martes, 16 de abril de 2013

Cine: October baby y Bárbara


Cuando la persona vence a la mentira
Se estrenan dos interesantes películas, muy diversas en argumento, pero cercanas en el fondo. October baby narra la historia de la superviviente del aborto Gianna Jessen, y cómo la mentira del aborto choca con la verdad del amor y del perdón; en Bárbara, la falsedad de la ideología totalitaria comunista se topa con la integridad de una mujer no dispuesta a dejarse aplastar
October baby

Fotograma de la película October baby
Los hermanos Jon y Andrew Erwin llevan años dedicados al mundo audiovisual. Empezaron con oficios más técnicos de montaje y fotografía, hasta que en 2002 fundaron su propia productora, con la que hicieron spots publicitarios, videos musicales y documentales. Cineastas de identidad cristiana, recrean muy libremente, enOctober baby, un episodio real de la vida de la californiana Gianna Jessen. En 1977, Gianna nació por accidente, ya que fue fruto de un aborto mal realizado cuando su madre estaba de siete meses. Ha tenido muchas deficiencias motoras, superadas gracias al esfuerzo y la oración de su madre y hermana adoptivas.
Los hermanos Erwin han cambiado mucho la historia, al llevarla al film, pero han conservado los aspectos nucleares, se han inspirado en las propias declaraciones de Gianna, e incluso han incluido una canción suya en la banda sonora. En realidad, los directores y la guionista, Theresa Preston, entrevistaron a muchas mujeres que habían vivido experiencias relacionadas con el aborto, y de todas ellas sacaron ideas que están incluidas en el film. Los Erwin sólo sabían que querían hacer una película que se llamara October baby. El productor Cecil Stokes les dijo: «Si un niño se llama así es porque no tiene nombre». Pusieron niño sin nombre en el buscador, y les salió el caso de Gianna: «superviviente de un aborto». Impactados por lo que leyeron, se pusieron a trabajar.
La cinta arranca cuando Hanna (interpretada por Rachel Hendrix, que ya había trabajado para los hermanos Erwin) tiene 19 años y se entera de que sus padres son adoptivos. Comienza un recorrido de descubrimiento e investigación de su propia vida, que le va a llevar hasta encontrar a su madre biológica, algo que también sucedió en la vida real de Gianna. En todo ello contará con la ayuda de Jason, su amigo de toda la vida.
A pesar de que la producción y planificación es muy de tv movie, la película está resuelta con buen oficio, en base a un buen guión, y unos excelentes actores, casi todos desconocidos, pero que ya habían trabajado con el equipo de Erwin y Stokes. Lo más interesante es que la forma en la que desarrollan los procesos del perdón y de reelaboración de la propia identidad, una forma muy afinada y correcta. Más que una película sobre el aborto, trata de la necesidad del perdón y de la necesidad de vínculos para poder caminar en la vida. Ciertamente, el tono es muy películero, en el sentido hollywoodiense del film; es casi una película blanca, pero se agradece que, por ello, pueda llegar a un público mucho más amplio.
Bárbara

Imagen de Bárbara
Este film -ganador en Alemania de diversos Premios- sigue los pasos de la revisión histórica del comunismo del este europeo, y que tantos títulos interesantes nos ha dado en los últimos años: La vida de los otros, Popieluszko, Goodbye Lenin, R.A.F. Facción del Ejército Rojo, Si no nosotros, ¿quién?, Cómo celebré el fin del mundo... Si algunos de esos títulos optaban por una clara exposición política crítica, como La vida de los otros, Bárbara se centra en la perspectiva íntima y singular de una mujer de la Alemania del Este en los años setenta, cuyo sueño es huir a Occidente. El marco político es un fondo nebuloso, casi como una atmósfera psicológica, tangible sólo en el lúgubre y siniestro oficial de la Stasi, Klaus Schütz (Rainer Bock). Bárbara es una médico represaliada y enviada a un hospital de provincias bajo un férreo control de su vida y movimientos. Su jefe es un médico afable, André (Ronald Zehrfeld), del que Bárbara empieza a sospechar que comulga con su odio al régimen comunista.
El director y guionista, Christian Petzold -ganador del Oso de Plata en Berlín por esta película-, se centra deliberadamente en el mundo interior de Bárbara -interpretada magistralmente por Nina Hoss-, un mundo que nos contagia miedo, recelo, odio enquistado, heridas morales... Bárbara nos recuerda al típico perro apaleado que vive sobresaltado y huyendo. Bárbara se ha acostumbrado a sobrevivir impidiendo que su rostro exprese cualquier tipo de sentimiento que pueda desvelar sus pensamientos. Por ello, el cineasta ha desnudado el film de banda sonora original -excepto al comienzo- y ha convertido la sobriedad de Bárbara en el estilo de la película.
Juan Orellana

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