miércoles, 9 de noviembre de 2016

Niños y mayores, protagonistas de la Almudena


«¡Qué tradición más hermosa salir aquí, en Madrid, a la plaza Mayor, para pedir a la Madre de Madrid que nos cuide y nos enseñe a cuidarnos los unos a los otros!»: con este espíritu resumió el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, la fiesta de Nuestra de la Almudena, con la que la archidiócesis ha venerado estos días a su patrona.
Ofrenda de alimentos en la explanada de la Almudena. Foto: Carlos González
La fiesta se preparó durante los días previos ya con la vigilia de los primeros viernes de mes que reúne en la catedral al arzobispo con los jóvenes, a quienes volvió a reunir el martes en otra vigilia de oración a la Almudena en el templo de Bailén. El sábado tuvo lugar el Encuentro Diocesano de Niños, y ese mismo día arrancaron varias actividades: un triduo de oración, un concierto del Orfeón del Ayuntamiento de Madrid, distintas ofrendas florales por parte de varias congregaciones vinculadas a la catedral, de grupos tradicionales madrileños y de numerosos colegios de Madrid, así como una recogida solidaria de alimentos.
«Jesús ha entrado en vuestra vida para que vuestra vida sea la vida de Jesús», les dijo a los niños monseñor Osoro el martes. «Cuando uno le dice al Señor “necesito de tu fuerza, por mí mismo puedo hacer pocas cosas, así que dame tu espíritu”, el Señor nos regala el Espíritu a través de la Iglesia». Nos pasa como a los apóstoles, ha aseverado entre los gritos y la emoción de los pequeños, «que eran unos miedosos y se encerraban», pero «cuando vino el Espíritu Santo, abrieron las puertas y salieron al mundo para decir que eran discípulos de Jesús». Por tanto, «que no os importe decir nunca que sois cristianos».
Monseñor Osoro con los niños. Foto: Carlos González
Ya el miércoles, durante la Eucaristía en la plaza Mayor, el arzobispo pidió a los madrileños: «Cuidemos la vida de todos los que viven o llegan aquí a Madrid», y les propuso un «camino de encuentro», para «olvidarnos de nosotros y poner en primer lugar al otro, sea quien sea», porque «nuestro pueblo de Madrid hunde sus raíces en el anhelo de fraternidad y deseo de ser familia. Crecemos cuando nos unimos».
El arzobispo pidió a la Almudena hacer de Madrid «un pueblo que cuida a los niños y a los ancianos, que cuida a todos», en especial «a los que miramos menos y lo necesitan más, a aquellos que están desamparados, solos o enfermos, a los que no tienen de qué vivir, a los que están en la calle, a los que no conocen a tu Hijo». Para conseguirlo, exhortó a todos «a salir no solo con ideas, sino con amor en su mayor grandeza».
Por su parte, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, renovó el tradicional Voto de la Villa que los regidores de la capital han venido realizando desde 1646. La alcaldesa quiso recordar al Papa Francisco y las obras de misericordia que ha subrayado en este Año de la Misericordia, Carmena renovó el compromiso de los madrileños de «vivir sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir»; de «no mirar para otro lado ante las necesidades de los demás».
J.L.V.D-M./Carlos González
alfayomega.es

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