domingo, 18 de octubre de 2015

Las diócesis arrancan el curso con actividades centradas en la pastoral familiar España responde a la llamada de evangelizar con la familia

El mismo día, monseñor Lorca, obispo de Cartagena-Murcia, bendecía a las familias de los Equipos de Nuestra Señora. Foto: Diócesis de Cartagena





Encuentros de oración, convivencias, envíos misioneros, cursos de formación… Las diócesis españolas se vuelcan para poner a la familia en el centro de su actividad pastoral
alfayomega.es

«Tenemos que cambiar la mentalidad y la forma de hacer las cosas, y vamos a hacerlo. La familia no puede ser un ámbito más de la actividad diocesana, y la pastoral familiar no puede ser una lista de actividades puntuales. No. La familia como Iglesia doméstica, y la Iglesia como familia de familias, está en el núcleo, en el centro de toda la pastoral, porque es el lugar en el que la persona nace a la vida física y a la vida de la gracia. Es la primera comunidad en la que se vive la fe, y sobre todo, en la que se construye a la persona y se hace posible que la vida de Cristo vertebre toda la existencia. O nos tomamos en serio la pastoral familiar como centro de la actividad diocesana, o terminará por no haber pastoral». Así describe el planteamiento de la pastoral familiar en España el delegado de Familia del Arzobispado de Madrid, Fernando Simón. Sus palabras están respaldadas por numerosos proyectos que están a punto de arrancar en la archidiócesis madrileña, algunos de los cuales llevan años de rodaje: escuelas de padres; equipos de pastoral familiar en todas la parroquias; una red coordinada de Centros de Orientación Familiar; itinerarios de formación para novios; acompañamiento personalizado a matrimonios con problemas; formación espiritual para familias; actividades conjuntas con la pastoral de infancia y juventud; cursos de educación afectivo sexual; el programa Familia a Familia en dos colegios diocesanos para que familias voluntarias cuiden a otras familias; una app para matrimonios; una campaña en redes sociales; una remodelación de los cursillos prematrimoniales…
Madrid no es una excepción. La convocatoria del Sínodo de la familia ha generado un clima de gran expectación en la Iglesia española, y la práctica totalidad de las 70 diócesis han comenzado el curso con actividades centradas en la familia, que van desde el envío misionero de matrimonios implicados en la evangelización, hasta cursos de formación, pasando por retiros de oración o encuentros abiertos a personas alejadas de Dios.
El objetivo es «responder a la necesidad que sienten los matrimonios cristianos de encontrar ámbitos en los que cultivar sus ideales, ofreciendo a sus hijos un ambiente alternativo de referencia; y por otro lado, servirse de estos encuentros para salir al encuentro de matrimonios que se sientan atraídos, o que puedan ser invitados aunque estén lejos de la Iglesia», como explica monseñor José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián. Su diócesis acogió el 26 de septiembre un encuentro diocesano de familias abierto a todos los donostiarras, en el que no faltó una catequesis formativa, juegos para los niños, un tiempo de adoración y confesiones, la Eucaristía, una tertulia abierta al debate y un rosario en familia.

Los alejados están en casa
El potencial evangelizador de la familia es otra de las razones de peso para convertirla en eje central de la actividad diocesana. Como explica monseñor Munilla, «la frontera entre alejados y cercanos con frecuencia pasa por la familia. Es muy frecuente que la familia cristiana experimente esta realidad en su seno, y la mejor forma de llegar a los que tradicionalmente llamamos alejados, es acercarnos a los alejados que viven en casa».
Pero como «nadie da lo que no tiene, para acompañar a las familias que nos llegan hace falta formarse bien y echarle esfuerzo y cariño», como dice Fernando Izquierdo, seglar responsable de Pastoral Familiar en Orense.

Formados para ayudar
La delegación orensana –que Fernando lleva junto a su mujer, Leonor– acaba de iniciar un ciclo de cursos de formación para agentes de pastoral, «entre otras cosas para saber hablar en público, porque los que colaboramos con la Iglesia somos matrimonios voluntarios a los que nos avala la experiencia familiar y la vida de fe, pero que, para ayudar de verdad a la gente, necesitamos conocer el magisterio de la Iglesia, saber explicarnos…».
Orientados a la formación de matrimonios que quieren implicarse más en la Iglesia están también, entre otras actividades, el Máster en Pastoral Familiar puesto en marcha por la diócesis de Málaga; el simposio sobre nulidades matrimoniales celebrado en la archidiócesis de Granada; o el encuentro de responsables de pastoral familiar centrado en el Sínodo, que las diócesis de Castilla y León celebraron en Valladolid en septiembre.

Oración y evangelización
Aunque si hay algo que todas estas actividades tienen en común es fortalecer en la vida de oración y despertar el afán evangelizador de las familias. Ejemplos de ello son las bendiciones de familias de las jornadas Spei Mater que celebra la archidiócesis de Valladolid; el envío misionero de las familias de los Equipos de Nuestra Señora que realizó el sábado el obispo de Cartagena-Murcia, monseñor Lorca Planes; el curso Orar en familia en la diócesis de Guadix; la semana de cursillos prematrimoniales que se celebrará a finales de octubre en Sigüenza-Guadalajara (una de las muchas diócesis que ha colgado en su web la oración del Papa por el Sínodo); o la charla sobre métodos de nueva evangelización impartida por el obispo de Cádiz y Ceuta, monseñor Rafael Zornoza, en la Fiesta de la Fe que inauguró el curso en la archidiócesis de Burgos, bajo el lema Familia evangelizadora. La Iglesia en España ha comenzado el curso en clave de familia.

José Antonio Méndez


«Acompañar a los novios será una prioridad»
Entre los puntos fuertes que se prevé que aborde el Sínodo de los Obispos para reforzar la pastoral familiar en la Iglesia destaca el de cómo preparar mejor a los jóvenes que se acercan al sacramento del matrimonio. Este tema también preocupa, y mucho, a la Iglesia en España. Según adelantó en rueda de prensa el pasado jueves el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo, tras la reunión de la Comisión Permanente de la CEE, «esta es una de las grandes prioridades que va a ir destacada en el nuevo Plan Pastoral para la Iglesia en España», que los obispos están ultimando y que vertebrará toda la actividad de la Iglesia para los próximos cinco años. «Nos preocupa que se llegue al matrimonio de una forma inmadura» y, por eso, «tenemos que echar el resto, con una preparación que no sea solo inmediata antes del matrimonio, o relativa al papeleo, sino a medio y largo plazo», destacó.




La aportación española en el Sínodo
«En un mundo difícil y complicado, el acompañamiento cercano y personalizado a las familias es una de las contribuciones más grandes» que la Iglesia en España puede ofrecer hoy a las familias, ha dicho desde el Sínodo el obispo de Bilbao y presidente de la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal en declaraciones a la agencia Rome Reports.
Según monseñor Mario Iceta, «en los últimos años, en España se han desarrollado muchísimo los Centros de Orientación Familiar, con agentes de pastoral especializados; y cada vez hay más parroquias en las que hay personas que se han preparado para acompañar a las familias con problemas, y mostrarles que no están solas y que la Iglesia está dispuesta a acompañarles, sanar sus heridas y vivir el futuro con esperanza».
Junto a monseñor Iceta, representan al episcopado español en el Sínodo el cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE, y el vicepresidente y arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro. El cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, participa por invitación del Papa Francisco.

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