El cardenal animó a los jóvenes a hablar de Cristo «en la escuela, con los amigos, y no sé yo si se podrá hacer donde las “movidas” nocturnas de los viernes y los sábados, pero quizá sí, porque la gente está muy “tocada” y se les puede dar testimonio de Cristo». Y además dejó caer una idea: «Hace ocho años hicimos una misión universitaria, y a lo mejor deberíamos organizar otra». El cardenal quisó remarcar que la JMJ ofreció alegría frente a «esta lluvia de tristeza y ceniza espiritual» y mostró a «una juventud que no se parece en nada a la de los “indignados”, con perdón».
La ceremonia combinó el recuerdo de la JMJ con la liturgia en honor a la Virgen («tú eres la alegría de Jerusalén, el orgullo de nuestra raza», cantaban las antífonas).
Como en Cuatro Vientos
Durante la adoración se cantaron las mismas piezas que cuando apareció la custodia de Arfe en Cuatro Vientos con Benedicto XVI: «Majestad» y el clásico latino «Tantum ergo».
El cardenal inciensó la imagen de la Patrona mientras se cantaba su himno y para finalizar, en la plaza, hizo la ofrenda floral a la Virgen mientras sonaba el tema de la JMJ, «Firmes en la fe».
Larazon.com
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