bolsos, y que puede llegar a hacer bastante calor.
Por otro lado, todos los peregrinos podrán informarse sobre el campo y la historia de san Maximiliano María Kolbe, ya que «el Comité Organizador nos ha pedido que redactemos un texto informativo» que se incluirá en el Libro del Peregrino.
María Martínez López
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