domingo, 29 de marzo de 2009

ORDENACIÓN DE JULIAN EN LA CATEDRAL

Julián es el tercero de la derecha, aqui en su ordenación de diácono
Ayer el Cardenal D. Antonio María Rouco ordenó a nuestro amigo Julián Recio con otros 11 diáconos más. Coincidía con el 50 aniversario de su ordenación sacerdotal y tuvo palabras de recuerdo para Juan Pablo II.


En su homilía, el cardenal recordó a los ordenandos la grandeza de sus elección, «un don precioso, fruto de un extraordinario amor de Jesucristo para con nosotros». Una elección que, además de don es «tarea, responsabilidad...», que vivió ejemplarmente San Juan María Vianney, el santo cura de Ars.


Precisamente, acudiendo al ejemplo de este santo sacerdote, el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal invitó a quienes en breves momentos serían sacerdotes que su vocación es «enseñar a los hombres de nuestro tiempo el camino del cielo, «una hermosa y apasionante vocación». Asimismo, les recordó que «los sacerdotes de Jesucristo están llamados a ser y vivir su vocación y su ministerio como un «alter Christus», «otro Cristro»». Y al referirse su ministerio habló de propiciar el «bien integral y pleno del hombre». Y destacó: «A nuestro corazón sacerdotal se nos ha confiado la obra de su amor más grande: la actualización permanente de su sacrificio redentor en el sacramento de la Eucaristía».


Rouco trató también la preocupación sacerdotal por las necesidades humanas. «A un sacerdote, «otro Cristo», le duelen intensamente las miserias y pobrezas de todo género». Por tanto, «no puede por menos de sentirse herido por la pobreza que sufren tantas personas, cercanas y lejanas, por el desamparo de tantos niños desde el momento de su concepción hasta la mayoría de edad, por el abandono de ancianos y enfermos crónicos». Pero, «mucho más les duele el pecado, origen de tanto mal y que mata el alma y los corazones de los hombres».


OS RECUERDO QUE HEMOS QUEDADO A LAS 11:3O HOY EN EL KM 0 DE LA PUERTA DEL SOL. SALGO PARA ALLÁ

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