Gracias al trabajo de un equipo de matrimonios del MFC de Burgos, al consiliario Ángel y al apoyo del equipo de presidencia diocesano hoy podemos decir que el servicio de juventud de la diócesis de Burgos renace con fuerza.
Durante este curso han comenzado con un grupo de adolescentes, dos de preadolescentes, otro de niños y otro de guardería. Las reuniones de periodicidad mensual han sido dirigidas por matrimonios en base a los materiales del MFC “Edificados y arraigados en Cristo, firmes en la fe”. Asimismo, todas las reuniones contaban con un tiempo dedicado a juegos y dinámicas, así como de la participación de los niños y adolescentes en la Eucaristía mensual de todos los miembros del MFC en Burgos. Todo ello sin olvidar, que se está trabajando con los adolescentes para que el día de mañana sean los monitores de los grupos.
Nuestra visita a Burgos nos ha recordado los pasajes bíblicos sobre cómo vivían las primeras comunidades cristianas (Eucaristía, oración, formación, entrega, disponibilidad, generosidad, amor...). Con ellos pudimos participar de una de reuniones mensuales, de varias Eucaristías, así como de una cena en un ambiente festivo, fraternal y muy divertido, en la que los niños lo pasaron en grande por toboganes, castillo hinchable, piscina de bolas… -instalaciones que gratuitamente puso a nuestra disposición un matrimonio del MFC de Burgos-. Tampoco podemos olvidarnos de la cena compartida durante la reunión de trabajo que mantuvimos con el equipo de matrimonios del servicio de juventud, ni de la reunión de zona que se desarrolló en Burgos durante el mismo fin de semana.
Desde aquí queremos dar las gracias a Dios por la diócesis de Burgos y rogamos al Espíritu Santo que los siga guiando en esta pastoral de infancia y juventud con carisma familiarista.
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