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Monseñor Osoro saluda a varias familias durante la fiesta de la Sagrada Familia de 2014. Foto: Miguel Hernández Santos
Entre todos, con todos, para todos
Con la inauguración del Año de la Misericordia en Madrid, arranca el Plan Diocesano de Evangelización
Este sábado, 12 de diciembre, a las 19 horas, el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, abrirá la Puerta Santa en la catedral de la Almudena, con lo que da comienzo el Año de la Misericordia convocado por el Papa Francisco. También es el momento elegido para el inicio oficial del Plan Diocesano de Evangelización, con el lema Entre todos, con todos, para todos, que será el protagonista de la vida diocesana durante los próximos tres años.
Este Plan se va a realizar entre todos, «porque formamos parte de una Iglesia en salida. No vale remar cada uno por un lado, porque una Iglesia así no dice nada al mundo, es una Iglesia de tristes que en realidad al final se basa en métodos de poder, pero no en el Evangelio», señaló monseñor Osoro en la última presentación del plan, que realizó en la madrileña parroquia de San Juan Evangelista. Para el arzobispo de Madrid, «estar en un grupo-estufa es facilísimo, siempre te dan la razón, pero el Señor nos ha mandado a ir donde están los hombres. En la Iglesia hemos perdido mucho tiempo tratando de sostener la Iglesia, pero la Iglesia la aguanta Dios, Él es quien le da la fuerza de su Espíritu. Y es Él el que nos ha dicho: “Id por todo el mundo a anunciar la Buena Noticia”. No hay que aguantar nada, no hay que defender nada, hay que salir a dar esta Buena Noticia. La Iglesia en Madrid debe tener este empeño».
Un discernimiento comunitario
El objetivo del plan es trasladar la exhortación papal Evangelii gaudium a la archidiócesis de Madrid. «El Papa no dice a cada diócesis lo que tiene que hacer –afirma Carlos Aguilar, responsable de la Vicaría de Evangelización de Madrid, encargada de desarrollar el plan–, sino que cada Iglesia local debe hacer su propio discernimiento. Por eso en Madrid hemos empezado ya este proceso de discernimiento, y va a ser un discernimiento comunitario, realizado entre todos los fieles. Porque el Papa tiene claro que el Espíritu Santo no solo pertenece a la jerarquía, sino que habita en toda la Iglesia; y pide a los obispos que escuchen lo que el Espíritu está diciendo a su Iglesia, lo que nos dice a todos».
Para ello, ya se han puesto en marcha en toda la diócesis numerosos grupos de trabajo, abiertos a todos los que deseen participar. Los grupos constan de diez a 15 personas, y se pide que, en la medida de lo posible, estén formados por personas de diferentes edades, procedencias y espiritualidades, incluso por quienes no participan en ninguna actividad eclesial, para que la vivencia de comunión y las aportaciones sean lo más ricas posible. Hasta la fecha, ya hay unas 20.000 personas de toda la diócesis implicadas en alguno de estos grupos.
Durante cada uno de estos tres años, los grupos trabajarán en sendos temas: este curso 2015-2016 se abordará La conversión pastoral para una transformación misionera de la Iglesia en Madrid; durante el curso siguiente, la atención se pondrá en los Desafíos, retos, tentaciones y posibilidades para la evangelización hoy en Madrid; y en el curso 2017-2018, se abordará el tema El pueblo de Dios que vive en Madrid anuncia el Evangelio y trata de dar respuesta a los problemas personales y sociales que hay en nuestro mundo. Y al final de cada año, en el mes de junio, saldrá a la luz un documento final a cargo del arzobispo, para el que contará con todas las aportaciones concretas realizadas por todos los grupos. Además, «hay aspectos que son tan inmediatos que no será necesario esperar a las instrucciones del obispo para toda la diócesis, así que hagámoslos», afirma Carlos Aguilar.
Orar y proponer
Cada uno de los temas anuales constará de un núcleo por trimestre. De aquí al verano que viene se trabajarán dos núcleos, y en los siguientes cursos tres.
Cada núcleo se desarrolla en tres sesiones, que se pueden desarrollar en tres días distintos, o bien en uno o dos pero más intensos. La primera sesión es de introducción, en la que el grupo reflexiona sobre un texto de la Evangelii gaudium. Durante la segunda se propone un texto bíblico para orar al modo de la Lectio Divina. Y en la tercera se harán propuestas concretas de cara a la evangelización. El animador de cada grupo se encargará de subir las propuestas a la página web de la Vicaría. Al final, las propuestas estarán así disponibles para el resto de los grupos, para ir viendo entre todos qué propuestas están tomando más fuerza, incluso se podrá ir valorando las aportaciones más interesantes.
Es Dios quien tiene la iniciativa
Carlos Aguilar afirma que el espíritu que anima todo este trabajo es «partir de la Palabra de Dios, que sea ella la que nos ilumine y nos convierta. Y a partir de ahí ver qué es lo que viene bien a todos en la diócesis. Por eso, las propuestas que haga al final de cada año nuestro arzobispo estarán sostenidas por la reflexión de todos y cada uno de nosotros, y siempre partiendo de Dios, que es quien lleva la iniciativa de la evangelización».
Por eso, este plan es «un proceso espiritual con el que queremos aterrizar la Evangelii gaudium en nuestra vida diocesana, para que tenga una repercusión sobre las realidades de nuestra diócesis: nuestras estructuras, nuestros horarios, nuestros estilos… Partimos del encuentro con Jesucristo, que nos anima a salir para evangelizar en el momento actual».
Este proceso «nos hará plantearnos qué supone este dinamismo de salida y de evangelización en nuestra diócesis, qué debemos cambiar, qué debemos reforzar, qué debemos abandonar, qué es lo que ya no vale en nuestra pastoral…».
¿Se puede ser discípulo sin ser misionero? «Decididamente, no –responde Carlos Aguilar–. Porque todo el que es atraído por Jesús enseguida es enviado. Todos los que han recibido algo de Jesús, lo que hacen es contarlo: los ciegos, la samaritana, Juan y Andrés… El que se encuentra con Jesús lo cuenta. No podemos menos que contarlo. No podemos callarnos la alegría de habernos encontrado con Jesús». Y evangelizar «no consiste nunca en convencer, o en defendernos, o en defender a la Iglesia, sino en anuncia la alegría del Evangelio. Hagamos ver el gozo del Evangelio, eso es lo que se contagia, es lo que atrae a la gente. Cristo no nos dijo: “Atrincheraos y defendeos”, sino: “Id y anunciar el Evangelio”».
Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
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