Como sabéis, he participado en el 21 Festival de oración de jóvenes en Medjugorje. Ha sido algo impresionante, una multitud –hablan de 30.000 jóvenes y otros 30.000 adultos-, una multitud enfervorecida, ¡colas y colas de confesiones! ¡adoración de Jesús Eucaristía, con silencio espectacular, cantos sencillos y repetitivos pero que llenan el alma y seguro que llegan al mismo Cielo! Más de 500 sacerdotes.
Y qué deciros, una comunión preciosa entre los peregrinos, experiencia de compartir cómo Dios está presente en nuestras vidas, cómo la Virgen nos guía, nos protege, nos va llenando de su amor maternal. He tenido ocasión de compartir con algunos hermanos sacerdotes, ¡cómo no quedar impresionado, cuando uno me decía: tras mis bodas de oro sacerdotales he recibido la gracia de vibrar como un niño, de llorar con la lectura de la Palabra de Dios, etc… He podido estar junto a una de las videntes en el momento de la aparición, no he visto nada, pero ¿de dónde podía venir la paz que allí respiramos?
He subido varias veces al monte de la apariciones, he gozado una tormenta horrible en el monte de la cruz. Bueno, ha sido precioso, de verdad, indescriptible.
He orado por todos y cada uno de vosotros. ..Y me he venido con la profunda convicción de que la Virgen nos seguirá guiando, que no hay lugar para el miedo. He recibido la gracia de poder ayunar, espero seguir siendo digno de ella: ¡es muy importante! Y he venido con más Amor en el corazón. No he tenido ninguna revelación especial, pero os lo aseguro, ¡ha merecido la pena! ¡Me encantaría poder volver!
Fray Gonzalo
Consiliario diocesano del MFC de Madrid
Y qué deciros, una comunión preciosa entre los peregrinos, experiencia de compartir cómo Dios está presente en nuestras vidas, cómo la Virgen nos guía, nos protege, nos va llenando de su amor maternal. He tenido ocasión de compartir con algunos hermanos sacerdotes, ¡cómo no quedar impresionado, cuando uno me decía: tras mis bodas de oro sacerdotales he recibido la gracia de vibrar como un niño, de llorar con la lectura de la Palabra de Dios, etc… He podido estar junto a una de las videntes en el momento de la aparición, no he visto nada, pero ¿de dónde podía venir la paz que allí respiramos?
He subido varias veces al monte de la apariciones, he gozado una tormenta horrible en el monte de la cruz. Bueno, ha sido precioso, de verdad, indescriptible.
He orado por todos y cada uno de vosotros. ..Y me he venido con la profunda convicción de que la Virgen nos seguirá guiando, que no hay lugar para el miedo. He recibido la gracia de poder ayunar, espero seguir siendo digno de ella: ¡es muy importante! Y he venido con más Amor en el corazón. No he tenido ninguna revelación especial, pero os lo aseguro, ¡ha merecido la pena! ¡Me encantaría poder volver!
Fray Gonzalo
Consiliario diocesano del MFC de Madrid
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