viernes, 18 de julio de 2014

Es posible amar para siempre

El verdadero Evangelio de la familia (BAC), ante la pastoral de divorciados en segundas nupcias

Recién publicado el Instrumentum laboris del próximo Sínodo sobre la familia, sale a la luz El verdadero Evangelio de la familia. Perspectivas para el debate sinodal (ed. BAC), un diálogo crítico hacia la posición del cardenal Kasper acerca del problema de la admisión a la Comunión de los fieles divorciados y casados de nuevo civilmente, y que cuenta con un significativo prólogo del cardenal Rouco Varela
alfayomega.es
El verdadero Evangelio de la familia. Perspectivas para el debate sinodal (ed. BAC) es obra de los profesores Stephan Kampowski y Juan José Pérez-Soba, quien, en los últimos meses, ha manifestado abiertamente su disconformidad hacia la posición que el cardenal Walter Kasper defendió en el Consistorio de cardenales del pasado mes de febrero, y cuya propuesta pastoral ante los divorciados casados de nuevo civilmente ha suscitado no pocas reacciones.
El autor del prólogo es el cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid, que asistió a dicho Consistorio, quien afirma que el libro «pretende entrar en el debate abierto a partir del texto del cardenal Kasper para mostrar cómo, desde una perspectiva más amplia, se puede llegar a conclusiones diversas de las que el cardenal alemán proponía. El libro clarifica también las fuentes patrísticas sobre el problema concreto de los divorciados vueltos a casar; fuentes a las que hacía referencia el cardenal Kasper y que en este libro se explican en su contexto y sentido específico». Además, los autores «demuestran un conocimiento profundo de la enseñanza y el pensamiento de san Juan Pablo II, al que el Papa Francisco ha propuesto como un referente para el camino sinodal», escribe el cardenal Rouco.
Imprecisiones y errores
Los autores del libro son el sacerdote don Juan José Pérez-Soba, profesor de la Universidad San Dámaso, de Madrid, y del Pontificio Instituto Juan Pablo II, de Roma; y el laico Stephan Kampowski, profesor del mismo Instituto. Ambos reconocen que la intervención del cardenal Kasper contiene «importantes reflexiones, pero también imprecisiones y propuestas erróneas». Al mismo tiempo, piden al Sínodo «un diálogo abierto y fecundo» sobre la pastoral familiar «para no reducir todo a una sola cuestión».
A lo largo de sus 204 páginas, afirman la necesidad de anunciar el Evangelio de la familiaen una cultura pansexualista y frente a esa cultura de lo provisional que denuncia el Papa.
En relación a la controversia sobre el supuesto acceso a la Comunión por parte de los fieles divorciados y casados de nuevo civilmente, los autores denuncian que «se está pidiendo que la Iglesia legitime un ejercicio extramatrimonial de la sexualidad humana». Y recuerdan que «estas personas no están atrapadas entre la espada y la pared; no se encuentran en una situación en la que tengan que pecar»; al mismo tiempo que retoman el magisterio de san Juan Pablo II y de Benedicto XVI -Familiaris consortio y Sacramentum caritatis, respectivamente-, al afirmar que «pueden recibir la Eucaristía aunque compartan el mismo techo; basta con que renuncien a compartir el mismo lecho», exhortándoles a «vivir como amigos, como hermano y hermana» si la convivencia es irreversible de hecho por condiciones objetivas. Aclaran también que «la misericordia divina no tiene nada que ver con una tolerancia del pecado», y constatan que «está claro que se puede perdonar el adulterio, pero está claro también que no puede ser el único pecado que se perdone sin arrepentimiento alguno».
El libro desvela como infundada una supuesta práctica indulgente por parte de la Iglesia primitiva en estos casos. Y, sobre la práctica más laxa de los ortodoxos, alegan que «nació en Bizancio a causa de una prevalencia del poder de los emperadores sobre la vida eclesial, sin fundamento en los Padres y contraria al Evangelio».
Por último, recuerdan que es posible amar para toda la vida, y concluyen que la misericordia eclesial hacia los divorciados vueltos a casar «se expresa en la cercanía para proponerles y acompañarlos en un camino de conversión verdadera».
Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Por una pastoral de la santidad
Prevenir y acompañar, antes que curar
Más allá de abordar una cuestión específica como la de los divorciados, los profesores Pérez-Soba y Kampowski insisten en la necesidad de una pastoral familiar completa: «El esfuerzo pastoral que nos pide hoy la realidad de las familias es más grande que el de un problema concreto». Sin embargo, lamentan la actual «marginalidad de la familia en la pastoral de la Iglesia», pues «muchos pastores, a pesar de su buena intención, no saben qué hacer»; además, «nuestras estructuras pastorales distan mucho de responder a las exigencias básicas del desafío cultural que sufre la Iglesia».
Por ello, ambos autores defienden que «encontrar formas renovadas y más efectivas de preparar a los novios para el matrimonio parece ser uno de los desafíos más urgentes», porque «la Iglesia está llamada a curar las heridas, pero, como todo el mundo sabe, la mejor medicina es la prevención». E insisten en que «lo pastoralmente más relevante en este momento es la atención cercana a las parejas en los primeros años de matrimonio», que es cuando se produce el mayor número de separaciones. Pero, por encima de todo, piden una «pastoral de la santidad de las familias», que es, en definitiva, la pastoral «verdaderamente evangelizadora».

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